El socialismo gallego rehabilita a Besteiro en la cita que encumbra a Formoso como nuevo líder

GALICIA

De izquierda a derecha, Emilio Pérez Touriño, Valentín González Formoso, Santos Cerdán, Abel Caballero, Fernando González Laxe y José Ramón Gómez Besteiro, ayer, en la apertura del congreso en Santiago. xoán a. soler
De izquierda a derecha, Emilio Pérez Touriño, Valentín González Formoso, Santos Cerdán, Abel Caballero, Fernando González Laxe y José Ramón Gómez Besteiro, ayer, en la apertura del congreso en Santiago. xoán a. soler XOAN A. SOLER

El ex secretario xeral de los socialistas reapareció en un acto público tras cinco años y recibió el aplauso de delegados y militantes. Ferraz reclama a Gonzalo Caballero que se ponga a disposición del ganador de las primarias, a quien apoyan Touriño y Laxe

08 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El lucense José Ramón Gómez Besteiro fue el primer líder del PSdeG-PSOE elegido para el cargo mediante un proceso de primarias. Dirigió el partido entre el 2013 y el 2016, cuando se vio forzado a dimitir tras recibir una decena de imputaciones judiciales en varias causas. Con el paso de tiempo, las imputaciones quedaron en nada y casi todas ellas fueron archivadas. La apertura del 14 Congreso Nacional del PSdeG este martes fue el primer acto público en el que participó Besteiro en cinco años, y los socialistas gallegos no dejaron pasar la ocasión de rehabilitar, aunque fuera simbólicamente, su imagen y expresarle su cariño.

Cuando el alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo, pronunció desde la mesa del congreso el nombre de Besteiro -después de aludir a otros invitados-, los delegados y asistentes al cónclave rompieron en un caluroso aplauso de reconocimiento, que llevó a muchos de ellos a ponerse en pie. También Valentín González Formoso, el nuevo líder del PSdeG, se levantó de su butaca para aplaudir y más tarde, durante su intervención, dijo que era «unha marabilla» ver de nuevo al ex presidente de la Diputación de Lugo en un acto.

Los asistentes volvieron a brindarle a Besteiro un nuevo a aplauso, que él mismo se encargó de aplacar, un tanto sonrojado, con un gesto en el que invitaba a los presentes a que se sentaran. Sentado en la décimo tercera fila del cónclave estaba Gonzalo Caballero con sus más fieles. Aguantó impertérrito las alusiones a su trabajo, sin aplaudir, aunque sí lo hizo cuando fueron citados Emilio Pérez Touriño y Fernando González Laxe, ambos expresidentes de la Xunta.

Una nutrida representación del poder institucional del socialismo gallego, junto a los dos expresidentes, participaron en esa primera jornada del 14 Congreso Nacional del PSdeG-PSOE para arropar en su ratificación al nuevo secretario xeral del partido, que en su primera intervención ante el plenario mostró su determinación de poner fin de manera inmediata a fractura interna provocada por las primarias. «Non podemos brindarlle as nosas diferenzas», dijo Formoso, a los adversarios del PP y del nacionalismo. Reclamó el fin de las cuitas internas, y subrayó que e su proyecto «non sobra ninguén, porque todo mundo ten un papel e unha valía».

La intervención del también alcalde de As Pontes y presidente de la Diputación de A Coruña vino precedida de varios discursos pronunciados por representantes sindicales de Comisiones Obreras, UGT y Uniones Agrarias, así como del líder de las Xuventudes Socialistas (muy aplaudido cuando se quejó de que la tribuna subían muchos hombres y solo una mujer). También enviaron saludos, ya en formato telemático, miembros del PSC como Salvador Illa o Miquel Iceta, el presidente de Asturias, Adrián Barbón, y miembros de las federaciones de Andalucía, Madrid o el País Vasco.

