El disco duro de Déborah y el ADN de las uñas: los últimos cartuchos

e. v. pita VIGO / LA VOZ

GALICIA

La familia de Déborah, el martes, día en que fue exhumado su cadáver
La familia de Déborah, el martes, día en que fue exhumado su cadáver M.MORALEJO

Tres forenses tomaron ayer muestras de las manos tras hacer las radiografías y el tac

21 may 2021 . Actualizado a las 00:17 h.

Son los últimos cartuchos a falta de que el caso prescriba dentro de un año. Por un lado, analistas informáticos de la empresa Lazarus Technologic se disponen a recuperar los correos electrónicos y los chats de Messenger del ordenador de Déborah, incluso los borrados. Por otro, tres forenses trabajaron en Vigo hasta altas horas de la noche para tomar radiografías, hacer un tac y muchas pruebas más de los restos mortales de Déborah Fernández-Cervera, la joven exhumada el martes en el cementerio de Pereiró 19 años después de su muerte.

El cuerpo exhumado se encontraba muy deteriorado, pero todavía se conservaban las uñas, una pieza que puede ser clave para resolver la muerte. Al recuperarse bastantes uñas de la mano, no todas, los forenses se dedicaron en la tarde de ayer a raspar la parte baja de cada una para extraer ADN, si existiese, y enviarlo al Instituto Toxicológico de Madrid para obtener el perfil genético y cotejarlo con el círculo de la joven.

Es probable que Déborah, en un gesto instintivo, arañase la piel de la persona que asistió a su muerte y luego hizo desaparecer su cadáver durante 10 días. Dado que lavó el cuerpo para borrar huellas, queda la pregunta de si también limpió las uñas. En el 2002, los forenses conocían la técnica de buscar ADN bajo las uñas, pero al juzgado no le consta ningún acta de recogida en el 2002 ni informe científico que describa tal examen, razón por la cual lo autoriza ahora. En la mano de la joven apareció un pelo, pero era su genoma.

Según fuentes del caso, otra esperanza es que en las radiografías y el tac surjan microlesiones o fisuras en los huesos, donde menos se lo esperan y no donde buscaron primero, que era bajo el cuello. Participan el antropólogo del caso de Diana Quer, Fernando Serrulla, el patólogo jefe del Imelga de Vigo y el perito Aitor Curiel, enviado por la familia. Si ven señales de violencia o forcejeo, daría un vuelco al caso.

«Dado el tiempo transcurrido y con el cuerpo lavado es complicado que aparezca algo, y si está saponificado, podría destruir rastros. Tardará tiempo, pero el análisis vale la pena, pues los forenses vieron la posibilidad de encontrar algo. El cuerpo habla, pero el disco duro va a hablar más», dicen fuentes legales del caso.

Lazarus Technology empezó ayer a rescatar los datos del ordenador y las conexiones de Internet que hizo Déborah desde su casa. Averiguarán qué correos envió, a quién, cuándo se conectó y sobre qué chateó.

La familia se reunirá con sus abogados la próxima semana para abrir la agenda de Déborah, devuelta el martes por la policía. Es una libreta de anillas y quizás le falten hojas. Ignoran si es un listín telefónico y no un diario.