¿Tienen alguna utilidad las propuestas de resolución aprobadas en el debate de la autonomía?

Domingos Sampedro
domingos sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Imagen de la constitución del Parlamento gallego, hace un año
Imagen de la constitución del Parlamento gallego, hace un año PACO RODRÍGUEZ

La mayoría son medidas en las que ya trabaja la Xunta o meros brindis al sol

13 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

En el debate sobre el estado de la autonomía de Galicia del 2017, hace cuatro años, se aprobaba una propuesta de resolución que contó con los votos favorables del PP y el PSOE, es decir, las dos fuerzas que se han turnado en la Moncloa en los últimos cuarenta años, en la que se instaba a «continuar solicitando a transferencia da Autoestrada do Atlántico (AP-9) para que poida ser xestionada dende a proximidade polo Goberno autonómico». Hablaba la resolución de «continuar solicitando», porque ya se había pedido antes. Y se siguió solicitando sin éxito en el 2018, el 2019, y probablemente volverá a hacerlo este año, y con el mismo resultado.

El ejemplo anterior ilustra perfectamente la escasa utilidad que tienen los acuerdos y resoluciones que se plasman en el debate sobre el estado de la autonomía, que el grupo mayoritario del Parlamento, el PP, acostumbra a acompasar con los asuntos en los que ya trabaja el Gobierno gallego, evitando casi siempre fijar compromisos de gasto o establecer plazos concretos de ejecución. No vaya a ser que lo pillen en un renuncio, y que el mero ejercicio de poner por escrito un compromiso claro y delimitado se convierta en el preludio de un futuro incumplimiento.

Muchas veces las resoluciones que se aprueban consisten en que el Parlamento insta a la Xunta a «continuar desenvolvendo», a «manter o impulso» o a «seguir dando pasos» para conseguir tal o cual cuestión que ya se está haciendo. Como para no cumplir. Y algunas resoluciones son meros brindis al sol, cartas de deseos escritas por el poder autonómico al Gobierno de España, pese a que se conoce de antemano que van a tener grandes dificultades para materializarlo. Eso es, ni más ni menos, lo que ocurre con la tan traída y llevada transferencia de la titularidad de la AP-9, que volverá a pasearse por el hemiciclo de O Hórreo.

Aprobadas o en desarrollo

En su descargo, el grupo del PP hace balance y asegura que de las resoluciones aprobadas en el debate del 2019 que atañen a la Xunta «están realizadas ou en proceso». En ese lote entran el desarrollo del Plan Xacobeo 2021, las actuaciones para potenciar el turismo interno en temporada baja, el llamado bono turístico, ampliar la Tarxeta Benvida o «seguir reforzando» los recursos de la sanidad pública. En cambio, otras como la aprobación del Plan Estratéxico 2021-2030 regresará dos años después al debate, y algunas como la definición de un sistema de colaboración con concellos y diputaciones para la gestión del ciclo del agua se quedaron en el tintero.

«O problema é que as resolucións serven na medida en que lle interesan ao PP», sostiene Olalla Rodil, viceportavoz del BNG, dejando claro que es el grupo mayoritario el que tiene el poder de decidir con sus votos qué resoluciones, ya sean suyas o de la oposición, son las que verán la luz.

Medidas ya rechazadas

No obstante, también la oposición incurre un año tras otro en la práctica de promover resoluciones a sabiendas de que no contarán con el voto de la mayoría. En realidad, tampoco es la finalidad, sino que se trata de utilizar el escaparate mediático que ofrece el debate para desgranar el programa electoral de cada formación. Solo así se entiende que el BNG, por ejemplo, se plante en este debate nuevamente demandando una tarifa eléctrica gallega o un concierto económico para Galicia similar al vasco cuando ya fue rechazado en reiteradas ocasiones y en distintos formatos.

Una referencia aparte merecen las resoluciones dirigidas al Gobierno central, ante el que decae mucho más la capacidad de persuasión que puede tener el Parlamento gallego. Cuando gobierna el PP en Madrid, es el PSOE quien suele ser exigente. Ese papel le toca ahora al PP gallego. Y gobierne quien gobierne, siempre se puede pactar una resolución para pedir, como se reiteró en el 2019, el traspaso de las competencias de tráfico. Una idea que sin duda llenará algún párrafo, pero que será un nuevo brindis al sol.

Un pleno a dos vueltas con una suspensión de al menos 24 horas

El debate sobre el estado de la autonomía, a efectos del Parlamento denominado debate de política xeral, arranca este miércoles a las 10 de la mañana con la intervención del presidente de la Xunta, donde acostumbra a hacer balance del último año y a trasladar sus compromisos para los próximos años.

La intervención inicial de Núñez Feijoo es por tiempo ilimitado, aunque no acostumbra a durar más de 100 minutos. Por la tarde, a partir de las 16 horas, intervendrán los portavoces de los grupos políticos por orden de menor a mayor por un tiempo de 45 minutos. Empezará Gonzalo Caballero (PSdeG), seguirá Ana Pontón (BNG) y continuará Pedro Puy (PP). Feijoo les dará una replica conjunta a media tarde, que derivará en otra réplica de los portavoces de 15 minutos cada uno, antes de que el jefe del Ejecutivo cierre la primera jornada.

La jornada del jueves se reserva para registrar las propuestas de resolución y negociar posibles acuerdos, y el viernes se retoma la actividad en el hemiciclo con el debate y votación de las resoluciones, tarea que normalmente recae en los viceportavoces de cada formación, que tendrán media hora para la exposición.

Un escaño vacío y el regreso del público invitado a la tribuna marcarán la sesión

El debate de la autonomía que arranca este miércoles no solo se distinguirá por ser el primero que se celebra en el Parlamento gallego tras la declaración de la pandemia de coronavirus, sino que tendrá al menos otros dos rasgos distintivos. De un lado, está el escaño azul vacío que deja el conselleiro de Facenda, Valeriano Martínez, tras su reciente fallecimiento y, del otro, está el regreso del público a la tribuna de invitados, que durante el último año permaneció cerrada por las restricciones sanitarias derivadas del covid-19.

El uso de la tribuna solo se autorizó, en ocasiones muy puntuales, para que los medios gráficos pudieran desarrollar su trabajo en el pleno. No obstante, la recuperación de la normalidad llegó también al pazo de O Hórreo con la presencia del público en la grada, que ya se pudo ver en la última sesión plenaria.

Renuncias de conselleiros

En el pleno del debate sobre el estado de la autonomía también se hará visible la pérdida de la condición de diputados de los siete miembros del Ejecutivo autonómico que renunciaron al escaño para concentrar toda su actividad en la labor de gobierno. A partir de ahora, podrán seguir ocupando su puesto en la fila de los bancos azules, pero ya no tendrán derecho a voto.

Del mismo modo, el debate supondrá el estreno para las nuevas incorporaciones en las filas del grupo popular. En realidad, algunos diputados se limitan a regresar a una Cámara de la que ya formaron parte con anterioridad, como ocurre con Jesús Prado Patiño, Begoña Freire, Moisés Rodríguez y Carlos Gómez Salgado, pero otros son nuevas incorporaciones, como la de Adrián Pardo, presidente de Novas Xeracións del PPdeG.

En todo caso, y para evitar las aglomeraciones en la tribuna, el Parlamento habilitará varias salas de seguimiento y escucha de las diferentes intervenciones.