Miles de docentes gallegos, ante la incertidumbre de cómo se examinarán
21 dic 2021 . Actualizado a las 10:53 h.A estas alturas, los miles de opositores gallegos a plazas de educación no saben cómo será el examen del mes de junio. La consellería ya aprobó la convocatoria del 2021 -que se celebrará el próximo año- y anunció la del 2022, que se sumará a la anterior: unas 2.900 plazas que iban a seguir el modelo actual de concurso oposición. Pero el borrador del real decreto del Ministerio de Educación debatido ayer con las comunidades para reducir la temporalidad en el empleo establece un modelo transitorio que prevé favorecer a los docentes con más años de antigüedad, y recoge que cualquier procedimiento selectivo «que se convoque y resuelva durante los años 2022, 2023 y 2024 tendrá que aplicar este sistema», aunque no sea para las plazas que pretenden estabilizarse.
Es decir, que a falta de que el real decreto se apruebe o se modifique, en principio hay que aplicar los nuevos criterios ya en la oferta del 2022. Para la Consellería de Educación esto es una falta de respeto para los profesores: «E un novo exemplo da improvisación e o caos ao que, lamentablemente, nos ten acostumados este Goberno». Un cambio «de enorme calado», dicen, que se da a conocer en Navidades con la intención de que entre en vigor ya en el 2022. La Xunta afirma que el pasado miércoles recibió un borrador y al día siguiente otra propuesta «radicalmente distinta». En el caso de Galicia, con las convocatorias de oposiciones ya en marcha, esta reforma supone un problema a mayores. «E tamén estamos preocupados pola desigualdade que pode xerar este real decreto, especialmente entre os máis novos, ao suprimir o exame eliminatorio». La Consellería de Educación escuchará a las partes afectadas y hará un análisis jurídico de la propuesta.
Para los sindicatos este cambio «é unha lea absolutamente descomunal», explica Suso Bermello, de CIG-Ensino. Este real decreto pretende cumplir con la exigencia de la UE de acabar con la temporalidad en la Administración. Para ello, todas las plazas ocupadas de forma temporal desde antes de enero del 2016 deben hacerse fijas mediante un concurso excepcional, para el que la Xunta tiene de plazo hasta el 2024. El número de estas vacantes, explica Bermello, variará mucho en función del criterio que aplique la Xunta.
Pero no es este concurso el que preocupa a los sindicatos, sino el modelo de concurso oposición transitorio, en el que deberán incluirse todas las plazas ocupadas de forma temporal desde antes de enero del 2018, las que quedaron desiertas o podrían haberse convocado en una oferta de empleo. Estas, según el borrador del real decreto, deberían sumarse a las ordinarias por jubilación y convocarse en un mismo proceso, lo que perjudicará a los más jóvenes o tengan menos antigüedad. Para ello, Bermello propone que se hagan dos oposiciones en paralelo, la que favorece los servicios prestados y la ordinaria con las vacantes de jubilación. Pero si se aplica la literalidad de la norma todas deberían seguir el mismo modelo, por lo que «se se aproba tal cal está, as comunidades terían que convocar só de acordo co modelo transitorio», afirma José Fuentes, de Comisiones Obreras.