¿Por qué molesta tanto la palabra guardería para hablar de escuelas infantiles?

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO

GALICIA

Martina Miser

Los profesionales rechazan este término para referirse a los centros educativos de 0 a 3 años, una denominación que ya a finales del XIX aparecía en textos para describir el lugar en el que se cuidaba a los hijos de las obreras

31 ene 2022 . Actualizado a las 17:05 h.

«No somos guarderías, somos escuelas infantiles». La frase, repetida hasta la saciedad, demuestra el malestar que este término genera entre los profesionales que educan y cuidan a los niños de 0 a 3 años. Sus argumentos son claros: no guardan, no son aparcamientos de niños, no son solo cuidadores... Enseñan y tienen un proyecto educativo. Pero, ¿es incorrecta la palabra guardería? ¿qué dice el diccionario al respecto?

En el uso común esta palabra se asocia directamente a los menores, pero lo cierto es que el diccionario de la Real Academia Española recoge otras definiciones: ocupación y trabajo del guarda, y coste de los guardas de una finca rústica. Solo con la acepción específica de guardería infantil aparece la definición: lugar donde se cuida y atiende a los niños de corta edad. Es decir, que ateniéndose a la RAE, una escuela de cero a tres años es una guardería infantil.

Beatriz Iglesias, presidenta de la Asociación Gallega de Escuelas Infantiles (Agadei), justifica el malestar que genera esta palabra en la evolución que han tenido estos centros. «Antes -explica- era un lugar en el que dejabas a los niños porque los padres trabajaban, allí estaban jugando y cuidándolos. Ahora no, ahora somos una escuela, tenemos un proyecto educativo que sigue la línea de lo que va a ser el colegio. Generalmente tenemos pedagogos y unas pautas a seguir. No es lo mismo guardar niños a lo que hacemos ahora, educamos». 

Ha cambiado, por ejemplo, la formación de los profesionales. Antes era más fácil poner en marcha una escuela infantil, «como mucho podía haber una maestra o alguien que hubiese estudiado jardín de infancia». Ahora, añade Beatriz Iglesias, es preciso al menos un maestro «y el resto del personal tiene que ser educador infantil; generalmente, además, casi todas tenemos pedagogas».

¿Cuándo empezó a usarse la palabra guardería asociada al cuidado de los menores? Mar Campos, profesora titular de Lengua Española en la Facultade de Filoloxía de la USC, recuerda que el término se documenta ya en el último cuarto de siglo del XIX pero como protección y vigilancia, por ejemplo referida a la custodia de caminos rurales. Pero sí aparece en textos en los que se habla de establecimientos en los que se cuida a hijos de obreras. De todas formas se marca en cursiva, lo que evidencia que no es un término habitual, sino traducido de un texto francés. 

De hecho, en principio la palabra guardería se vincula a la ocupación y trabajo del guarda, y parece que el término referido al lugar donde se cuida a niños es una traducción del francés, en donde ya en 1848 se habla de garderie d'enfants.

Amelia Barallobre todavía llama a su escuela Jardín de Infancia Chiquitín. En realidad a esta educadora a punto de jubilarse no le molesta la palabra guardería, pero sí admite que ahora existe un proyecto educativo «y los niños no vienen solo a jugar, sino a aprender jugando». La educación en su centro no ha cambiado demasiado. «Lo más importante es dar seguridad a los niños, que tengan mucho cariño y además que vayan aprendiendo cositas», explica esta educadora que lleva treinta años atendiendo a cientos de pequeños en Cambre. 

¿Guardería o escuela infantil, por lo tanto? Sin ser un error, el primero de los términos molesta a los profesionales, así que la corrección se pone del lado del segundo. Eso sí, el debate está servido. Y podría ampliarse con polémicas similares: ¿Gimnasia o Educación Física