Formoso no pasó por alto el ruido orgánico que precedió a la celebración del congreso, por las críticas proferidas hacia él por el perdedor del proceso de primarias, Gonzalo Caballero, que llegó a acusarlo de «aplicar o rodillo» y de actuar como el «cabalo de Atila» por no negociar con él la integración. El ya aclamado líder de los socialistas gallegos prefirió pasar por alto lo anterior y subirse al atril para ofrecer la otra mejilla. De hecho, agradeció cariñosamente el papel desempeñado por su predecesor en el cargo, el «enorme esforzo persoal e familiar» que hizo en los últimos cuatro años, si bien confesó haber mantenido «moitas discreepancias políticas» con Gonzalo Caballero, aclaró que nunca fueron personales.

Los trazos de la nueva etapa que Formoso se propone abrir en el PSdeG vienen marcados por el ánimo de la integración y cohesión interna, por hacer en Galicia lo que ya puso en práctica en la provincia de A Coruña, donde integró en su dirección a sus rivales de las primarias.

«Somos herdeiros políticos daqueles tipógrafos, médicos e maestros que nos concebiron», dijo en alusión a los fundadores del PSOE, y de todos los que defendieron, incluso con su vida en las épocas más oscuras, las ideas del partido. «E temos que ser dignos herdeiros -demandó-, e para iso hai que estar unidos» y ser capaces «de non forzas as discrepancias» para favorecer al PP o al BNG.

Su proyecto, insistió el alcalde pontés, consiste en pelear por volver a la centralidad política. «Non me vou resignar a que Galicia sexa un territorio do PP», pues Galicia, si pertenece a alguien, es a quién la entienda.

El responsable de organización a nivel federal, Santos Cerdán, fue la persona designada por Ferraz para participar en la apertura del cónclave gallego. Aprovechó su intervención para lanzar un mensaje en clave de unidad interna, ya que reivindicó los procesos de primarias, de lo que dijo que «llegaron para quedarse», y la tradición de los 142 años de historia del PSOE para subrayar a continuación, en clara alusión a Gonzalo Caballero, que en el partido «aceptamos los resultados» y la obligación es la de ponerse «a disposición» del ganador, sea «en segunda fila o donde nos toca», zanjó.

Laxe y Touriño trasladan su lealtad al nuevo líder para construir un proyecto «cohesionado e forte»

La presencia de los dos expresidentes socialistas que tuvo la Xunta de Galicia forma ya parte del ceremonial de los congresos socialistas, pues estuvieron presenten en todos los últimos, y su figura fue reivindicada por los secretarios generales que se sucedieron al frente del PSdeG desde el 2009.

Y Valentín González Formoso no se salió del guion. En la primera jornada del congreso ocupó asiento rodeado de Touriño, por un lado, y de Santos Cerdán, por el otro, concediéndole a los expresidentes la potestad de subirse a la tribuna para pronunciar unas palabras.

Fernando González Laxe fue el primero en hacerlo. Tras expresar su lealtad al nuevo secretario xeral, y a los que lo precedieron en el cargo, dijo que un partido «consiste tamén en ir transmitindo legados de xeración en xeración», y en ir «deixando o testigo, en saber estar entregando o compromiso» para promover un proyecto desde la unidad, la cohesión interna y pensando en el país.

También Touriño, que fue por detrás de Besteiro el dirigente político que más aplausos recibió entre los asistentes al cónclave, llamó a dejar atrás la confrontación interna, para que de este congreso salga «un partido máis unido, máis útil para a cidadanía e para que Galicia poida avanzar».

Es más, el dirigente socialista que presidió el Gobierno dela Xunta entre el 2005 y el 2009 identificó los momentos de dificultades del PSdeG, que a él también le tocó vivir, con esos en los que «nos ensimismamos na vida interna, caemos no labirinto interior» y en el ruido de las cuitas internas. Por el contrario, manifestó que cuando se mira hacia fuera y se asumen compromisos con el país, construyendo un proyecto pensado desde Galicia y para Galicia, el PSdeG se hace «máis forte e capaz». Esta mañana cierra el cónclave Pedro Sánchez.