Caballero pide otra oportunidad al frente del PSdeG, y Formoso llama a recuperar la ilusión de la militancia

GALICIA

El debate de las primarias socialistas estuvo salpicado de puyas entre los aspirantes, aunque manteniendo la cordialidad

28 oct 2021 . Actualizado a las 00:48 h.

Costó negociar la fecha y el formato, pero, al final, hubo debate. Los dos candidatos que compiten en las primarias del PSdeG-PSOE por la secretaría xeral del partido, Gonzalo Caballero y Valentín González Formoso, celebraron la noche de este miércoles un cara a cara caracterizado por la cortesía y el guante de seda en las formas, pero en el que abundaron los dardos cruzados, especialmente a la hora de repartir las responsabilidades por la falta de unidad interna o por los resultados electorales que condujeron a los socialistas a estancarse como la tercera fuerza política en Galicia.

El secretario xeral en funciones fue el encargado de abrir el debate declarando el «orgullo socialista que nunca perdín», dijo Gonzalo Caballero a modo de puyazo hacia su adversario, que en los días previos apeló a recuperar precisamente ese orgullo perdido por tantos militantes. También reivindicó un mandato de cuatro años más al frente del partido para que el proyecto que plantó en el 2017 y que germinó pueda finalmente dar sus frutos: «Hai un traballo feito que temos que continuar».

A modo de credenciales, el alcalde de As Pontes y presidente de la Diputación de A Coruña se presentó como el integrante de una familia de humilde, formada por siete hermanos. Pero también intentó poner en valor las sucesivas mayorías obtenidas en su municipio, así como que, con él como secretario xeral de la provincia coruñesa, el PSdeG logró por primera vez superar al PP en número de alcaldías. «Quero que o PSdeG sexa o vehículo da ilusión —proclamó Valentín González Formoso— porque Galicia non é do Partido Popular, senón de quen a escoite».

Realizadas las presentaciones, empezaron a volar las alusiones directas en el plató habilitado en la sede central del PSdeG, en Santiago. Dardos alrededor de la unidad interna que ambos demandan para el partido. Formoso abrió esta espita arguyendo que el PSOE, en el congreso federal de Valencia, trasladó una imagen de integración y unidad, con el abrazo entre Felipe González y Pedro Sánchez, en presencia de Zapatero, y afeó que Caballero no incorporara a su ejecutiva a representantes de la candidatura que perdió las primarias en el 2017. «En catro anos, nunca mirei a quen apoio cada un», replicó Caballero, que defendió haber integrado a los miembros de la candidatura de Xaquín Fernández Leiceaga, y se propone seguir «suando a camiseta» para seguir sumando.

La temperatura subió ligeramente con las alusiones a los resultados electorales. El aspirante vigués presumió de bagaje al sacar a colación que, desde que asumió las riendas del partido, los socialistas lograron ganar por primera vez en la historia dos elecciones en Galicia, las generales de abril del 2019 y las europeas de mayo. A la vez, alcanzaron en las municipales el máximo de tres diputaciones provinciales y 113 alcaldías. Cuando Feijoo convocó las autonómicas del 2020, «había unha dinámica de cambio», insistió Caballero, que se truncó con la pandemia, aunque dijo que el PSdeG siempre avanzó.

No obstante, Formoso puso este planteamiento en solfa, arguyendo que la misma ciudadanía gallega que en cuatro procesos había escogido la papeleta roja para darle victorias o buenos resultados al PSdeG, no hizo lo mismo en las autonómicas, con Gonzalo Caballero de candidato. Es más, utilizó como argumento el estudio poselectoral elaborado por el CIS que dirige José Félix Tezanos, en el que supuestamente muestra a Caballero como el líder político gallego con menor tirón electoral. «O modelo que ti defendes tampouco representa unha garantía para a vitoria», objetó el secretario xeral, que afeó a Formoso que no se hubiera implicado lo suficiente en esa campaña de las autonómicas de julio del 2020, pues en su provincia se bajó en porcentaje de voto y en número de diputados.

Las apelaciones a la división interna que no se combatió en los últimos cuatro años fue una constante en el discurso de Formoso, que aludió a su rival como un secretario general «que non integra, que arranca dividido» y que tiene a buena parte de la militancia desmotivada.

En contraposición, Caballero deslizó varios reproches contra su adversario por la falta de implicación en el proyecto socialista, al acusarlo de acudir a solo dos reuniones de las 20 celebradas por la ejecutiva gallega, de reunirse con Feijoo en varias ocasiones, de no asistir al comité federal del PSOE o incluso a algunos mítines en Galicia en los que estuvo presente Pedro Sánchez.

Está por ver ahora si este debate, que concluyó iniciada ya la madrugada del jueves, mueve algunos votos en las primarias, pues los candidatos se afanaron en no cometer errores que les pudiera ocasionar algún coste en la recta final y en repetir argumentos empleados ya varias veces en las últimas semanas.

La última palabra la tiene ahora la militancia del PSdeG, esos 10.200 afiliados que el sábado están llamados a las urnas que se instalarán en las sedes del partido para elegir a su próximo secretario xeral. El aspirante que se imponga, sea Caballero o Formoso, será proclamado posteriormente en el cargo durante el congreso nacional del PSdeG, que tendrá lugar el 7 y 8 de diciembre, donde se renovarán también los órganos de dirección del partido.