Feijoo admite que la atención primaria seguirá saturada después de la pandemia

Ángel Paniagua Pérez
Ángel Paniagua VIGO / LA VOZ

GALICIA

JOSE PARDO

Responsabiliza al Gobierno de no responder ante la carencia de médicos tras los requerimientos que le ha hecho la Xunta

18 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El presidente de la Xunta asumió ayer el diagnóstico de la atención primaria que esgrimen los médicos de los centros de salud desde hace meses. «La atención primaria está saturada», reconoció Alberto Núñez Feijoo, utilizando una expresión muy similar a la que empleaban este domingo en La Voz una decena de profesionales de centros de salud de toda Galicia. La sanidad es la más costosa de todas las competencias que ejerce el gobierno que preside. Supone el 38 % del presupuesto de la Xunta, 4.400 millones de euros al año.

Hasta ahora, la Consellería de Sanidade ha evitado utilizar la palabra saturación y se ha esforzado en vincular la situación de los centros de salud a la sexta ola de la epidemia de covid-19. La variante ómicron es mucho más contagiosa que las anteriores y el coronavirus ha circulado más «en un momento complicado, con persoal de vacacións, permisos e baixas derivadas do covid», según Sanidade. Según sus datos, hay alrededor de mil personas de baja en todo el Sergas

El jefe del Ejecutivo gallego dejó claro ayer que el problema de la primaria es mucho más profundo que la situación coyuntural de la sexta ola. Y no amainará. «Después de la pandemia», completó Feijoo, la atención primaria «seguirá saturada». Sus palabras pretendían ser más un dardo que un diagnóstico. El jefe del Gobierno autónomo sitúa la responsabilidad de la situación en el Ejecutivo central, al cual la Consellería de Sanidade le ha venido reclamando varias acciones en los últimos meses, sobre todo tres: la convocatoria de un mir extraordinario solo para atención primaria que permita reforzar los centros de salud con más médicos, la ampliación de las plazas que se ofertan para formar doctores de familia en el mir ordinario —son 142 por año en Galicia, y la Xunta ha propuesto otras 64 extra—, y la creación de la especialidad de medicina de urgencias, que garantizaría que los médicos de familia recién formados se queden en atención primaria en lugar de ocupar plazas en las urgencias de los hospitales, como ocurre ahora. Ninguna de esas tres solicitudes ha tenido respuesta del Ministerio de Sanidad. Ni sí ni no.

Por eso, y porque no hay doctores de familia en paro, Feijoo aseguró que cuando un médico se jubila, cuando se va de vacaciones o si cae enfermo, «non temos recursos».

Las comunidades y el Gobierno central celebraron hace semanas una reunión extraordinaria del Consejo Interterritorial de Salud solo centrada en atención primaria, pero de aquel encuentro no salió ninguna medida concreta a corto plazo. La sexta ola ha provocado que decenas de miles de personas se contagien y que, al no ocupar una cama en el hospital, sean controladas por sus médicos de familia, lo cual ha evidenciado aún más la saturación de la primaria.

«Nos preocupa la tensión que se está produciendo», insistió el presidente, que admitió «el trabajo burocrático enorme» que tienen los médicos. Por eso la Xunta va a empezar a implantar esta semana la posibilidad de que los médicos den la baja laboral y el alta al mismo tiempo en casos de coronavirus, con un período de duración de siete días, que es el aislamiento decretado para los casos asintomáticos o leves. Será una manera de reducir la burocracia, pero el principal problema, que es la falta de médicos, seguirá estando presente.

Comesaña afirma que se han puesto medidas para no dejar de atender otras dolencias

Varios médicos de familia han llamado la atención sobre cómo el covid está tapando, de nuevo, la atención a otras enfermedades. El conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, cree que su departamento ha puesto en marcha medidas suficientes «para que os médicos de atención primaria dediquen o tempo necesario a outras patoloxías» y que, por lo tanto, «non debéramos ter esa repercusión».

Entre esas medidas está, por ejemplo, la contratación de 86 doctores jubilados para ayudar en el seguimiento telefónico de los infectados de coronavirus. También la apertura a la contratación de médicos sin especialidad, que se espera incorporar en febrero como técnicos de salud para apoyar a los ambulatorios en trámites burocráticos. Comesaña citó otras actuaciones como el hecho de que ahora se consideren válidos los positivos registrados con test de autodiagnóstico que hacen los ciudadanos en sus casas sin tener que hacer una prueba de confirmación, prueba que antes solicitaba el médico de cabecera. También aseguró que la mayor parte del rastreo de casos no lo han ejecutado los médicos de cabecera sino la Central de Seguimiento de Contactos. Afirmó, asimismo, que «a vacina quedou fóra do ámbito de atención primaria» porque se está haciendo en los vacunódromos, aunque muchas vacunadoras son enfermeras de centros de salud.