La concesión de la AP-9 de Franco cumple 48 años, aunque estaba programada solo para 39

Carlos Punzón
carlos punzón VIGO / LA VOZ

GALICIA

Consejo de Ministros celebrado en el pazo de Meirás donde se anunció la adjudicación de la autopista del Atlántico
Consejo de Ministros celebrado en el pazo de Meirás donde se anunció la adjudicación de la autopista del Atlántico Efe / jt

El dictador adjudicó el vial con su Gobierno en Meirás para una autopista que se decía tendría hasta moteles y casas de cambio

18 ago 2021 . Actualizado a las 15:31 h.

Un tren expreso especial desplazó hace 48 años desde Madrid a A Coruña al Gobierno de Franco para celebrar en el pazo de Meirás lo que ya se había acuñado con el nombre de «el tradicional Consejo de Ministros veraniego». Era una gracia de dedicación extra del dictador con la tierra en la que pasaba sus vacaciones y en la que los ministros hacían coincidir la aprobación de medidas de temática gallega entre otras de orden general.

Los ministros vieron ese día en sus portafolios los informes del Gobierno contra la escalada de precios; aprobaron la fecha de celebración de las pseudoelecciones municipales de aquel año e hizo un cambio masivo de gobernadores civiles. Pero hubo una decisión tomada aquella jornada en el pazo de Meirás que aún pervive, eso sí, en contra del criterio de aquel mismo Gobierno. Franco, Carrero Blanco y los ministros del régimen en aquel momento aprobaron en dicho consejo la adjudicación de la concesión para la construcción, conservación y explotación de la autopista del Atlántico, la AP-9. El BOE del 18 de agosto de 1973 daba cuenta al día siguiente de los detalles de dicha infraestructura, destacando entre todo su articulado -con los ojos de hoy- el número 16, el que determinaba que «la concesión se otorgaba por un plazo de 39 años contados a partir de la fecha de publicación de este decreto». Y han pasado 48 años y le quedan 27 más por gracia de las prórrogas sucesivas concedidas por ejecutivos de UCD, PSOE y PP.

El decreto certificaba con la firma del dictador que las obras rematarían el 31 de agosto de 1977 y ese mismo día se abriría el vial. Pero el primer coche no circuló hasta abril de 1979, y solo entre A Barcala y Santiago. Las máquinas no acabarían el trazado hasta el 2003, con 21 años de retraso.

Lo llamativo, en todo caso, llegaría con la explicación que la concesionaria hizo del proyecto después del Consejo de Ministros. El presidente de la sociedad, Julian Trincado Settier, aseveraba que los precios de los peajes de la autopista serían los más baratos de España por kilómetro.

En la descripción de servicios de la infraestructura se pensó a lo grande. Siete áreas de servicio (se quedaron en seis), en las que además de gasolineras, bares y restaurantes se aseguró que habría moteles, talleres mecánicos, oficinas de cambio de moneda, puestos de información y turismo con en los que se podría reservar plazas hoteleras, además de puestos de venta de productos típicos.

Los cálculos de los promotores establecían el paso de 18 años para amortizar la inversión y que la sociedad empezase a ganar dinero. Al final salió de los números rojos en solo tres lustros, pero la amortización de la infraestructura no ha llegado ni a la mitad, según las cuentas de Audasa.