El fuego consumió en veinte años el equivalente a media provincia de Lugo

Jorge Casanova
jorge casanova REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

ALBERTO LÓPEZ

El histórico del siglo XXI muestra una evolución hacia menos incendios pero más voraces, y un deplazamiento hacia el otoño

08 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Dicen los expertos, los que luchan contra el fuego y los que analizan sus consecuencias cuando lo apagan, que cada vez hay menos pero que son peores. Es una tendencia que se aprecia con el paso de décadas más que de años, porque la actividad incendiaria depende de muchos factores más allá de las malas artes de los pirómanos o de los recursos que el sistema dedica a su prevención y, sobre todo, a su extinción.

En lo que va de siglo, sin tener en cuenta los datos de este año, han ardido en Galicia 488.642 hectáreas. El dato equivale a aproximadamente la mitad de toda la provincia de Lugo, que tiene una superficie de 9.856 kilómetros cuadrados. La evolución de la estadística presenta un perfil de dientes de sierra con años de una descontrolada intensidad en el número de siniestros junto a otros con registros de mínimos.

En cualquier caso es incontestable la caída en el número de siniestros. Según los datos del Instituto Galego de Estadística, a principios de siglo rondaban los diez mil al año y ahora parecen estabilizarse por debajo de los dos mil. La consecuencia es que la media de hectáreas quemadas por incendio se ha multiplicado. El Pladiga, el documento que la Xunta elabora para explicar su estrategia contra los incendios, establece para este año el objetivo de reducir ese ratio: «Establécese o obxectivo de reducir a superficie queimada total por lume con respecto da media dos últimos 10 anos (6,70 hectáreas)».

Las medias del siglo XXI están muy condicionadas por dos años trágicos en lo que respecta los incendios forestales: 2006 y 2017. Solo en estos dos años se quemó una tercera parte (168.044 hectáreas) de la superficie total ardida en lo que va de siglo. Pero el perfil estadístico ratifica el cambio de patrón. Si en 2006 hicieron falta casi 7.000 incendios para destruir 95.947 hectáreas (13,7 hectáreas por siniestro), en 2017 fueron calcinadas 62.096 en 3.120 fuegos (19,9 hectáreas por incendio).

Los dos peores años de este siglo están marcados también por una tendencia en la evolución del fuego: el desplazamiento hacia el inicio del otoño de la mayor parte de la actividad incendiaria, que cogió a los recursos de extinción recogiendo ya sus efectivos por el falso fin de la temporada. Los dos años coincidieron con una sequía prolongada y unas condiciones meteorológicas que favorecieron el fuego. Muchos episodios en un corto espacio de tiempo derivaron en dos ejercicios negros.

Por contra, los dos peores años del siglo tuvieron como continuidad años de muy baja intensidad. El 2007 fue uno de los más tranquilos del milenio y el 2018 fue el segundo con menor número de incendios y también en superficie quemada. Algunos expertos lo atribuyen al impacto entre la población que produjeron esos dos años trágicos, incrementando la conciencia popular en los ejercicios posteriores. Precisamente en la toma de conciencia está una de las razones que los expertos aducen para explicar el paulatino descenso en el número de siniestros. Las variaciones meteorológicas que introduce el cambio climático son las que favorecen que los incendios sean cada vez más virulentos.

Grandes incendios

En lo que va de siglo se registraron en Galicia 132 grandes incendios, aquellos que superan las quinientas hectáreas, como el de Ribas de Sil. Algo más de la mitad (68) se dieron en la primera década. Lo más destacable es que, según Medio Rural, la mitad de todos estos grandes incendios ocurridos en los últimos 30 años tuvieron como escenario la provincia de Ourense. La de Pontevedra es la segunda en importancia y, de hecho, la dimensión media de estos grandes incendios (2.313 hectáreas) es mayor incluso que la de Ourense. Entre 2011 y 2020, el 63 % de lo ardido en la provincia de Pontevedra, fue en grandes incendios.