Santiago Lago recomienda que Galicia negocie más financiación por la dispersión de la población

Juan María Capeáns Garrido
Juan Capeáns SANTIAGO

GALICIA

XOÁN REY

El economista admite en el Parlamento que Cataluña es un obstáculo político y califica de «moi negativo» un concierto gallego

12 ene 2022 . Actualizado a las 15:44 h.

El economista Santiago Lago ha calificado como «moi negativo» para Galicia que el nuevo sistema de financiación incluyese a Galicia en un régimen similar al que opera en el País Vasco o Navarra. «É tan básico que parece mentira que teñamos que discutir sobre estas cuestións», aseguró en el Parlamento el director del Foro Económico, que intervino en la segunda jornada de la comisión sobre financiación autonómica. Unos minutos antes que él Xosé Díaz Díaz defendió exactamente lo contrario: «Viaxen máis, vaian ao País Vasco e pregunten aos seus, aos do PP e o PSOE, por que defenden o seu modelo. O concerto non é un bicho raro, é dunha racionalidade aplastante», afirmó el también economista y exparlamentario del BNG.

Lago identificó al menos cinco riesgos a los que se enfrenta Galicia en la negociación con el Estado y el resto de las comunidades. Además de considerar improbable la extensión de los sistemas de concierto, indicó que sería perjudicial para los intereses gallegos que las nivelaciones entre territorios fueran parciales, o que se tuviese en cuenta por encima de todo la población general. También se mostró cauto sobre la posibilidad de que se condone parcial o totalmente la deuda de las comunidades, mostrándose partidario de facilitar el pago a largo plazo y a intereses bajos, y reclamó la utilización de un «instrumento abandonado», el fondo de compensación interterritorial, que podría «multiplicar por dez as achegas a Galicia».

Además, propuso a los diputados de las tres fuerzas ahondar en algunas propuestas y oportunidades, como intentar que todos los servicios se tengan en cuenta a la hora de nivelar recursos entre comunidades, y no solo aquellos que se consideran ahora relevantes, como la sanidad, la educación o los servicios sociales. «A cultura, a lingua ou a vivenda tamén o son», reivindicó. Y alertó de lo que podría considerarse como un mal negocio para Galicia a medio plazo, ya que cree que cargar las tintas en la negociación para compensar el envejecimiento acabará beneficiando a otros territorios que ahora no están afectados pero que pronto, en el 2030, tendrán el mismo problema. Además, sugirió que se defienda una revisión del modelo con plazos más amplios que los anuales porque se podrían producir distorsiones en pocos meses. 

Sobre el primer documento aportado por el Ministerio de Hacienda, Lago señaló que se trata solo de «unha das pezas» de la negociación, y ni siquiera la más importante, por lo que sugirió analizarlo en su contexto. En todo caso, le ve fallos técnicos, como la interpretación de los costes fijos o el hecho de introducir variables para calcular la población ajustada sin aumentar el porcentaje de los fondos sobre los que se aplican esos criterios, lo que puede acabar devaluando valores que sí interesan a Galicia como es el coste que supone la dispersión a la hora de ofrecer servicios públicos, que es el asunto en el que más recomendó insistir.

Por último, ofreció su análisis de las resistencias que puede encontrarse la negociación en los próximos meses. Lago cree que hay posicionamientos muy condicionados por el sentimiento de identidad o por situaciones como la de Cataluña, que hace «moi complexo» llegar a un acuerdo total. Ante este problema, propone tres soluciones: una negociación que vuelva a dejar fuera a Cataluña (además de País Vasco y Navarra); plantear una reforma de mínimos;o «non facer nada».