Alfonso Rueda, reelegido presidente del PP de Pontevedra, ante el reto de recuperar la Diputación

Alfonso Rueda comenzó este sábado haciendo unos kilómetros en bicicleta «para despejar la cabeza» y luego se sentó en su casa a escribir un discurso para el congreso provincial del PP Pontevedra, en el que era candidato único. Le salieron 14 folios escritos a mano. Al final, ni siquiera los leyó, sino que improvisó un discurso plagado de referencias personales, recuerdos y miradas al futuro. Alberto Núñez Feijoo dijo que no los leyó porque «no entiende su propia letra».

No le hacía falta a Rueda enardecer a sus compañeros del PP de Pontevedra: obtuvo el 98,13 % de los votos en un congreso con 700 delegados que se repartieron -el covid obliga- por varias salas de la sede de Afundación en la ciudad del Lérez.

Rueda no leyó esos 14 folios, pero sí asumió el reto de que en las municipales del 2023 el PP vuelva a ser el referente en la provincia. Porque a día de hoy como se encargó de recordarle Feijoo, de un total de 61 municipios en Pontevedra solo en 24 hay gobiernos del PP. Y, lo que duele aún más, desde el 2015, el partido no gobierna en la Diputación.

«Hay que decirlo claro: tenemos cosas que mejorar», afirmó un Rueda que en el 2016 dejó —«por voluntad propia, yo no se lo pedí», dijo Feijoo— la secretaría general del PPdeG para asumir la presidencia del partido en la provincia de Pontevedra.

Renovando al 73 % de su ejecutiva y con un giro hacia el municipalismo para recuperar ese espacio perdido, Alfonso Rueda afronta la encomienda. Refuerza su ejecutiva con ocho vicesecretarios, que formarán un núcleo duro del partido, junto al presidente, el secretario general, Luis López Diéguez (que releva a Cores Tourís), y la vicepresidenta, la alcaldesa de Mos, Nidia Arévalo.

Feijoo le exigirá resultados. «Pontevedra es posiblemente la provincia más difícil para el PPdeG», afirmó. Y Vigo y la capital de la provincial, las alcaldías más ansiadas.

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