Administradores de fincas alertan del aumento de okupaciones este verano en Galicia

Paula Méndez / R. S. REDACCIÓN

GALICIA

Imagen del desalojo con la policía custodiando la entrada ante una okupa con sus maletas
Imagen del desalojo con la policía custodiando la entrada ante una okupa con sus maletas M. MORALEJO

Recomiendan no dejar persianas bajadas durante mucho tiempo, evitar los carteles de venta o alquiler en las ventanas, retirar el correo almacenado o programar el encendido de luces a determinadas horas para que no parezca que la vivienda está vacía

07 sep 2021 . Actualizado a las 16:51 h.

El Colegio Oficial de Administradores de Fincas de Galicia ha alertado de un incremento de las okupaciones de fincas este verano. Fuentes colegiales atribuyen este aumento a la impunidad existente y al efecto llamada provocado por el real decreto ley del Gobierno, que en su disposición final primera prohíbe los desalojos si los allanamientos no se producen con violencia, favoreciendo indirectamente a los okupas.

«Si las penas fuesen más duras no se okuparían tantas viviendas. La okupación tiene cada vez más adeptos porque no se pone freno», señala la vicepresidenta de la organización, Carmela Lavandeira, agregando que, «para generar viviendas en un mercado de alquiler que las demanda cada vez más, se precisan medidas que generen confianza en el arrendador».

Desde este colegio aseguran además que este fenómeno, el de los allanamientos, se está profesionalizando. Por ejemplo, existen los llamadores de okupas, mafias que buscan viviendas para terceros a cambio de dinero, y subarrendatarios de los okupas, conocedores o no de esta situación, que pagan una renta e incluso tienen un contrato de alquiler. Como respuesta a este fenómeno, también se han creado otros negocios, las empresas de desokupas, muchas veces cuestionadas.

Asimismo, alertan de una práctica que va en aumento: los arrendatarios morosos que, tras ser desahuciados y desalojados, vuelven a los pisos y se convierten en allanadores, por eso el COAFGA recomienda que se adopten medidas para evitarlo, pues «es mejor prevenir la okupación, que tener que luchar contra ella, porque echar a un okupa supone tiempo, esfuerzo, ansiedad y un coste económico muy elevado para los propietarios de las viviendas okupadas».

Para ello, en viviendas y locales vacíos, dice que es imprescindible adoptar medidas de seguridad como la colocación de puertas blindadas o de alta seguridad, tapiado de zonas vulnerables, e instalación de verjas y alarmas. Si se tarda en volver a casa, es preciso programar limpiezas periódicas de ventanas y retirada de correo almacenado, para que no parezca que la vivienda está vacía. Los administradores de fincas gallegos también recomiendan la instalación de dispositivos para programar el encendido de luces a determinadas horas, con el objetivo de simular que hay gente en casa, y recuerdan que es fundamental no dejar persianas bajadas durante mucho tiempo ni poner carteles que indiquen que la propiedad está vacía.

En caso de sospechar o detectar invasión de la propiedad ajena, el colegio recomienda ser prudente y no intentar hacer nada por cuenta propia, y mucho menos enfrentarse a los ocupantes. Al contrario, es preciso avisar de inmediato a los propietarios de la casa y llamar cuanto antes a la Policía Nacional (091) para que procedan al desalojo.