Ana Oróns: «Prohibiría las mentiras»

GALICIA

JOSE MANUEL CASAL

La gerente de las empresas transformadoras de madera cree que prácticamente todos los gallegos somos propietarios de alguna parcela de monte

23 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde su despacho de Zas, esta ingeniera gestiona una parte no pequeña de la actividad maderera de Galicia. Ana Oróns (Zas, 1972) es la gerente de Fearmaga (Federación de Aserraderos y Rematantes de Madera de Galicia), una mujer que se mueve sin complejos en un sector muy masculinizado.

-Siempre se dice que Galicia es una potencia maderera pero que no somos capaces de darle valor añadido.

-Efectivamente, somos una potencia en la producción de madera y en la primera transformación, que son los aserraderos, los rematantes y la pasta de papel. Nuestro gran reto es avanzar en el cierre de ciclos productivos, en la segunda transformación. La primera transoformación está cerca de la materia prima y la segunda, cerca de los mercados de consumo. Nosotros vivimos en un extremo de la península. La transformación está en el Levante, que es donde están los grandes puertos y las grandes vías de comunicación. Tenemos que revertir eso.

-Pero nuestra posición geográfica no va a cambiar.

-Por eso tenemos que reinventarnos y poner en el mercado productos diferenciados. Si hacemos lo mismo que nuestros competidores, no seremos atractivos.

-El apellido «gallego» es símbolo de calidad en muchas cosas. ¿También en la madera?

-En esa línea de diferenciación estamos trabajando. Desde la fundación Arume queremos poner en valor el pino de Galicia. Muchos propietarios de pino los están cortando para poder plantar eucalipto, porque pronto no se podrá cultivar el eucalipto donde no esté ya plantado. De ahí esta fundación que quiere revertir esta situación. Y está desarrollando un sello de calidad del pino gallego. Estamos en eso.

-¿Realmente vale la pena tanto eucalipto?

-La decisión de uno puede ser muy acertada. Si es una decisión generalizada, puede convertirse en un gran fracaso. Llegará un momento, ya se atisba, que el exceso de oferta hará que caigan los precios. Y la rentabilidad será escasa.

-¿Vienen malos tiempos para el eucalipto?

-Para cualquier especie de la que haya una sobreoferta. Si no se implantan nuevas industrias que consuman esa madera...

-Pues tirar de los eucaliptos para afrontar grandes gastos es un clásico gallego.

-Yo soy un ejemplo. El monte siempre ha sido el banco de los gallegos. Yo pude estudiar gracias a la venta de madera y mis padres se casaron porque mis abuelos vendieron madera. Es algo de siempre, lo de vender madera. No tanto eucaliptos que son más modernos. Los datos de cortas de madera dicen que eso sigue igual. Con la crisis se están vendiendo lotes de madera más pequeños: se vende la misma cantidad, pero los propietarios son más. Muchas personas están recuperando escrituras, viendo los montes y vendiendo.

-Pero el monte sigue muy mal gestionado.

-Y tiene difícil solución si no ordenamos el territorio. Yo misma no sé ni donde están exactamente algunas parcelas de mi familia. ¿Cuántos gallegos somos propietarios forestales? Yo diría que todos, aunque muchos no lo saben, porque aquí no se habla de minifundismo, sino de microminifundismo. Y, además. Se ha perdido la cultura forestal. Todo eso influye.

-¿Cómo les ha afectado el covid?

-Por suerte hemos sido de los menos afectados. Somos un sector esencial y, aunque los augurios no eran buenos, al final hemos tenido una caída de facturación de un 17 %.

-Se le saltarán las lágrimas cada vez que ve un incendio.

-Pues sí. Por varias cosas. Por la inconsciencia de las personas, de la sociedad y porque no somos conscientes de lo que estamos perdiendo. Un incendio es una factura puntual y una hipoteca a medio o largo plazo.

-Cuando se buscan las causas de los incendios, a veces se les señala a ustedes.

-Aquí todo el mundo es experto de todo sin tener nada que lo avale. Muchas veces la opinión infundada prevalece sobre la verdad.

-¿Se puede vivir bien en el rural, en una aldea?

-Yo vivo en una aldea de 20 casas. Pero es verdad que hay unos hándicaps importantes, como lo que tiene que ver con las nuevas tecnologías. Se están dando pasos notables para poder vivir y tener las necesidades básicas cubiertas. Pero hay que seguir trabajando en mejorar los entornos y las comunicaciones. También hay que reinventar la vida en el medio rural.

-¿Trepó alguna vez a un árbol?

-Y me he caído muchas veces, aunque sin grandes heridas. Y a mis hijos se lo inculco de manera continua.

-De pequeña sería buena pieza.

-Siempre dije que no quería, por favor, que mis hijos salieran como yo, ja, ja. Era un culo inquieto y protestaba porque no me gustaba que me pusieran límites.

-¿Celta o Dépor?

-De fútbol, ni idea.

-¿Cómo se definiría en pocas palabras?

-Soy buena persona. Me considero leal a los valores y soy muy exigente, perfeccionista.

-¿Tiene un lugar favorito?

-Zas.

-Si fuera presidenta del Gobierno, ¿cuál sería su primera medida?

-Como estamos en el terreno de la fantasía voy a decir algo ambicioso: prohibiría las mentiras.

-Dígame una canción.

-Sobreviviré, de Gloria Gaynor.

-¿Lo más importante en la vida?

-Sentirte querido.