Feijoo tras salir reelegido presidente del PPdeG: «Tengo ganas de más»

Juan María Capeáns Garrido
Juan Capeáns SANTIAGO

GALICIA

Dice que se siente cómodo como «fondo de armario» en el partido y ve a Casado como «el mejor presidente para España»

17 jul 2021 . Actualizado a las 17:33 h.

Alberto Núñez Feijoo tiene «ganas de más». La dimensión o trascendencia de su frase, pronunciada en el medio del discurso que ofreció en el congreso tras salir elegido por quinta vez presidente del PPdeG, habrá que medirla dentro de unos años, pero todo apunta a que se circunscribía a su carrera en Galicia y por un tiempo limitado. Esa fue la mayor pista que dejó para los que están pendientes de su futuro político y para la militancia y los altos cargos del partido, que lo han escuchado con entrega durante todo el fin de semana en Santiago. También aseguró que no se va a mover de su puesto hasta que la pandemia remita en Galicia, y que se siente «cómodo como fondo de armario» mientras otros brillan. A continuación, zanjó cualquier aspiración inminente más allá del territorio que gobierna desde hace doce años, porque confesó que, tras la «correspondiente reflexión», ha concluido que el mejor presidente para España es Pablo Casado.

Como ocurrió el viernes, el presidente del PPdeG, que renueva por cuatro años con un apoyo del 98,3 % de los votos -hubo un voto nulo y 15 abstenciones entre más de 800 sufragios- se vio obligado a poner un punto de humildad a todo el caudal de halagos que volvió a recibir, hoy ya de sus colaboradores más cercanos, su número dos y los presidentes provinciales. Y reconoció errores. «Lo que más me importa es lo que no hago bien», confesó. Algunos de esos fallos tienen que ver con los resultados de las elecciones locales, que son el siguiente reto en las urnas, y con las dificultades para repetir en las generales los votos de las autonómicas. Evitó hablar abiertamente de los aciertos, pero sí recordó que si los que hubo se produjeron en contextos muy complejos, como la crisis económica del 2008, la coyuntura política en España en torno al 2016 o, desde hace año y media, en medio de una pandemia. La crisis sanitaria y el dolor de cientos de familias y al accidente ferroviario de Angrois fueron los tragos más amargos de una carrera cuyos méritos atribuyó de forma cooperativa al partido, a la militancia y, sobre todo, a los que le votan. A ellos «debólles todo o que son. Por iso quedo a disposición do partido, da militancia e de Galicia. Fágoo sen condicións, sen máis límites que a miña forma de entender a política, que xa non vai mudar moito».

Siguiendo con la autocrítica, proclamó que nadie es «infalible», e hizo un llamamiento a escuchar lo que a veces tienen que decir los adversarios. Reconoció que no es un «político a la moda» y que es «incapaz de traducir lo que piensa en un tuit de 140 caracteres». Feijoo terminó su reflexión, que abunda en su desencanto de la política nacional de los últimos años, afirmando que «un buen político no da titulares, da resultados». Por eso defendió ante Casado un PP de «amplio espectro» y no copiar «la tendencia de convertir la política en una jungla».

En clave más práctica, desgranó algunos de los pilares sobre los que pretende pilotar la reactivación de Galicia, calificando al empleo como la llave que abre las puertas de las libertades, los servicios públicos y la «concordia», frente a un Gobierno de España que busca «perpetuar su supervivencia» y que se somete «sin rubor a los caprichos de los independentistas», tratando de aplicar a los ciudadanos un «pensamiento único. Busquemos alternativas más allá de las frases vacías del populismo», sentenció. 

Feijoo pidió disculpas por alargarse en su discurso, pero lo justificó porque no podrá repetirlo «hasta dentro de cuatro años». «Hasta la próxima» fueron sus últimas palabras. 

Reelegido con el 98,3 % de los votos

El 17.º congreso del PPdeG tomó en su segunda jornada velocidad para llegar al final conocido, el de renovación de la presidencia por quinta ocasión de Alberto Núñez Feijoo. A diferencia de la primera jornada, que tuvo más aires de fiesta por la presencia de los líderes autonómicos, la mañana del sábado ha sido más ejecutiva y cercana, con las intervenciones de los presidentes provinciales, los coordinadores de las ponencias y el informe de gestión del secretario general, Miguel Tellado, que fue el más explícito del congreso al pedirle al líder del partido que siguiese al frente «por moitos anos». El ferrolano fue autocrítico y reconoció que no todo habían sido éxitos en sus cinco años como número dos del partido. El poder urbano se le sigue resistiendo a los candidatos populares, que tampoco contribuyeron como deseaban a los dos comicios electorales.

