El periodismo como forma de estar en el mundo

Rosaura Romero

GALICIA

ANGEL MANSO

La viuda de David Beriain, productora ejecutiva de 93 metros, recordó emocionada la etapa del periodista en La Voz de Galicia y su amor por el oficio y por esta tierra

18 nov 2021 . Actualizado a las 23:41 h.

Cuando estalló la guerra de Irak, en el 2003, David trabajaba en La Voz de Galicia y convenció a sus jefes de que él tenía que estar allí. No paró hasta que consiguió entrar, pasar la frontera en el falso fondo de un camión. Y ese fue el inicio de todo. 

Así como en Argentina, con apenas 18 años, David descubrió que ser periodista era lo que quería ser el resto de su vida, gracias a la oportunidad que le brindó este periódico, se forjó como corresponsal de guerra. 

Era un alma inquieta y David escogió el periodismo porque le maravillaban las conversaciones. Solía decir que en esos sitios, de realidades extremas, la naturaleza humana encuentra su máxima expresión: con sus blancos, sus negros y sus grises, el color donde unos y otros pueden entenderse, el territorio de las circunstancias, de los matices.

Pronto escribir noticias, crónicas y reportajes le supo a poco. Y fue en esta misma casa donde comenzó lo que entonces se llamaba un diario digital, uno de los primeros blogs de la época, un espacio en el que David podría contar sin límite de palabras o tiempo. 

El Beri, como cariñosamente le llamabais en la redacción, fue creciendo y forjándose como uno de los más grandes periodistas de este país. Y, me lleno de orgullo al decirlo, no solo por su profesionalidad, por los retos que alcanzaba, por el camino que abrió en los distintos medios para los que trabajó, sino porque, hasta el final de sus días conservó sus grandes valores. Para David el periodismo era una forma de estar en el mundo, de vivir, de compartir. Hizo que todos los que estábamos a su lado así lo aceptáramos y no solo eso: David nos contagió que esas enormes ganas de ir, ver y contar, esa pasión por escuchar para tratar de entender, se nos contagiaran a todos. 

El tipo de periodismo que hacía tenía que verse. Si entras en el campamento de las FARC, si entrevistas al señor de la guerra y talibán responsable de los ataques a españoles en Afganistán, si llegas al último reducto de un grupo de Hmong que a día de hoy sigue siendo perseguido, si ves cómo viven los niños de tres años que ya tienen cicatrices de balas… Todo eso hay que mostrarlo.  «No vale con que se quede en mi recuerdo y en mis notas y luego lo cuente. Hay que mostrarlo», decía. Ese convencimiento hizo que diera el paso a lo audiovisual y fundara su propia productora, 93 Metros.  

Hoy, agradecemos en su nombre el reconocimiento que habéis hecho a su trayectoria. A la Fundación Santiago Rey Fernández-Latorre, a La Voz de Galicia y a todos aquellos compañeros que cuidaron y quisieron al Beri. Y muy especialmente a don Santiago Rey Fernández-Latorre. Ya tenía ganas yo de conocerle. Crecí en Venezuela y allí Galicia ha estado siempre muy presente. La Voz era un periódico respetado y querido en nuestro entorno.

Desde que conocí a David, Galicia ha sido uno de nuestros destinos recurrentes. En esta tierra grabamos Percebeiros, cortometraje que nos sirvió para mostrar el tipo de audiovisual que queríamos hacer. Cuando David venía a impartir clases en el máster siempre pasaba por la redacción a saludar y a traer pastas de la tía. E incluso a varios kilómetros de aquí, en la costa de Almería, grabando con la tripulación de Salvamento Marítimo, conocimos a grandes gallegos con los que David recordó vivencias que harán que siempre quiera a esta tierra.  

De corazón, en nombre de David, de sus padres que no han podido estar aquí y toda nuestra familia, ¡muchas gracias!