¿Tienen futuro una autovía paralela a la AP-9 y un nuevo acceso desde Ponferrada?

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Obras de la A-57 en su primer tramo
Obras de la A-57 en su primer tramo Ramón Leiro

Las variantes de población configurarán la alternativa a la autopista y se buscan soluciones eficientes para la A-76

25 ago 2021 . Actualizado a las 21:08 h.

La construcción de nuevas autovías será cada vez más difícil, no solo por la presión presupuestaria que genera tener que conservar en buen estado unos 12.000 kilómetros de red estatal, sino por la gran cantidad de vías de alta capacidad que se han construido en los últimos 25 años, y el efecto sobre el territorio que han generado.

Al margen de las autovías interiores que unen Lugo con Santiago y Ourense, que cerrarían la conexión en alta capacidad de las principales capitales, parece que hay dos proyectos que están justificados por seguridad vial y vertebración territorial. Uno es el proyecto para prolongar la A-52 hasta Vigo con un gran túnel y evitar la altísima siniestralidad de la A-55. El otro es construir la autovía de A Mariña (A-74), que enlazaría con la del Cantábrico para conectar Barreiros con San Cibrao y compensar a esta zona -muy activa económicamente y cada vez con más turismo- por el desvío hacia Baamonde de la A-8.

Pero hay otros dos proyectos que, en distintas fases de tramitación y con características muy diferentes, suscitan más dudas de cara al futuro: la posibilidad de construir una alternativa a la AP-9 que tome como base el surco de norte a sur que traza la N-550, un proyecto que siempre se planteó para compensar a Galicia por el aumento de la concesión de la AP-9 hasta el 2048. O la autovía que uniría Ponferrada con la comarca de Valdeorras y Ourense, muy reclamada en esos territorios, pero también muy contestada por su impacto ambiental.

 

La autovía del Atlántico

La A-57, una vía de alta capacidad en la que se priorizan las variantes urbanas. Al menos sobre el papel, la autovía del Atlántico (A-57) existe. Cuando en el 2015 se publicó el catálogo de carreteras estatales se acuñó esta denominación para el itinerario A Coruña-Santiago-Pontevedra-O Porriño. Es decir, se toma como base del trazado el recorrido de norte a sur de la N-550, una carretera muy utilizada para recorridos cortos y una alternativa deficiente para los que escapaban de los peajes de la AP-9, especialmente el tráfico pesado.

No existe una planificación concreta para esta autovía que discurriría en paralelo a la autopista del Atlántico. Lo que sí hay son actuaciones centradas en circunvalaciones o variantes de población para desahogar el tráfico en los puntos más congestionados. Uno de ellos es sin duda el recorrido que va desde Pontevedra capital hacia el sur, donde desde hace varios años -las obras comenzaron en el 2015- se construye el primer tramo de la circunvalación de Pontevedra, ya con la denominación de A-57. En esta zona se detectan aforos de tráfico que superan los 20.000 vehículos de intensidad media diaria, bastante más que la que soportan, en muchos de sus puntos de medición de aforo, las autovías de acceso a Galicia. Quizás en base a esta demanda de movilidad el alcalde de Vigo, Abel Caballero, se mostró partidario de un trazado de alta capacidad paralelo a la AP-9. La saturación de la autopista de peaje en su vertiente sur se verá agravada, además, por los descuentos aprobados a finales de julio por el Ministerio de Transportes.

Pero parece que la estrategia que seguirá el Gobierno será responder a situaciones de intensidad de tráfico en poblaciones -por ejemplo, la variante de Sigüeiro (menos perentoria ahora tras las reformas de la red viaria en esa localidad) o la Tercera Ronda ya construida en A Coruña- más que a unificar un trazado norte-sur mediante un estudio informativo.

La A-76

Transportes busca alternativas eficientes entre Ponferrada y Ourense. Fuentes del ministerio aseguraron a La Voz que el recorrido administrativo de esta autovía sigue su curso. «Se están redactando los proyectos adaptándolos a las exigencias medioambientales y tratando de ver soluciones más eficientes», explicaron ayer en Transportes. Los condicionantes de la declaración de impacto ambiental son muy estrictos en una zona de alto valor ecológico, de ahí que tal vez se prioricen los tramos que conllevan un desdoblamiento de la N-120. De los 126 kilómetros de esta infraestructura hay previsto desdoblamientos en más de 80 kilómetros, pues en la declaración de impacto ambiental se optó por aprovechar los trazados existentes donde fuera posible, así como aumentar la longitud de algunos túneles para evitar el impacto en zonas de gran valor natural. Buena parte de los viaductos construidos serán duplicados.

Esta autovía es muy reclamada en la comarca de Valdeorras y en el Bierzo, pues ambos territorios tienen importantes lazos culturales y económicos. Sin embargo, el proyecto fue muy criticado desde otros sectores no vinculados territorialmente a esta zona. El Gobierno tampoco se ha dado mucha prisa en licitar las obras de los dos primeros proyectos que ya se han redactado. El primero, entre Villamartín de la Abadía y Requejo, en León, salió a información pública en marzo del 2018 y las obras aún no han sido contratadas. Las reservas a emprender nuevos proyectos de autovías son generalizadas y más si las cifras de tráfico apenas llegan a los 10.000 vehículos, como es el caso.