Viajar de Vigo a Madrid costaría 5,95 euros, y de A Coruña a Lugo, 0,97

Carlos Punzón
carlos punzón VIGO / LA VOZ

GALICIA

ALBERTO LÓPEZ

El Gobierno establece en un céntimo por kilómetro el peaje para las autovías

07 may 2021 . Actualizado a las 18:58 h.

Ya hay una cifra para calcular qué representará para todos los conductores afrontar el gravamen sobre el uso de las autovías que el Gobierno plantea que se estudie como vía para lograr una fuente de financiación para el mantenimiento de la red de carreteras. Fuentes del Ejecutivo indicaron ayer a La Voz que la idea es adoptar «un precio simbólico» de 1 céntimo por kilómetro recorrido para vehículos ligeros. En la AP-9 la media es de 0,1175 euros, y oscila entre 15 y 17 céntimos en los tramos de autovía de pago en Portugal. Camiones y transportes pesados también tendrían que pagar una tasa, aunque se estudia cómo poder hacer recaer su pago en las empresas que contraten sus servicios.

Con un peaje de 1 céntimo por kilómetro, viajar entre A Coruña y Madrid por la autovía A-6 tendría un coste en peajes de 5,91 euros; hacerlo entre Vigo y Ourense por la A-52 sería de 0,94 euros; habría que pagar 0,31 de Lugo a Santiago por la A-54, o 1,83 de Ferrol a Gijón por la A-8, como ejemplos de lo que está por llegar.

Fuentes consultadas del Ministerio de Transportes recalcan que «no hay ninguna decisión tomada aún» y que el plan se podría truncar si no cuenta con el consenso del sector del transporte y el beneplácito de la mayoría de las Cortes y de las comunidades autónomas, que quedarán facultadas también para cobrar en sus autovías. Pero el departamento que dirige el ministro José Luis Ábalos pone el acento en que quince países europeos cobran ya de alguna manera por el uso de sus autovías, o que en solo cuatro (Chipre, Malta, Finlandia y Estonia) no hay que pagar nada por circular por sus vías de mayor capacidad. Entiende el Gobierno que es una realidad europea de la que España tarde o temprano no se podrá escapar, máxime por el mal estado que reconoce sufre parte de la red estatal de carreteras. La UE lleva una década intentando que todos los países miembros adopten el principio de que quien usa las infraestructuras de comunicación las tiene que pagar, pero su implantación ha sido desigual, pese a que en España ya desde los tiempos de Josep Borrell como ministro de Obras Públicas, o de José Blanco, Ana Pastor e Íñigo de la Serna después el Gobierno manejó informes internos en favor del cobro. El Gobierno le ha trasladado ahora por escrito a la Comisión Europea su disposición a abrir un debate al respecto, desde este momento ya con precio concreto.

Eso sí, el horizonte con el que se trabaja para implantar dichos peajes, el del año 2024, dependerá de la situación económica del país y del nivel de recuperación que se haya conseguido respecto a los parámetros anteriores a la pandemia, advierte el Ejecutivo.

Niegan los testimonios recabados que se esté pensando en cobrar peajes en carreteras convencionales, como defiende la Asociación Técnica de Carreteras para evitar así que el tráfico de las autovías se desvíe a esos trazados secundarios.

El departamento de Ábalos prefiere no manejar la palabra peaje para conceptuar el pago en las autovías, sino más bien tasa, dado que el peaje clásico incluye la amortización de la inversión en las autopistas, y en este caso solo su mantenimiento y conservación.

Unidas Podemos, socio de Gobierno del PSOE, mostró ayer su oposición al cobro. «Es un impuesto a las clases medias», aseveró su portavoz en el Congreso, Pablo Echenique. La misma postura de rechazo «contundente» fue hecha pública por la Confederación de Empresarios de Galicia, que ve en la tasa un obstáculo para la competitividad de la producción de la comunidad gallega. La OCU o las organizaciones del transporte también se han opuesto. La Xunta no se niega a debatir un modelo de financiación de las autovías, pero sin que suponga un gravamen a la distancia recorrida, al resultar Galicia perjudicada por su carácter periférico.

¿Cómo se pagaría la nueva tasa? Con tarifa por tramos o con viñeta, un distintivo con tarifa plana por tiempo

La tasa por uso de las autovías cuenta con dos fórmulas posibles de aplicación: la más tradicional, pero no mayoritaria en Europa, es el modo clásico de los peajes, con un precio por tramo recorrido, aunque se haga con herramientas tecnológicas como dispositivos de geolocalización vía satélite, pórticos automáticos como en Portugal o mediante el tique de toda la vida. Otra forma, la impulsada desde la UE, es la de la viñeta, donde se adquiere un distintivo que da cuenta del pago de una tarifa plana que da derecho a circular sin límite de kilómetros por cualquier carretera del país durante el tiempo contratado. Varios países ofrecen la viñeta por días o meses, sobre todo para los turistas, pero lo común para los residentes es adquirir la modalidad de un año. Rumanía es el país que menos cobra por dicho pase, 27 euros al año, sube a 44 en Suiza, o 50 en Bulgaria. Hungría se sitúa en lo alto del tramo más caro con 119 euros al año.

La UE está dando, sin embargo, muestras de querer modificar la fórmula de la viñeta y propugnar un modelo tarifario según los kilómetros recorridos, al considerarlo más justo que cobrar una cantidad fija, ya se hagan 10 kilómetros o 20.000.

El Gobierno español también se decanta en principio por un peaje por cada desplazamiento, si bien reconoce que la opción de la viñeta permite una implantación más rápida y sin necesidad de adoptar tecnologías de cobro y control de recorridos, lo que conllevaría además la obligación de realizar una inversión inicial y su mantenimiento.

Pese a esa ventaja, desde el Ejecutivo de Pedro Sánchez se indica a La Voz que el cobro individualizado permitiría establecer tarifas horarias o modularlas en función del tráfico que soporte cada autovía, así como establecer bonificaciones a los conductores habituales, los que utilizan las vías principales para sus desplazamientos laborales.