En el balance positivo, Tellado destacó la victoria autonómica del 2016, cuando el escenario electoral se partía en España a izquierda y derecha; y puso especial énfasis en la cuarta mayoría, de hace un año, que consideró un aval al trabajo realizado durante la pandemia. Recuperando imágenes de algunos de los momentos más complejos de la crisis, el dirigente le recordó a Feijoo, que escuchaba en primera línea, que su gestión había permitido «salvar vidas», y que ese logro pesará más que muchas otras victorias en su currículo personal y político. Entre uno y otro momento queda como punto de inflexión la tarde en la que «España miraba a Feijoo, e Feijoo decidiu mirar a Galicia». La renuncia a dar el salto a Madrid para dirigir el partido fue un «orgullo» para la familia popular en Galicia, aseguró Tellado.

También hubo baño de elogios por parte de los presidentes provinciales, que en los próximos meses deberán afrontar sus propios congresos. Diego Calvo (A Coruña) hizo suyos los dos objetivos marcados por Feijoo en la apertura del Congreso: ayudar a Pablo Casado a alcanzar la Moncloa y recuperar poder local, para lo que pidió «traballo» a los alcaldes y militantes. Elena Candia (Lugo) puso como ejemplo el «estilo de gobernar» del PPdeG frente a una oposición «mala para Galicia», y recomendó «seguir acertando», mientras que Manuel Baltar (Ourense) pidió avanzar y rejuvenecer el partido desde el «galeguismo». Por último, Alfonso Rueda (Pontevedra) recuperó una parte del discurso que pronunció en el 2016, cuando dio el relevo en la secretaría xeral, y se mostró muy agradecido y satisfecho con el trabajo realizado por Tellado. «Juntos lo somos todo», proclamó el dirigente pontevedrés para pedir unidad ante los retos que vienen.

 Las líneas de trabajo 

Antes de la clausura, a cargo de Rajoy, Casado y Feijoo, se resolvieron las cuestiones de trámite. El balance del secretario general y las tres ponencias que se debatían, que defendieron sus coordinadores, Borja Verea, Marta Fernández-Tapias y Paula Prado, que esbozaron las líneas políticas del partido para los próximos años: Menos impuestos para ayudar a los ciudadanos, con peticiones concretar para reclamar rebajas en cuestiones fiscales como el IRPF, la vivienda, el rural y las herencias; una apuesta por los servicios públicos, siguiendo las líneas marcadas por la Xunta en la última legislatura; y conseguir un partido más dinámico y transparente, con más intervención de la militancia y con un especial cuidado por fortalecer la presencia de las mujeres y los jóvenes.

Quedaba otro trámite. Votar la candidatura de Feijoo, que recibió el 98,3 % de los votos, sin ninguna negativa y con algún sufragio en blanco (14 de más de 800) y algunos nulos.

Casado ve al PP «unido» y preparado para ganar a Sánchez «sea cuando sea»

Anuncia en la clausura del congreso de proclamación de Feijoo que Galicia acogerá la primera cita de una convención itinerante

Pablo Casado fue el último en tomar la palabra en la clausura del 17.º congreso del PPdeG y el primero en ponerse en la fila de los que creen que el partido está preparado para sacar al PSOE del poder, «sean cuando sean» las elecciones generales. El presidente de los populares aprovechó la plataforma que le brindó la cita gallega para presumir de un partido «unido y fuerte, con principios y valores claros», una situación que contrasta con la del presidente del Gobierno al que «ya no respetan ni los suyos» y que no puede «pisar la calle», valoró.

Casado, que acudió a la cita de Santiago junto a su familia, y que tiene previsto hacer este domingo un tramo del Camino, culminó el fin de semana de adhesión a la figura de Alberto Núñez Feijoo calificándolo como un «amigo que siempre me ha ayudado», y aprovechó la presencia de otros líderes autonómicos como la presidenta madrileña o el de Andalucía para repasar la actualidad política de los últimos meses, poniéndolos como ejemplo de que cuando los «españoles nos unimos ganamos sin hipotecas, sin cambiar programas ni principios». El líder nacional destacó la importancia de Galicia a nivel personal y político, y aseguró que «uno viene a comprometerse», algo que echa en falta del Gobierno central, al que responsabiliza de la crisis industrial que ha puesto en jaque a varias comarcas. 

Casado insistió ante los suyos en que hay «proyecto» y «alternativa», y puso el acento en las seis crisis que le preocupan y que deben resolverse en clave nacional. Citó, entre otros comentarios, la necesidad de impulsar una ley de pandemias para garantizar la salida de la crisis sanitaria con recursos legales; la renovación de las instituciones del Estado, que su partido está dispuesto a apoyar si no se «atacan» por beneficios partidistas; pidió una autoridad independiente para diseñar el destino de los fondos europeos, «que no son del Gobierno»; habló de la «crisis social», acrecentada a su entender por decisiones erróneas de los ministros de Sánchez; y pidió un pacto educativo nuevo «ahora que no está Celáa», al margen de hacer referencia a las últimas crisis internacionales y al posicionamiento de España. 

Para finalizar su intervención, que cerró un congreso en el que vio a su partido «en plena forma», volvió a reclamar un PP «unido, con el objetivo de siempre. Poner a España en el sitio que se merece».