Expertos en maltrato alertan de que un cambio legal puede afectar a las víctimas

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Gabriel Sotelo | DPA

La reforma obligará a las mujeres a declarar si se ratifica la denuncia

14 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Los delitos de violencia de género se producen de forma mayoritaria en la intimidad del hogar. Sin testigos, sin apenas pruebas. Cuando llegan a juicio, el testimonio de la víctima es a veces la única arma con la que cuentan fiscales y jueces. Pero las mujeres maltratadas, por miedo, dependencia, o por mil motivos más, cambian su declaración, se desdicen o se acogen a su derecho de no declarar en no pocas ocasiones. La consecuencia es la absolución del maltratador por falta de pruebas. Para evitarlo se ha reformado el artículo 416 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, eliminando esta dispensa que tenían las víctimas.

Ya el Supremo, en el 2020, suprimió esta posibilidad si la mujer se personaba como acusación particular, pero con el último cambio las víctimas de violencia de género no pueden retirar la denuncia ni negarse a declarar una vez que la han ratificado. ¿El objetivo? Acabar con el sobreseimiento y las sentencias absolutorias por falta de pruebas. La teoría supone, por lo tanto, un avance. ¿La práctica? Complicada, hasta el punto de que expertos en violencia de género creen que «el propio sistema puede volverse contra ellas». Cira García Domínguez, magistrada del Juzgado de violencia sobre la mujer de Albacete, sabe de lo que habla. Admite que es un tema controvertido. Porque no declarar o desdecirse puede llevar a la mujer, víctima, a cometer un delito de denuncia falsa o falso testimonio, «el mayor problema es en qué situación vamos a colocar a las mujeres».

La realidad del maltrato es compleja. Con la reforma, cuando una mujer denuncie habrá que dejarle claro que si ratifica la denuncia no podrá acogerse a su derecho de no declarar, «e imagínese cuando llegan a un juzgado de violencia, nerviosas, alteradas, es una decisión con una trascendencia muy importante y a veces la situación mental y emocional en la que se encuentran hace que no sea el momento adecuado».

De hecho, la dispensa a no declarar en el juicio era hasta ahora un incentivo que utilizaban los jueces para tranquilizar a las mujeres en su denuncia, «yo no puedo dictar una orden de alejamiento si no declaran, y al estar protegidas declaraban. Después les decías: ‘‘En el juicio valore ya si quiere seguir adelante’’. Y eso las tranquilizaba», apunta Cira. ¿Habrá menos denuncias de violencia de género con esta medida? García Domínguez cree que aquellas mujeres que tienen claro denunciar lo harán.

Patricia Arnoso, del Colexio de Abogados de Santiago y especialista en violencia de género, es aún más contundente: «Coloca á muller nunha posición realmente diabólica, simplemente co feito de ratificar a denuncia xa se perde o dereito da dispensa». Si la víctima en el momento del juicio no quiere declarar «porque sabemos que unha das características destas mulleres é o sentimento de culpa» o por otras causas «que son lexítimas», apunta Patricia, la mujer se encontrará con tres opciones: declarar, «e imaxínate que se reconciliaran»; no declarar, lo que supone un delito de obstrucción a la Justicia; o desdecirse, con lo cual se encontrará ante dos posibles delitos, denuncia falsa —si el juez cree el testimonio actual— o falso testimonio, si no lo cree. «A intención é moi boa, que os maltratadores deixen de saír absoltos por falta de probas, pero nos podemos atopar con que pode haber mulleres condenadas, vítimas dobremente, tamén do sistema», advierte esta experta.

«Debemos abordar qué hay detrás para que una mujer falte a la verdad»

Una opción para estas mujeres sería que la negativa a declarar no constituyese un delito, aunque para Cira García hay que ir más allá, «lo que debemos abordar es qué hay detrás de esa situación para que una mujer falte a la verdad o retire la orden de alejamiento, eso es lo que nos tiene que preocupar, qué intervención se da a esa mujer y a sus hijos para lograr que cuando llegue el momento de la denuncia no la retire». Para Patricia Arnoso es evidente que no puede permitirse mentir en el juicio, salvo en el caso del acusado, por lo que insiste en la situación que generará a las mujeres, «ou manteñen a declaración ou acaban encausadas».

Bajan las denuncias

Los juzgados gallegos registraron 1.620 denuncias por violencia machista en el tercer trimestre de este año, un 8,3% menos que en el mismo período del año anterior, según datos del Observatorio contra la violencia doméstica y de género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).