Los hospitales gallegos dispondrán de un innovador sistema de robots para cirugías

Juan María Capeáns Garrido
Juan Capeáns SANTIAGO

GALICIA

KACPER PEMPEL

Mejoran la precisión, permiten acceder a zonas complejas, reducen la pérdida de sangre y disminuyen la estancia hospitalaria al minimizar la intervención. El Sergas invertirá 20 millones en su compra y se espera contar con ellos en septiembre

13 may 2021 . Actualizado a las 11:35 h.

El Servicio Galego de Saúde va invertir en los próximos ocho años 20,5 millones de euros en robots quirúrgicos, que es lo que cuesta el aparataje y el mantenimiento informático de los siete sistemas que se repartirán por los hospitales urbanos de referencia. Los sistemas Da Vinci, contrastados en la última década en setenta centros sanitarios de España, se implantarán con su última generación de robots en Galicia con el objetivo de abordar con mayor seguridad operaciones más o menos ordinarias que pueden complicarse por el acceso a zonas complejas.

Esta tecnología, que va a financiarse por completo con fondos europeos activados como parte de la respuesta de la Unión Europea a la pandemia, cambia sustancialmente la disposición del cirujano, que deja de estar sobre el paciente para ubicarse ante una consola desde la que maneja los mandos del robot mientras obtiene una visión tridimensional de la anatomía interior, lo que permite mejorar la precisión humana y la calidad y resolución de la imagen que ofrece el aparataje actual, limitado a dos dimensiones. Sin este avance, algunas manipulaciones «serían imposibles», sostienen desde la Consellería de Sanidade, desde donde inciden en la mayor movilidad del instrumental articulado y en la eliminación del temblor fisiológico.

Los sanitarios que ya han experimentado esta tecnología (accesible en algunos centros privados en Galicia) acreditan notables mejoras en su desempeño, al reducirse la fatiga en las operaciones largas y complejas, en las que ya no necesitan estar de pie durante horas. La consola también les aporta información adicional, como un sistema de fluorescencia que ayuda a localizar los vasos sanguíneos, lo que reduce los sangrados. Además, es posible visualizar simultáneamente las pruebas de imagen realizadas con anterioridad. El equipo humano que participa en la intervención también tiene más facilidades para aportar información clave sobre la misma, ya que puede señalar o dibujar sobre la pantalla y hacer consideraciones sobre la marcha.

Los beneficios para los pacientes no son menores. Según el Sergas, las operaciones elevarán su seguridad y minimizarán los riesgos de complicaciones o infecciones. También limita el tamaño de las incisiones —los puertos de acceso solo requieren pequeños orificios de ocho milímetros en la piel— lo que redunda en una recuperación posoperatoria más rápida, la optimización de las reservas sanguíneas y una menor ocupación de camas hospitalarias.

La cirugía robótica Da Vinci se está utilizando sobre todo para operar cánceres de próstata o colon, operaciones renales, de vejiga, ginecológicas y otras intervenciones generales en las que se mejora la precisión para la eliminación del tejido tumoral, y está contrastada la recuperación más rápida de las funciones sexuales, un mayor éxito para preservar la continencia urinaria o la afectación de los nervios y períodos más cortos de cateterismo.

A diferencia de buena parte de la tecnología que se utiliza en la actualidad, una parte importante del coste de estos robots, sobre un 15 %, se destina a mantenimiento y actualizaciones informáticas periódicas del equipo y sus componentes que son «imprescindibles», según el Sergas, para garantizar una utilidad prolongada. Los siete hospitales gallegos podrían incorporar estos equipos en septiembre, tal como avanzó el presidente de la Xunta.