La Xunta decide volver a impulsar la fusión de ayuntamientos en Galicia

Carlos Punzón
carlos punzón VIGO / LA VOZ

GALICIA

Pleno para ratificar la unión de Cerdedo y Cotobade, con protestas de los vecinos, en marzo del 2016
Pleno para ratificar la unión de Cerdedo y Cotobade, con protestas de los vecinos, en marzo del 2016 RAMON LEIRO

Tras la de Oza-Cesuras en el 2013, la última fue la de Cerdedo-Cotobade en el 2016

26 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Media Europa ha reformado durante la segunda mitad del siglo pasado y comienzos del actual su mapa municipal para simplificarlo y menguar su aparato administrativo. La oleada más reciente llegó de la mano de la crisis económica del 2008, que llevó a Dinamarca a reducir hasta 98 su número de localidades; a Grecia a eliminar como entidad a los ayuntamientos de menos de 10.000 habitantes; Italia diseñó un plan para borrar 36 provincias y fusionar a los municipios de menos de 1.000 vecinos, y el rescate europeo obligó a Portugal a hacer desaparecer 1.500 freguesías para empujar así las fusiones locales.

España, en cambio, optó en el 2013 por fomentar con ayudas económicas la unión de ayuntamientos, pero solo se animaron a ello Cerdedo y Cotobade hace ahora cinco años. Tres antes Oza y Cesuras habían hecho confluir también su destino atendiendo al deseo de la Xunta de reducir la planta municipal.

Tras esas dos únicas fusiones de localidades alcanzadas en toda España en lo que va de siglo, surge ahora en Extremadura la posibilidad de que dos villas con cierta entidad poblacional se unifiquen en una para convertirse en la tercera más poblada de la comunidad, solo por detrás de Cáceres y Badajoz y por delante de la capital, Mérida. Don Benito (37.284 habitantes) y Villanueva de la Serena (25.752) impulsan un referendo vecinal para el año que viene sobre la fusión, que se convertiría en realidad en el año 2031 si logra al menos el 66 % de los votos a favor.

Apuesta por la unificación

Con este nuevo impulso a las fusiones desde el sur, el antecedente de ser la única comunidad que ha llevado a cabo fusiones municipales en este siglo y la constancia de que son cada vez más los ayuntamientos pequeños que no pueden hacer frente a los costes de los servicios obligatorios y los que requiere la ciudadanía, la Xunta ha decidido retomar ahora la apuesta por la unificación de municipios en Galicia.

Durante la primera mitad del año que viene la Vicepresidencia Primera tiene previsto llevar a cabo un estudio sobre el resultado de los procesos de fusión de Oza-Cesuras y Cerdedo-Cotobade, con especial atención «á calidade dos servizos prestados aos veciños destes concellos e sobre os seus orzamentos municipais».

«Será un estudo completo sobre como estaban antes das fusións os catro concellos e como están agora», señala la directora xeral de Administración Local, Natalia Prieto.

Antes de conocer qué dirá dicho estudio, la Xunta avanza que su intención es la de «incentivar novos procesos de redimensionamento da planta local galega», y será ese análisis el que apunte qué tamaños de población serían los más aconsejables para animar a una fusión que les diese un tamaño mayor con el que obtener más ingresos del Estado y optar a los fondos que la Administración gallega ha habilitado para los municipios fusionados. «Hai estudos de todo tipo. Os que falan de unir concellos para que teñan un tamaño de uns 5.000 habitantes, outros que sitúan ese baremo ata os 7.000. Tamén depende das zonas. Veremos que di o estudo, pero de entrada o que se trata é de acadar concellos mais sustentables, menos dependentes economicamente e con maior capacidade para prestar servizos públicos de calidade aos seus veciños», apunta Prieto.

Entre el 2016 y este año la Xunta ha destinado 10,5 millones de euros al fondo especial de fusiones, importe que casi íntegramente se han repartido Oza-Cesuras y Cerdedo-Cotobade. Se añade desde la Vicepresidencia Primera que los dos ayuntamientos fueron beneficiarios de casi la totalidad de las ayudas convocadas para las entidades locales.

Desde la Xunta se reconoce que los procesos de fusión de ayuntamientos —paso completamente voluntario por parte de sus corporaciones — no son una solución definitiva frente a la crisis demográfica que sufre Galicia, pero se mantiene que sí puede evitar una mayor despoblación del rural donde se produzcan, al poder garantizar servicios básicos con una mayor dotación de fondos públicos, que podrían atraer a población de núcleos de mayor tamaño.

Cuarenta cambios en el mapa local gallego en casi dos siglos, con 4 uniones y 13 segregaciones

El decreto de septiembre del 2016 con el que se declaraba aprobada la fusión de Cerdedo y Cotobade, indicaba expresamente que el mapa municipal español actual está sujeto a revisión y reordenación dado que desde que se oficializó en el siglo XIX ha registrado cambios sociales, económicos y demográficos que lo han alterado. Pero añade el decreto que el cambio en la planta municipal no se puede hacer con carácter genérico y con un criterio único, sino favoreciendo su simplificación y animándola.

Y Galicia no ha sido escenario propicio para la reducción de su mapa local. Desde hace casi dos siglos tan solo se han registrado cuatro fusiones en el territorio de la comunidad: las recientes de Cerdedo-Cotobade (2016) y Oza-Cesuras (2013) y las anteriores de A Pontenova, como fruto de la unión de Vilameá y Vilaodriz (1963) y la de Ramirás, surgida por la confluencia de Freá de Eiras y Vilameá (1926). Frente a esas cuatro fusiones, cuenta desde el año 1857 con otras 23 absorciones de localidades grandes a otras limítrofes de menor tamaño, y el surgimiento de 13 nuevos concellos por disgregación de otros. Son los casos de Vilarmaior, Cariño, Rábade, Negueira de Muñiz, Ribeira de Piquín, Burela, Punxín, Carballeda de Avia, O Rosal, Fornelos de Montes, Mondariz Balneario, Pontecesures y A Illa de Arousa.

Resto de España

En los censos de población confeccionados desde 1991 se han registrado 51 cambios en ayuntamientos en toda España. No hay más fusiones que las dos gallegas señaladas y la moneda común no es la confluencia, sino la separación. Hasta 43 ayuntamientos han surgido en los últimos treinta años. Navarra es la comunidad donde más casos de independencia municipal se han dado con el nacimiento de ocho municipios más, como otros seis han surgido en Andalucía, el último en el año 2010, Villanueva de la Concepción (Málaga), que al separarse de Antequera arrancó con 3.425 habitantes y hoy ha bajado hasta los 3.288. En ese mismo año se constituyó también La Canonja, en la provincia de Tarragona, de 5.956 vecinos y que se separaron de la capital tras una anexión anterior.

Hasta seis municipios han incorporado parte de otros a su superficie también desde 1991. Córdoba, Pamplona, Alcolea, Riaño, Boca del Huérgano y Las Llosas han crecido por la vía de la anexión.