Con motivo de la alta afluencia de gente, la policía moviliza equipos que se apostan en los alrededores del centro histórico para garantizar la seguridad. En las inmediaciones de la zona monumental, las rúas do Franco, Nova y do Vilar acusan una alta afluencia de turistas que tratan de encontrar un hueco donde refrescarse o degustar algún manjar gallego. Soraida Aguilar y Juan Carlos González llegaron a Santiago aprovechando el buen tiempo: «Nos lo hemos pasado genial caminando. Ahora lo que queremos es tomar algo descansando y comernos una buena mariscada», confiesan entre risas.
La mayoría de los turistas llegan con los alojamientos ya reservados. Albergues, hoteles y apartamentos vacacionales son las opciones más demandas. «Venimos con la reserva hecha. Queremos entrar en la catedral, pero esperaremos a que la cola se disipe un poco», afirma Ana Laosa. En la Alameda, Valle-Inclán no se sienta solo. Los mismos que lo acompañan también se adelantan para descubrir uno de los bancos más mágicos de Compostela.