Así es el caso Desirée Leal, la niña asesinada en Muimenta: «Su madre urdió un macabro plan para matarla»

redacción LA VOZ

GALICIA

Desirée Leal apareció muerta en su cama el 3 de mayo del 2019
Desirée Leal apareció muerta en su cama el 3 de mayo del 2019 CEDIDA

La Fiscalía solicita la prisión permanente revisable para Ana Sandamil, madre de la pequeña de siete años y única acusada en el juicio que comenzó el lunes 7 de febrero

07 feb 2022 . Actualizado a las 19:50 h.

El 3 de mayo del 2019, Desirée Leal apareció muerta en la cama de su casa de Muimenta, en el concello lucense de Cospeito. La primera en encontrarla fue su abuela, según recoge el sumario de la causa. Dijo a los sanitarios que había visto un bulto en la cama cubierto con un edredón y, tras destaparlo vio a su nieta. Los investigadores situaron a la madre de la niña como principal sospechosa desde el primer momento, a raíz de las incongruencias y contradicciones observadas en los relatos que ofreció primero a su madre -la abuela de la pequeña-, después a las patrullas de la Guardia Civil que se trasladaron a su domicilio, y lo que declaró en el Hospital de Lugo. Los resultados de la autopsia al día siguiente confirmaron las sospechas: la niña de siete años había muerto de forma violenta.

Este lunes 7 de febrero comenzó el juicio por el crimen de la niña Desirée Leal en la Audiencia Provincial de Lugo. En el banquillo de los acusados está la única sospechosa del asesinato desde el primer día: Ana Sandamil. La madre de la pequeña llegó al juzgado entre gritos y abucheos. Incluso una persona trató de agredirla. En el lugar también estaba el padre de Desirée, José Manuel Leal, al que acompañaron amigos y familiares para darle su apoyo. El progenitor pidió justicia después de que la muerte violenta de su «destrozase» su vida y la de su familia «para siempre».

La autopsia: Desirée murió por asfixia

El informe preliminar de la autopsia, realizada al día siguiente de la muerte de la niña, reveló que la niña había fallecido a causa de una asfixia por compresión. Aunque en el informe, que figura en el sumario del caso, no se especifica el objeto exacto con el que fue asfixiada, es posible que hubiese sido con la almohada que madre e hija compartieron esa noche, puesto que cerca de sus extremos se hallaron restos de sangre. Otra prenda que la presunta homicida pudo utilizar a la hora de cometer el crimen podría ser un calcetín, que fue hallado junto a una zapatilla deportiva de niña, al lado derecho de la cama donde la pequeña apareció muerta. Además de apreciarse lesiones en el rostro, labios, boca y cuello de la pequeña Desiree, también se percibieron otros indicios en la habitación donde apareció la niña sin vida. Había restos de sangre en diversas partes de la cama, en el suelo, en la ropa de la cama y en alguna prenda de la niña, lo que apuntaba claramente a que en la casa de Muimenta se había producido un crimen y que la niña no había muerto por causas naturales.

Una de las primeras personas en acudir al lugar de los hechos fue el padre de la supuesta homicida, que no reside en la casa de Muimenta donde se produjo el homicidio. Fue él quien avisó de lo ocurrido a José Manuel Leal, que se encontraba trabajando como vigilante de seguridad en un centro comercial de A Coruña. El abuelo de Desirée le dijo que la niña se encontraba mal y le pidió que acudiese a la casa lo antes posible. Luego, le pasó el teléfono a la abuela de la niña y fue ella la que le comunicó que Desirée había muerto. Tras conocer la noticia, el padre de la niña cogió inmediatamente su coche y, todavía vestido con su uniforme de trabajo, se presentó en la casa de Muimenta.

Según una de las versiones de Ana Sandamil que recoge el sumario, mientras su madre llamaba a su padre para comunicarle lo sucedido, ella se tomó unas diez pastillas del antidepresivo trazodona. Dijo que las ingirió en la cocina y que cuando terminó de tomarlas vomitó un poco. Al rato se sintió mal y su madre le preguntó si se había tomado algo. Aunque ella no le respondió, la abuela le pidió que vomitase, por lo que le metió los dedos en la boca y finalmente vomitó. La mujer aseguró que las pastillas se las había tomado porque quería terminar con su vida. También afirmó que cuando preparó la botella con las pastillas, las dejó en una estantería de su habitación, pero después limpió el polvo y las puso en el escritorio.

Sobre ese intento de suicidio habló la última pareja de la presunta homicida, a la que ella había dejado poco antes del crimen. Este hombre declaró que, horas después de la muerte de Desirée, fue a visitar a su expareja al hospital, donde estaba ya ingresada, y que al verlo, ella empezó a llorar. Le preguntó qué había pasado y Ana Sandamil le dijo que había una botella de pastillas que tenía para ella y que se la había tomado la niña. «Se acabó, se acabó todo», dijo, como si para ella no tuviera sentido la vida. El hombre aseguró que había intentado animarla, pero sin éxito: «Estaba como ida».

Los informes forenses acreditan que en el cuerpo de la menor se hallaron cantidades mínimas de antidepresivos, lo que desmontó las primeras versiones que ofreció su progenitora a los investigadores en sus declaraciones. Y es que Ana Sandamil manifestó que la menor pudo haber muerto por accidente al beberse una botella de agua con antidepresivos que ella había dejado en la habitación para tomarla.

La mujer fue enviada a prisión por un presunto delito de homicidio, si bien en un primer momento permaneció ingresada en el módulo de custodia del hospital de Lugo hasta que entró en la prisión de Teixeiro el 30 de mayo del 2019. El padre de Desi, como llamaban familiarmente a la niña, aseguró que no tenía apenas relación con la madre de su hija y que desconocía la situación en la que esta se encontraba, siguiendo un tratamiento. José Manuel Leal tenía a la niña con él dos fines de semana al mes y la llamaba al teléfono de su expareja una vez a la semana para hablar con ella. Quería conseguir la custodia compartida. Amigos y familiares reconocen que su vida giraba en torno a la pequeña.

Prisión permanente revisable

La Fiscalía solicitará la prisión permanente revisable para Ana Sandamil. Según el escrito de acusación, el Ministerio Fiscal afirma que la madre de Desirée, el día de los hechos, «urdió un macabro plan dirigido a acabar con la vida de su hija, de tan solo siete años de edad». Con respecto a la causa de la muerte, la Fiscalía afirma que la madre de la niña «la agarró con sus manos por ambos lados del cuello, con suma violencia, para asfixiarla». El  estado mental de la acusada es la principal estrategia de defensa por parte de su abogado durante el juicio para evitar la prisión permanente revisable, la mayor condena recogida por el Código Penal en la actualidad y que también solicitan la acusación particular, ejercida por el padre de la niña, y la popular (la Fundación Amigos de Galicia) .

Además de la prisión permanente revisable, el Ministerio Fiscal solicita para la acusada una pena de libertad vigilada durante 10 años en caso de que algún día saliese de prisión, y una indemnización de 300.000 euros para José Manuel Leal. El proceso se extenderá durante seis sesiones, del 7 al 14 de febrero, en la Audiencia Provincial de Lugo.