«O autobús pasa por diante de nós, pero non para recollernos»

María Guntín
María Guntín BAAMONDE / LA VOZ

GALICIA

Los pequeños de Baamonde suben al coche mientras el autobús escolar pasa de largo.
Los pequeños de Baamonde suben al coche mientras el autobús escolar pasa de largo. OSCAR CELA

El cierre del colegio de Baamonde lleva a cinco niños a ir al nuevo centro en coche particular, al no tener autobuses ni taxis. La Xunta justifica que no puedan usar el transporte escolar porque no están matriculados en un centro de su concello

27 dic 2021 . Actualizado a las 12:26 h.

Son las 08.50 de la mañana y la niebla invade Baamonde, una parroquia del concello lucense de Begonte con apenas 400 habitantes censados. Cinco niños de entre seis y ocho años y sus padres ven cómo el autobús escolar atraviesa el centro del pueblo con dirección al colegio de Parga. No para. Tiene plazas vacías. Detrás, en caravana, van ellos en sus coches particulares. ¿Qué sucede? Las familias creen que se trata de una revancha por las manifestaciones que convocaron contra el cierre del colegio de Baamonde, en el que estudiaban una treintena de niños. «A nós quitáronnos a vida pechando o cole, xa que moitos mudámonos coa única intención de que os nosos cativos estudaran nunha escola rural», cuenta una madre.

«O autobús da Xunta pasa por diante das nosas narices e non para, aínda que sabemos que a parada se solicitou», añade. A esto, las familias suman que ha sido imposible contratar el servicio de taxi en su ayuntamiento, e incluso en los limítrofes: «Os taxistas botáronse para atrás o día que tiñamos que pechar o acordo». A falta de autobuses y taxis que ellos estarían dispuestos a pagar, los padres tienen que hacer el trayecto de Baamonde a Parga. Aunque son apenas diez kilómetros, la conciliación y la rutina son difíciles: «Nós apuntamos aos pequenos a Parga, e non ao de Baamonde por cuestión de dignidade, xa que nos pecharon o colexio por un capricho», dicen al considerar que el alcalde cerró su colegio con la única intención de sumar alumnos al centro educativo de Begonte. Finalmente solo nueve pequeños se trasladaron a ese, de los 30 que había en Baamonde.

«Puxémonos en contacto coa directora despois de anotar aos nenos, e soubemos que non lles daban parada. Quince días antes de comezar o colexio puxémonos a buscar taxis, e ao principio dixéronnos que si, pero cando chegou a hora de confirmar comezaron a poñer escusas», narran estos padres, que ya han mandado algunos escritos a la Xunta. «Quitáronnos o colexio, o local social, o médico e ata o banco. Todo, nun ano. Desmantelaron o lugar onde vivimos», sentencian.

La Xunta, por su parte, explicaba ayer que «para acceder ao servizo de transporte deben estudar no seu concello, algo que non sucede neste caso». Los niños de Baamonde, al ser cerrado su colegio, decidieron matricularse en localidades equidistantes y no ir a la capital municipal.

Ni el encierro en el edificio administrativo de la Xunta en Lugo, ni las protestas en el Parlamento y las manifestaciones sirvieron para frenar el cierre del colegio de Baamonde. Perdieron «o cole», como ellos dicen, y ahora, días después del comienzo del primer curso escolar tras la clausura, se encuentran con que tienen que ir en coche a su nuevo centro porque ni buses ni taxis «están dispostos a levarnos».