El drama de las pirotecnias en el país de las mil fiestas

lúa rodríguez / r. n. OURENSE / LA VOZ

GALICIA

Agostiño Iglesias

«El futuro es incierto», aseguran desde la firma ourensana Josman

08 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La Asociación Gallega de Industrias Pirotécnicas lanzaba este martes un SOS a la Xunta y reclamaba una desescalada que afecte a los espectáculos de fuegos artificiales. La mayoría de las empresas están al borde de la quiebra y desde la asociación alertaban de que, sin cambios, están condenadas a la desaparición. Para evitarlo, los empresarios piden que la eliminación de las restricciones también les afecte a ellos.

En esta situación se encuentra la pirotecnia Josman, una de las dos empresas que siguen activas en la provincia de Ourense. Con una experiencia de 40 años, están especializados en la fabricación de diferentes tipos de fuegos artificiales y cohetes para fiestas. Su trayectoria profesional ha sido reconocida con premios, tanto en Ourense como en Bilbao. Ahora se enfrenta a los efectos de la pandemia.

El propietario, Benito Salgado, está preocupado por las pérdidas. «Antes en una fiesta se ganaban 1.000 euros y ahora 200. La diferencia es muy grande», dice. La facturación ha descendido considerablemente en el sector. Antes de la llegada del coronavirus, en Galicia se facturaban en torno a los tres millones de euros anuales. Esta situación ha llevado a que muchas empresas, como Josman, tengan que prescindir de gran parte de su plantilla. «Antes de la pandemia éramos siete trabajadores y un autónomo. Ahora cuatro están en ERTE y dos en el paro. No sabemos si seguiremos con uno, dos…», explica. Aunque recibieron ayudas a lo largo de estos meses, Salgado aclara que no son suficientes para compensar lo que han perdido y tienen que buscar otras soluciones: «Estamos poniendo dinero de lo que tenemos ahorrado y a base de préstamos».

El sector se encuentra prácticamente parado debido a las restricciones que mantiene la Xunta. Los empresarios llevan más de año y medio bajo mínimos y sin apenas actividad: «Antes hacíamos entre 150 o 200 fiestas, con las misas incluidas. Ahora misas se hacen 30 o 40». No hay mucho margen para el optimismo. «El futuro es incierto. No se sabe después de esta crisis lo que pasará», asegura Salgado. Además, las empresas de fuegos artificiales de la provincia de Ourense vienen arrastrando desde el pasado verano otros contratiempos. Citan la ley de incendios. «Cada día veo más problemas con lo de poder disparar, las autorizaciones...», explica Salgado.

La prohibición de Sanidade, respecto a los espectáculos pirotécnicos, se refiere a aquellos en los que se utilicen más de 10 kilos de material, que son los que generan mayor actividad y facturación. Las grandes celebraciones, que por el momento no están permitidas, son las que requieren grandes cantidades de pólvora. Un ejemplo: en los fuegos del Apóstol del 2019, en Santiago, se utilizaron 366 kilos. Benito Salgado recuerda, para ilustrar la magnitud de las restricciones, otras fiestas más modestas, como las del Concello de Allariz, en las que se pueden emplear cerca de 200 kilos.