La policía da por cerrado el crimen de Samuel a falta de pequeños detalles

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

Lugar en el que cayó herido de muerte Samuel la madrugada del 3 de julio, en la zona de Riazor, en A Coruña.
Lugar en el que cayó herido de muerte Samuel la madrugada del 3 de julio, en la zona de Riazor, en A Coruña. MARCOS MÍGUEZ

El círculo concluye con tres jóvenes, dos menores y dos investigados seis meses después del crimen que conmocionó Galicia

02 jul 2022 . Actualizado a las 18:26 h.

Este lunes se cumplen seis meses de la paliza mortal que acabó con la vida del joven coruñés Samuel Luiz. Tras una investigación muy complicada, la policía judicial pasó noches en vela para dar con los supuestos involucrados en tiempo récord. Hoy, los agentes pueden decir que el caso está cerrado. Con tres adultos en prisión, dos menores recluidos en centros y dos investigados, solo faltan los datos de los teléfonos de los detenidos y testigos.

¿Se sabe con certeza todo lo que ocurrió aquella noche y qué hicieron luego los supuestos autores?

Sí. De pe a pa. La policía, a través de cámaras, testimonios o interrogatorios, vació el caso de secretos. Samuel estaba aquella noche acompañado de una amiga. Se comunicaban a través de una videollamada con otra chica, mostrándole dónde se encontraban y sacándole unas sonrisas presumiendo de lo que se estaba perdiendo por no salir ese día. En eso apareció Diego Montaña y su novia Kathy Silva. El primero pensó que los estaban grabando, se dirigió a la víctima y le dijo: «O paras de grabar o te mato, maricón». Luego comenzó a agredirlo. Y se sumó Alejandro Freire, alias Yumba. La paliza, a la que se fueron uniendo más miembros de la pandilla, como supuestamente los dos menores ingresados en un centro, continuó a lo largo del paseo marítimo. Al comprobar que la víctima no se movía, desaparecieron.

Esa noche, los presuntos autores, con algunos amigos, se reunieron hasta en dos ocasiones en sendos parques de A Coruña. Se supone, para hacer un pacto de silencio, que se rompió a las pocas horas, cuando uno de los encarcelados, Kaio Amaral, se presentó en comisaría y, exculpándose, culpó, principalmente, a Diego Montaña y a Alejandro Freire.

¿Quiénes están en prisión y quienes libres, pero investigados?

La policía puso nombre y cara a cinco personas que supuestamente golpearon a Samuel hasta llevarlo a la muerte. Los cinco están recluidos. En prisión se encuentran Kaio Amaral, Diego Montaña y Alejandro Freire —los dos últimos en distinto centro penitenciario que el primero—. La novia de Diego, Kathy Silva, fue detenida, pero puesta en libertad con cargos. También fue arrestado y más tarde liberado un cuarto joven. La Audiencia Provincial de A Coruña estimó en noviembre el recurso de apelación presentado por la defensa y decidió dejarlo en libertad al entender que no existen motivos en este momento procesal para mantenerlo en situación de prisión provisional. Aparte están los dos menores, que continúan en un centro en régimen cerrado.

¿Puede haber más detenciones?

Sin descartar nada, lo más probable es que no. A no ser que el volcado de los móviles conduzca a otras personas. Pero para la policía, lo más seguro es que en el banquillo de los acusados se sienten los que ahora están investigados.

¿Por qué el joven que delató a sus amigos sigue en la cárcel?

La sección primera de la Audiencia Provincial de A Coruña desestimó en septiembre el recurso de apelación interpuesto por Kaio Amaral contra el auto del juzgado instructor que el 13 de agosto decretó el mantenimiento de su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza. En la resolución, contra la que no cabe presentar recurso, los magistrados explican que existen «indicios racionales de la comisión de un hecho delictivo» por parte del investigado. Además, aprecian riesgo de fuga debido a la petición de pena de cárcel a la que podría enfrentarse y de alteración de fuentes de prueba, un riesgo que consideran que podría aumentar con su puesta en libertad. Se trata de Kaio Amaral, el joven que delató a los otros dos encarcelados, negó toda participación en la paliza y asumió únicamente el hurto del móvil de la víctima. Su letrado, Ramón Sierra, sostiene que no hay una sola prueba de que su cliente golpease a Samuel.

¿Puede ser un delito de odio?

Para la acusación popular, ejercida por Alas, no hay duda. Como no la hay de que le llamaban maricón mientras le golpeaban. Pero la mayoría de juristas no lo ven así. Para que exista delito de odio, los agresores deben pegar por el simple hecho de ser homosexual. Y aquí, dicen, ese no fue el motivo de la paliza mortal. Sino la confusión sobre si los estaban grabando a ellos. Una perfecta estupidez que acabó con la muerte de un buen chico que tenía toda la vida por delante.

¿Qué ocurre con el contenido de los móviles de los implicados?

Que se está a la espera. No depende del Juzgado ni de la policía, sino de Estados Unidos. El tribunal que lleva el caso volvió a pedir a aquel país la orden de vaciado a las operadoras parara tratar de obtener información sobre el contenido de los mensajes supuestamente borrados por los implicados. En realidad, más que una nueva solicitud es una ampliación de la comisión rogatoria presentada por el Juzgado de Instrucción número 8 de A Coruña a las autoridades judiciales de Estados Unidos poco después de que la Policía Nacional detuviese a los seis jóvenes que están imputados por la agresión mortal.

En ese momento, el juzgado solicitó información sobre los mensajes intercambiados en las redes sociales entre los detenidos antes y después de la paliza, pero esa petición tiene que seguir unos trámites determinados hasta llegar a la Justicia norteamericana, que aún no se ha pronunciado. El sistema de petición de información judicial a Estados Unidos es complejo. La solicitud del juzgado coruñés le llega a un fiscal norteamericano, que es el que asume desde ese momento todas las gestiones sobre el caso y que se encarga de plantearlo ante el juzgado.

El juicio podría celebrarse a finales de año si se tienen pronto los datos de los móviles

Es muy pronto para poner una fecha. La causa permanece en instrucción y la policía está a la espera de que Estados Unidos obligue a las operadoras —móvil y redes sociales— al vaciado de los teléfonos. Si esto se produce pronto, el juicio, que será con jurado popular, podría celebrarse antes de que finalice el año. Pero antes, la jueza tendrá que tener todo en sus manos para pasarlo a las partes, que estas emitan su escrito de escrito de calificación. Los menores serán procesados en el juzgado de menores.