Francisco Leiro: «El ruido del taller es música»

GALICIA

Leiro fotografiado por el exconselleiro de Cultura Roberto Varela
Leiro fotografiado por el exconselleiro de Cultura Roberto Varela

El autor de obras como El Sireno de Vigo o el Astronauta de Valdemoro ha aprovechado la pandemia para concentrarse más que nunca en su trabajo y preparar una nueva exposición

22 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Francisco Leiro (Cambados, 1957) vive a caballo entre Galicia y Madrid para aprovechar lo mejor de ambos mundos. «Por un lado, disfruto de una gran ciudad con todo lo que conlleva de museos, cines... y por otro tengo mi casa de nacimiento, mi familia, mis amigos, el mar y el albariño». Gozar de una copa de ese vino blanco es una de sus debilidades, pero admite que en la capital no le sabe igual. «No es lo mismo tomarse un albariño viendo una puesta de sol en el Salnés que en un restaurante de Madrid», reconoce. Quizás por eso, agradece que la pandemia le cogiera en Cambados: «Fue una suerte, ha sido mucho más fácil y cómodo estar en una localidad pequeña», dice.

Las restricciones de movilidad, sin embargo, le han hurtado otro de sus placeres anuales: escaparse a Nueva York, una ciudad que durante un tiempo fue su tercera base de operaciones, pero en la que en los últimos años simplemente pasa un mes al año «dibujando y pensando, desconectando de España».

Por lo demás, el balance que hace de este último año plagado de restricciones por el coronavirus es positivo. «Los artistas, de alguna manera, siempre necesitamos confinarnos para concentrarnos en nuestro trabajo, así que esto ayudó en cierto modo. Creo que he hecho una gran producción, el año pasado fue bastante fructuoso», reflexiona.

«Los artistas siempre necesitamos confinarnos»

Actualmente, en su taller de Madrid trabaja ya en dos esculturas de gran tamaño que quiere llevar a la feria de arte contemporáneo ARCO este verano, dos figuras en madera de tres metros de altura. Prepara, además, una exposición que espera estrenar en Galicia el año próximo y que girará alrededor de lo antropomorfo en su trabajo, seleccionando piezas de los últimos años en las que este elemento prima sobre lo narrativo.

El taller es el hábitat natural de Leiro. Un lugar en el que le gusta estar acompañado de música mientras crea. Notas que se mezclan con los sonidos propios de su trabajo. «El propio ruido del taller es como música abstracta. Si tu cerebro es capaz de armonizarlos, el ruido de una radial o de un martillo golpeando un hierro pueden convertirse en una melodía», explica. Y es que para el escultor cambadés hay arte en todo lo que le rodea. «Para un artista el arte es algo total. En cualquier mirada hacia el horizonte estás pensando en el arte. Si voy a un concierto, lo que escucho está colaborando con mi propio trabajo, muchas veces estoy escuchando la música y pensando en una escultura...», explica, evidenciando que para un artista no es fácil desconectar de sí mismo. «Es muy difícil. Yo tengo amigos aficionados al fútbol, por ejemplo, pero yo, aunque me gusta el deporte, no tengo esa capacidad de evasión a través de él», reconoce. Sí disfruta, sin embargo, del cine. «En Madrid voy mucho. Es una de las grandes artes que existen hoy en día», dice.

«No tengo capacidad de evadirme a través del deporte»

Pero si hay algo omnipresente en su vida, es el dibujo. «Tengo el hábito de dibujar todos los días, es una conexión directa con el cerebro. Donde hay un papel en blanco, ahí meto el lápiz», explica admitiendo que más de un proyecto suyo nació en una servilleta de bar o en un mantel de restaurante, pese a que siempre lleva consigo un cuaderno de notas.

Roberto Varela

Fui y soy

Escultor y uno de los artistas gallegos contemporáneos de mayor proyección