Una experiencia Erasmus diferente: estudiar en el campus y vivir en una furgo

Beatriz Antón FERROL / LA VOZ

GALICIA

CÉSAR TOIMIL

Maxi Plitt, alumno alemán de Ingeniería de factores humanos, reside en una casa rodante y asegura que no echa de menos la vida en un piso de universitarios

18 oct 2021 . Actualizado a las 19:13 h.

El covid borró del mapa a los estudiantes Erasmus del campus de Ferrol el curso pasado. Pero este año, con la vacunación ya avanzada y los niveles de contagio bajo mínimos, el acento extranjero ha regresado a las escuelas y facultades de la urbe naval. En sus aulas se pueden encontrar estudiantes italianos, franceses, polacos, portugueses... Y también alemanes como Maximilian Plitt -Maxi para los amigos-, un alumno que se diferencia de los demás porque no comparte piso con otros universitarios, como la mayoría de los Erasmus, sino que reside en una antigua furgoneta de mercancías que él mismo ha transformado en una pequeña y confortable casa rodante.

«No me imagino un lugar mejor en el que vivir esta experiencia. Me levanto viendo el mar y escuchando el sonido de las olas», comenta poco después de desayunar a bordo de su «furgo». Acaba de salir el sol en el aparcamiento de la playa ferrolana de Doniños, pero Maxi no siempre amanece en el mismo lugar. «Depende mucho de lo que tenga que hacer al día siguiente. Si tengo clases suelo pasar la noche en el área de autocaravanas de A Malata (junto al estadio de fútbol), porque me queda más cerca del campus», explica.

Humanidades e ingeniería

Nacido en Múnich, pero con residencia en Dresde desde hace ya muchos años, Maxi estudió Ingeniería mecánica en su país y actualmente está matriculado en un máster sobre Ingeniería de factores humanos en Berlín. En Ferrol desembarcó a principios del pasado mes de septiembre para realizar una estancia de cinco meses que incluye clases de ingeniería en la Escola Politécnica Superior (EPS), pero también de Antropología y Sociología en la Facultade de Humanidades e Documentación. «Lo que yo estudio tiene que ver con la relación entre las máquinas y las personas, y las interfaces que se pueden diseñar para evitar los errores humanos en esa relación», señala sobre su ámbito académico.

Maxi cuenta que el objetivo «número uno» cuando decidió marcharse de Erasmus era perfeccionar su español y explica que eligió la Universidade da Coruña (UDC) sin saber que acabaría residiendo a 50 kilómetros de la urbe herculina. «Yo buscaba un sitio pequeño, para no coincidir con muchos Erasmus y así hablar todo el rato en español. Unos amigos me dijeron que Galicia era muy linda, así que decidí matricularme en la Universidad de A Coruña, pero pensando que Ferrol estaba a las afueras», apunta.

Ahora que ya está instalado en la urbe naval no se arrepiente, porque en la costa de la comarca ferrolana ha encontrado las «mejores olas» para hacer surf, pero, sobre todo, un buen puñado de extensos arenales para practicar el kitesurf cuando el viento sopla con fuerza. «Ferrol está muy bien porque todo queda muy a mano y en diez minutos puedo estar en Esmelle para hacer kitesurf o en veinte minutos conducir hasta Campelo (en Valdoviño) para practicar surf», anota el estudiante germano.

CÉSAR TOIMIL

Como le habían contado que Galicia era un lugar de grandes olas, Maxi siempre tuvo claro que traería consigo su furgoneta. Y no solo eso, sino que también viviría en ella. «Aquí puedo dormir, prepararme la comida... No me falta de nada, y con los 380 euros de la beca Erasmus me llega para mis gastos», cuenta Maxi, que es vegetariano y suele hacer la compra en comercios de productos ecológicos de la ciudad.

También asegura que no echa de menos la vida en un piso de universitarios, aunque para hincar los codos prefiere las salas de estudio del campus que su furgoneta. Y pese a que ama la libertad y las posibilidades de viajar que le ofrece su querida casa rodante, no descarta buscar una residencia fija si de repente llega el frío y la lluvia. «Si viene muy mal tiempo puede que busque un piso para compartir con otros estudiantes, pero de momento estoy bien en mi furgoneta y me parece un forma ideal para disfrutar de la vida y la naturaleza», concluye sonriente Maxi, que a finales de enero tiene previsto viajar por Andalucía antes de regresar a Alemania.

Rumanía, el destino número 1 de los que se van

Tras el parón que supuso el covid el curso pasado, la UDC ha conseguido recuperar sus cifras de movilidad. Este curso recibe a 282 estudiantes foráneos (243 en A Coruña y 39 en Ferrol), mientras que envía al extranjero a un total de 289 (243 de la ciudad herculina y 46 de la urbe naval). El destino al que viajan más estudiantes es Rumanía, seguido de Polonia, Eslovaquia, Reino Unido y Eslovenia.