Además de facilitar la disponibilidad de bandas de frecuencia prioritarias para los servicios 5G, el Gobierno también se plantea habilitar medidas de apoyo al despliegue de redes en los corredores de transporte, tanto en la red de carreteras y autovías como en los ejes ferroviarios. En este sentido, el ADIF cuenta ya con una amplia red de fibra óptica y la línea de alta velocidad gallega puede servir para facilitar la conexión de áreas rurales.
pablo gonzález
El ADIF quiere sacar partido a su amplia red de fibra óptica de alta capacidad que se ha desplegado a lo largo de la red convencional y, sobre todo, de la de alta velocidad, con el objeto de que la capacidad que dejan libre las actividades ferroviarias pueda ser utilizada por los operadores de telecomunicaciones para dar cobertura 5G a zonas rurales como las que cruzará el AVE en el interior de Galicia. Para ello, ha lanzado un concurso público con el que pretenden buscar ideas para explotar los 16.000 kilómetros de red de fibra óptica que se han desplegado en los últimos años, con el objetivo de ver las oportunidades de negocio -el ADIF sostiene una abultadísima deuda de unos 15.000 millones de euros- y poner la red «a disposición de la sociedad», especialmente en los amplios territorios de la España vacía, donde no hay una buena cobertura de banda ancha y donde los operadores tradicionales no suelen invertir precisamente porque la rentabilidad es muy baja en escenarios con baja población.
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