Dos trenes AVE en pruebas alcanzan por primera vez los 300 por hora en Galicia

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Dos trenes AVE en la estación de Ourense.
Dos trenes AVE en la estación de Ourense. Adif

El ADIF comprueba la fiabilidad del sistema de seguridad ERTMS, para lo que se debe alcanzar la velocidad máxima, un récord histórico en la red ferroviaria gallega

06 ago 2021 . Actualizado a las 19:33 h.

Los AVE S-112 que llegaron estos días a Galicia para realizar las pruebas en el tramo de 113 kilómetros que se inaugurará en otoño han batido el récord de velocidad en vías ferroviarias de la comunidad. Los dos convoyes, en horario nocturno para no interferir con los tráficos comerciales en tramos ya en servicio, alcanzaron los 300 kilómetros por hora en el tramo entre Taboadela (Ourense) y Sanabria, para probar la fiabilidad del sistema ERTMS nivel 2, el sistema de seguridad que controlará en todo momento y de manera automatizada la marcha de los trenes.

Los ejercicios que están realizando incluyen lo que se denominan recorridos de persecución. Los dos trenes circulan por la misma vía, en el mismo sentido y a la velocidad máxima permitida, aunque la línea estaría preparada para los 350 km/h. Se trata de comprobar que el sistema ERTMS mantiene la distancia de seguridad que marca la explotación ferroviaria entre ambos convoyes para evitar colisiones. También están realizando circulaciones en paralelo, en el mismo sentido y en sentido contrario, a 300 kilómetros por hora, según informó el ADIF en un comunicado. Se trata de comprobar la estabilidad de los trenes en los cruces, y analizar si el rebufo que produce la velocidad máxima produce algún efecto no deseado en la circulación.

Las pruebas se están realizando en las dos vías de la línea de alta velocidad y en ambos sentidos, entre la estación de alta velocidad de Sanabria y la de Ourense, un recorrido superior al tramo que está en pruebas, pues suma 128 kilómetros.

Estos ensayos y ejercicios con trenes comerciales suponen una nueva etapa en el régimen de pruebas que debe superar la línea antes de su puesta en servicio, prevista en principio para el mes de diciembre. En julio se terminaron las pruebas del ERTMS a velocidad máxima de 200 por hora, en este caso con un único tren. En los dos tramos de la red de alta velocidad gallega que se pusieron en servicio anteriormente -el eje atlántico y Santiago-Ourense- no se utilizaron trenes capaces de llegar a los 300 por hora.

Una fase clave

Se trata de una de las fases clave para comprobar la seguridad de la línea, dada la complejidad del modelo de supervisión continuo de la marcha que supone el ERTMS nivel 2. Este sistema, interoperable en todos los países de la Unión Europea, fue suministrado en el tramo Pedralba-Ourense por la compañía Thales. Para estos ensayos se utilizan los ya citados S-112, con equipo ERTMS embarcado de Siemens, pero también los S-730, con tecnología embarcada de Bombardier. Estos últimos son los trenes Alvia que actualmente realizan los recorridos de larga distancia desde Galicia.

Haber alcanzado el registro de 300 por hora también da cuenta del avance satisfactorio de las pruebas, como confirmó recientemente la recién nombrada secretaria de Estado de Transportes y expresidenta del ADIF, Isabel Pardo de Vera. Nadie se arriesgaría a alcanzar estos registros si antes no se hubieran comprobado todos los elementos de la línea aumentando progresivamente la velocidad. Una vez que se garantiza que todos los elementos y subsistemas funcionan correctamente, se pueden generar pruebas de estrés como estas para comprobar la fiabilidad de la línea.

Después de comprobar el buen funcionamiento del ERTMS a estas velocidades vendrán los recorridos de entrenamiento de los maquinistas que serán asignados a la línea gallega. Se trata de que estén familiarizados con las particularidades del nuevo trazado, especialmente con los puntos más complejos o con más riesgo. Luego llegarán las simulaciones comerciales, para ajustar los horarios definitivos de las frecuencias.

Por otra parte, el ADIF tuvo unas pérdidas de 284,95 millones de euros en los seis primeros meses del año, lo que supone recortar en un 12,3 % los 325,19 millones del mismo período del año anterior. Esta reducción se debe a la liberalización ferroviaria, que permite que operadoras distintas a Renfe circulen por las líneas de alta velocidad españolas, generando nuevos ingresos para la empresa pública.