El adiós de un fusilado por el franquismo: «Querida madre, llegó la hora»

José Manuel Pan
José Manuel Pan REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Acto de homenaje a las víctimas del franquismo celebrado este jueves en el pazo de Meirás.
Acto de homenaje a las víctimas del franquismo celebrado este jueves en el pazo de Meirás. César Quian

El sobrino de un represaliado por la dictadura leyó en el pazo de Meirás la carta que su tío sindicalista escribió el 29 de enero de 1937, un día antes de su muerte

08 oct 2021 . Actualizado a las 19:56 h.

«Querida madre. Llegó la hora y hay que marcharse. Mamá, le pido perdón por lo que le he hecho sufrir y tenga resignación. Esto es una consecuencia de la guerra y una vida más no importa nada. Mamá, yo marcho tranquilo porque no he hecho daño a nadie ni he robado ni matado. Por eso mi conciencia va tranquila, ya sabe usted. Soy católico, pero no me confieso para mostrar así mi repulsa por toda esa armadilla que han hecho entre curas y militares. Un abrazo a mis hermanos y mire por mis pequeños, por los cuales tengo el sentimiento deshecho. Quedan sin padre los pobres, y espero que mis hermanos hagan las veces mías con ellos. Mamá, un fuerte abrazo y tenga paciencia. Abrace también a toda la familia en mi nombre y le agradecería mucho que se llevara siempre bien con Dolores. Adiós, mamá, tenga calma, que yo estoy fuerte y no lloro. Adiós de su hijo, Pepe».

Es esta la carta que José Lijó escribió a su madre el 29 de enero de 1937, el día anterior a ser fusilado en los muros del cementerio de Boisaca, en Santiago. La leyó ayer ante la fachada principal del pazo de Meirás su sobrino Andrés. José Lijó tenía 27 años, dejó mujer y dos hijos, de 3 y 5 años. En la casa nunca se habló de aquello, «era un tema tabú», recordaba Andrés. Esa carta estaba guardada entre otras en una lata de membrillo en la casa familiar de Ribeira. Su tío era chófer y sindicalista. Fue apresado junto a otros compañeros el 28 de julio de 1936. Fueron llevados a Noia y después a Santiago, donde fueron encarcelados, juzgados y condenados.

Andrés es uno de los familiares de víctimas de la dictadura que este jueves contaron su historia en el pazo de Meirás, donde ayer quedó abierta una exposición en la que el Gobierno central quiere expresar el la importancia de recordar lo ocurrido durante la dictadura de Franco. El secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez, definió este acto como «una gran victoria de la democracia».