La limitación de velocidad afecta al 70 % de las calles de las ciudades españolas. Lo explicó el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que abrió la jornada recordando que el riesgo de que un peatón muera en un atropello es hasta cinco veces menor si el coche circula a 30 en vez de a 50 kilómetros por hora. Para el ministro, esa es una razón suficiente para apoyar la reducción de la velocidad, pero más allá de la seguridad vial, destacó que la limitación a 30 generará unas ciudades «más calmadas, más saludables y más sostenibles, con calles para vivir».
El director general de Tráfico sostiene que las ciudades 30 no se pueden imponer a base de multas, sino que hay que hacerlo «convenciendo a la sociedad de la necesidad de un cambio de modelo». Navarro recordó que la reducción de la velocidad en las calles viene de un proyecto nacido ya en el año 2011 y que fue planteado por Ramón Ledesma, hoy asesor de Pons Seguridad Vial, cuando era subdirector de Normativa de la DGT. «La noticia es que hayamos tardado diez años en aplicar la medida en nuestras ciudades», lamentó Pere Navarro.