Trudi, la nueva agente de la Guardia Civil que localiza cebos envenenados

Fina Ulloa
Fina Ulloa OURENSE / LA VOZ

GALICIA

Trudi es una border collie de 18 meses que trabaja en la Guardia Civil localizando cebos envenenados
Trudi es una border collie de 18 meses que trabaja en la Guardia Civil localizando cebos envenenados MIGUEL VILLAR

La border collie, con base en Galicia, recibe solicitudes de otras comunidades

07 oct 2021 . Actualizado a las 12:56 h.

Hace unos meses una nueva especialista comenzó a trabajar en el equipo del Grupo Cinológico de la Guardia Civil de Galicia, con base en la comandancia de Ourense: se llama Trudi, y es una border collie de 18 meses. Trudi ha sido adiestrada para localizar cebos envenenados y animales muertos como consecuencia de haberlos ingerido, y ya ha participado en media docena de servicios a petición de distintas unidades del Seprona, tanto dentro como fuera de Galicia. Su zona de trabajo está principalmente en Asturias y Cantabria, además del territorio gallego; pero puede desplazarse a otros lugares donde se requiera su presencia si no hay cerca perros con su misma especialización disponibles. Y es que la suya es una subespecialidad con la que la Guardia Civil comenzó a trabajar hace unos diez años y no hay muchos canes como ella.

Nacho, su guía, explica que media docena de intervenciones es una cifra razonable para el primer trimestre de trabajo, pero menos de lo que asumirá de ahora en adelante. Hasta ahora tuvo menos trabajo por la coincidencia con la temporada de incendios, en la que la prioridad y el esfuerzo de los efectivos del Servicio de Protección de la Naturaleza se centra en la vigilancia y prevención de los fuegos forestales. Pero además, la época estival no es la más fuerte en este tipo de delitos. Quienes buscan envenenar fauna salvaje suelen hacerlo en temporada de cría. Según recoge el Código Penal, este tipo de prácticas pueden acarrear penas de prisión de entre cuatro meses y dos años, además de multas y e inhabilitación para ejercer la caza o la pesca.

Plan de trabajo semanal

Pero más allá de las intervenciones directas para dar con la pista de estos infractores, Trudi no ha parado. Cumple un plan de trabajo semanal que, además de mantenerla en forma, le ayuda a seguir afinando las capacidades que la convierten en una agente especializada en su campo. Y no es la única. También su compañero humano tiene que formarse. De la misma manera que hay partes del entrenamiento de los animales que varían dependiendo de hacia qué labor se destinan, los guardias que trabajan con ellos también deben dominar aspectos relacionados con el área en la que intervienen; que en ocasiones son más de uno y de tareas distintas. Nacho, por ejemplo, tiene otro perro —la mayoría de los guías de la Guardia Civil conviven con los animales que adiestran desde cachorros— especializado en rescate.

Trudi es una border collie que ha sido adiestrada para localizar cebos envenenados
Trudi es una border collie que ha sido adiestrada para localizar cebos envenenados

Para el tándem con Trudi, por ejemplo, ha realizado cursos de manejo de productos fitosanitarios. «Algunas sustancias con las que trabajamos son complicadas, porque al final son tóxicos y a veces muy potentes», dice. También acude a jornadas formativas en las que tiene la posibilidad de compartir experiencias con compañeros del resto de España o de cuerpos policiales de otros países, «y además está lo que tú puedas hacer por tu cuenta para mantenerte lo más actualizado posible, leyendo más sobre asuntos que te pueden ayudar, como sobre los tipos de trampas que usan los cazadores, por ejemplo; o compartiendo con compañeros de otras unidades para conocer qué situaciones nuevas se van encontrando y cómo las afrontan», narra.

«El perro va buscar veneno, no trampas, y puede meterse en ellas o meterle tú sin querer»

Y es que una de las preocupaciones de quienes trabajan en el servicio cinológico es preservar la seguridad de sus compañeros de cuatro patas. Al igual que ocurre con los perros de detección de drogas o explosivos, los de venenos reciben adiestramiento para minimizar riesgos; deben aprender a marcar la existencia del cebo tóxico o de un animal muerto envenenado, pero sin ingerirlo ni tocarlo siquiera. Sin embargo, los delincuentes no dudan en intentar neutralizar a estos perros que ayudan a descubrirles y diseñan trampas cada vez más sutiles que pueden llevarles a hacerse daño. «Tienes que estar siempre alerta y saber e identificar en el terreno cuándo puedes encontrarte una. Cuando vas al monte el perro va buscar veneno, no trampas, y puede meterse en ellas o meterle tú sin querer», explica Nacho.