La líder nacionalista evita aclarar su futuro político, pero marca el desafío de preparar el Bloque para gobernar Galicia
25 sep 2021 . Actualizado a las 15:40 h.Ana Pontón se plantó este sábado ante el consello nacional del BNG decidida a conducir el nacionalismo gallego por una nueva senda. No desveló todavía si en la asamblea nacional que se celebrará en A Coruña en noviembre se presentará para renovar el cargo de portavoz nacional, pero por lo de pronto pintó en la pizarra bastante tareas, que pasan por ensanchar la base social del Bloque para disputarle la hegemonía política al PP. Es más, llamó a los cargos políticos y a la militancia a «traballar cun sorriso nos beizos e con razóns que cheguen ao corazón» para sumar en torno al proyecto a todos los que creen que es posible construir una Galicia más igual, más justa, más sustentable y más feminista.
La intervención de Pontón ante el máximo órgano del BNG no estuvo exenta de referencias a los asuntos de actualidad, como la AP-9, pues emplazó al Gobierno central a que siga la hoja de ruta marcada por Bruselas y suprima la concesión, pero sobre todo lanzó un mensaje en clave interna. No es la primera vez que los nacionalistas hablan de ensanchar la base social y de acumular fuerzas. Ya lo hacían hace 16 años. Pero Pontón lo repitió hasta tres veces en un discurso de apenas 10 minutos, con el pretexto de que hay que estar preparados para gobernar Galicia.
«Imos traballar sen descanso para disputarlle ao PP a hexemonía», soltó, arguyendo que tenían tres años para lograr dicho objetivo. «O BNG ten a posibilidade real de encabezar o Goberno e iso significa estar á altura», abundó la dirigente nacionalista, que insistió en pedir que se enriquezca el proyecto político mediante el contacto permanente con los sectores económicos, sociales y culturales del país. Lo que quiere —expresó— es un Bloque «firme nos seus principios, pero en diálogo constante coa sociedade».
Reflexión personal sobre su futuro
Los retos trazados por Pontón no parecen ser los de una dirigente en disposición de hacerse a un lado y dar el relevo. Aún así, aclaró que mantenía abierta la reflexión personal sobre su futuro político —«non se pode dar nada por feito», subrayó— e incluso demandó que toda la organización haga una «reflexión colectiva» sobre cuál es la mejor manera de contribuir al fortalecimiento del BNG, como paso previo a asumir las responsabilidades de un gobierno gallego.
Concluyó la líder del Bloque asegurando que la organización seguirá siendo la «voz indignada» frente a la escalada de los precios de la luz o los recortes en la sanidad. «Queremos ser o muro de contención contra a involución democrática», la intolerancia o el recorte de derechos «das persosas e dos pobos», manifestó. Y sobre su futuro, se limitó a decir que «todo ten os seus tempos», y por ahora lo que toca es debatir sobre la idea de convertir al Bloque en una organización de masas y con capacidad de dar el salto hacia la presidencia de la Xunta.