Tras resaltar la vinculación y el compromiso de la Casa Real con Santiago, Bugallo concluyó pidiendo atención para otros problemas que pasaron a un segundo plano, pero que «deben seguir preocupándonos», dijo, entre los que citó la violencia machista, la lucha contra el desempleo, la erradicación de la pobreza o el cambio climático.
El arzobispo Julián Barrio respondió a la ofrenda del delegado regido con una apelación directa a recuperar la confianza en medio de esta crisis sanitaria, «porque a desconfianza fai inviable a nosa convivencia». Y remarcó la necesidad de actuar desde la política con visión de futuro, corresponsabilidad y fraternidad, ya que «non podemos construír unha sociedade diferente con xente indiferente» y resolver determinados problemas sin la aportación del sentimiento religioso.