Según Puy, la «suposta participación» en la represión tras el golpe de estado de 1936 «non está acreditada historiograficamente» como, dice, sí existen «evidencias» de que Rosón «axudou a militantes galeguistas» como su amigo Ramón Piñeiro.
Además, el portavoz popular ha expresado que el papel de Rosón durante la dictadura, en la que desempeñó varios cargos en distintos estamentos de la estructura gubernamental franquista, fue «pouco relevante». Por tanto, Puy ha manifestado que lo que pretende el BNG al cuestionar que la Cámara «honre» a su primer presidente bautizando con su nombre una de sus salas es «condear» a Rosón «pola súa condición condición integradora» en la transición y por «representar todo» lo que el nacionalismo articulado en torno al Bloque «sempre denostou», como el Estatuto de Autonomía o la integración en Europa.