Fuente de Oliva, la aldea berciana que quiere ser gallega, sigue esperando por su carretera

Suso Varela Pérez
Suso Varela LUGO / LA VOZ

GALICIA

Los vecinos de Fuente de Oliva, en una de las reuniones para reclamar mejoras en los servicios.
Los vecinos de Fuente de Oliva, en una de las reuniones para reclamar mejoras en los servicios. OSCAR CELA

La junta vecinal promueve un encuentro de alcaldes fronterizos para reclamar servicios y unir esfuerzos contra la despoblación

28 dic 2021 . Actualizado a las 18:27 h.

Los vecinos de Fuente de Oliva, la aldea de Balboa (León) situada a menos de un kilómetro de la frontera con Galicia, siguen esperando por la carretera que los comunique de manera segura y cómoda. Hace un año, hartos de promesas, presentaron escritos antes las Administraciones castellanoleonesas y gallegas en los que no solo pedían mejoras, sino también pertenecer a Galicia al sentirse abandonados por Castilla y León. «En Galicia recibimos mostras de cariño, pero en León non gustaron as nosas reclamacións. O Goberno da Junta pasou de nós, mentres que á Deputación molestoulles que fixéramos públicas a nosas necesidades», explica el pedáneo de Fuente de Oliva, Fernando Cerezales.

De las quejas de hace un año, por el momento solo han recibido 10.000 euros del Instituto Leonés de Cultura para restaurar y techar el símbolo que preside el centro de la aldea, su hórreo centenario, en peligro de derrumbe. «Para nós é como a nosa identidade porque sobre el desenvolveuse durante décadas a vida dos veciños e dos nosos antepasados. Agora estamos a pensar como o podemos empregar como atractivo social e cultural», señala Cerezales.

Y la eterna promesa, la carretera asfaltada, sigue en fase de proyecto. El presidente de la Diputación visitó hace un año la aldea y se comprometió a realizar una memoria económica sobre cuánto costaría. «Levamos un ano esperando polo proxecto. Seica o queren facer todo hiperlegal, con estudos de impacto ambiental, pero cremos que non se trata de facer desfeitas nunha montaña nin grandes obras, simplemente é asfaltar a pista que xa temos», explica el pedáneo.

Estado de la pista de acceso a la aldea.
Estado de la pista de acceso a la aldea. OSCAR CELA

Zahorra en curvas embarradas

Mientras esperan por la burocracia administrativa, los vecinos han tenido que tomar la iniciativa para que las nevadas y las lluvias no los dejen incomunicados en medio del barro: «Tivemos a axuda de Cementos Cosmos, que nos deu gratuitamente catro camións de zahorra para polo menos botala nas curvas e non quedar atrapados cos coches».

Pero en Fuente de Oliva siguen mirando hacia Galicia más que hacia León o Valladolid. Por ejemplo, la Diputación leonesa les dio a elegir qué pista querían convertir en carretera, si la que los une con Balboa o la de Castiñeiras, a escasos metros de Cervantes, y lo tuvieron claro: «Nós quixemos a que está máis cerca de Lugo, porque xa dixemos que a nosa vida mira a Galicia».

En Fuente de Oliva y en Castiñeiras ven con envidia los servicios que disfrutan sus vecinos de Pedrafita do Cebreiro y de Cervantes, especialmente los sanitarios, porque mientras en Pedrafita hay un centro médico, ellos en Balboa disponen de un facultativo que solo atiende durante unas horas un día a la semana. Pero también inciden en la falta de políticas de desarrollo rural, iniciativas turísticas o conectividad.

«Vivimos literalmente os problemas da España vaciada, e necesitamos que nos enchufen, que nos presenten proxectos para poñer en valor as aldeas da montaña», explica Cerezales, que recuerda que una vecina de Valdeorras y un inglés que están rehabilitando una de las seis casas de Fuente de Oliva para convertirla en un centro de formación a distancia y para desarrollar campamentos, sigue adelante pero solo con el esfuerzo de sus propietarios.

Para buscar algunas soluciones, la junta vecinal promueve un encuentro entre los alcaldes de Balboa y de Cervantes (se iba a celebrar uno este mes, pero la nieve lo impidió) con el fin de buscar fórmulas de colaboración que mejoren la vida de sus vecinos, y en la medida de lo posible, hacer visibles ante las Administraciones superiores los problemas que viven los habitantes de aldeas fronterizas y de montaña. Confían que de esa reunión entre los alcaldes puedan salir propuestas de futuro. Además, la junta vecinal está intentando ponerse en contacto con asociaciones y colectivos sociales y culturales de Os Ancares lucenses para compartir experiencias y que los tengan en cuenta cuando programen actividades.

A los vecinos de estas aldeas bercianas «gustaríalles poñer a liña da fronteira no seu sitio», pero de momento siguen con paciencia esperando por la carretera solicitada, mientras que seguirán reclamando servicios y atención de las Administraciones públicas: «Se non nos movemos nós, ninguén vai axudarnos», reflexiona el pedáneo de Fuente de Oliva.