Buscan explicaciones a la muerte masiva de estorninos en el barrio ferrolano de Caranza

ana f. cuba FERROL / LA VOZ

GALICIA

CESAR TOIMIL

Un episodio similar vivido en Holanda se atribuyó a un choque de las aves entre sí o contra el suelo por un ataque de pánico

28 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El viernes, María, vecina de la calle Alcalde Quintanilla, en Caranza, salió de casa a las ocho de la mañana para ir a trabajar. «Los pájaros hacían mucho ruido». Poco después, sobre las nueve, los coches y los viandantes que transitaban por esta vía vieron cómo se les venía encima una bandada entera de estorninos. Estaban muertos. Ayer, cuando María cerró el portal del edificio donde vive para dirigirse a la tienda observó el cielo: «Se escuchaban, pero mucho menos de lo habitual... Lo del viernes fue una cosa rara, la gente quiere saber qué pasó, hablan de la antena 5G que están poniendo allí... quién sabe».

Este extraño suceso monopolizó las conversaciones «Todo el mundo especulaba, que si las bajas temperaturas, que si una tormenta eléctrica... Hoy [el sábado] ya vuelve a tocar hablar del Gobierno y del frío que hace», apuntaban en el bar Miramar, en Caranza. Al principio se habló de 200 ejemplares, pero podrían haber sido más, esparcidos en los jardines del Hospital Juan Cardona e incluso en algún tejado.

En el Concello de Ferrol tampoco conocen las causas. «Se recogieron los pájaros y ahora se está a la espera de averiguar qué pasó, pero nos dicen que no será fácil», apuntaron fuentes municipales. La investigación compete a la Consellería de Medio Ambiente, que descarta poder facilitar algún dato concreto al menos hasta el lunes o el martes. Un técnico de este departamento se desplazó el viernes a Ferrol, recogió dos aves muertas y se las llevó al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Oleiros, donde se les realizará la necropsia.

Mapi Rodríguez, presidenta de la Asociación de Vecinos de Caranza, elude opinar «hasta conocer la versión oficial» para no generar confusión. Los ornitólogos evitan pronunciarse sobre algo para lo que no encuentran «ninguna explicación razonable». «Tampoco sabemos siquiera por qué vuelan como vuelan los estorninos, al unísono, sincronizados», reconocen. El coruñés Antonio Sandoval remite a un episodio de muerte masiva de esta especie ocurrido en el otoño de 2018 en La Haya. El diario The Holland Times publicó, en febrero del año siguiente, las conclusiones de la investigación.

Sucedió en un parque cercano a la estación de Hollands Spoor, donde suelen concentrarse los estorninos. Las primeras especulaciones apuntaron a la posible contaminación del agua o al efecto de una antena 5G que estaba en pruebas. Las investigaciones iniciales concluyeron que las aves habían perecido debido a la ingesta de bayas de tejo, por una sustancia tóxica presente en las semillas que se encontró también en los órganos de las aves. Pero no resultaba del todo convincente dados «los festines» de estos frutos que acostumbraban a darse, sin consecuencias para su salud, al menos hasta ese momento.

Un estudio posterior del Museo de Historia Natural de Róterdam acabó resolviendo «el misterio», siempre según la información de The Holland Times. La necropsia realizada a 15 aves descubrió que todas habían sufrido hemorragias internas por la rotura del hígado, «y daño severo en los vasos sanguíneos, los pulmones y el corazón». A partir de ahí, un laboratorio ligado al museo zanjó las especulaciones, descartó la posibilidad de un error humano, un experimento, un virus o una enfermedad. Y atribuyó el suceso «a que las aves chocaron con fuerza letal entre sí, con ramas de árboles o con el suelo debido a un ataque de pánico, desorientadas», a la salida de sus dormideros o a la llegada.