Interior mantiene abiertos casi 200 casos de desapariciones en Galicia

José Manuel Pan
josé manuel pan REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Antes y después. Esta es la ficha que la policía hizo de Fernando Cuadrado, el médico desaparecido hace treinta años en A Coruña. La imagen de la izquierda muestra su aspecto en el momento de la desaparición, cuando tenía 49 años. La de la derecha, el que sería su aspecto actual, con 79 años
Antes y después. Esta es la ficha que la policía hizo de Fernando Cuadrado, el médico desaparecido hace treinta años en A Coruña. La imagen de la izquierda muestra su aspecto en el momento de la desaparición, cuando tenía 49 años. La de la derecha, el que sería su aspecto actual, con 79 años

Más de un 75 % de las ausencias denunciadas son voluntarias

05 abr 2021 . Actualizado a las 17:12 h.

La policía francesa tenía un cadáver sin identificar desde hacía un año. El mar lo había dejado en su costa, pero su ADN no coincidía con ninguna de las personas desaparecidas en el país vecino. Meses después, Francia notificó el caso a Interpol, que lanzó una alerta internacional para que todos los países tuviesen acceso a ese caso. Y España descubrió que los datos genéticos de ese cuerpo coincidían con los de un hombre de 34 años cuya desaparición había sido denunciada en diciembre del 2019 en Viveiro ante la Policía Nacional. Su coche apareció en el fondo de la ría, pero no había rastro de su conductor, que volvía de una cena con compañeros de trabajo. El mar arrastró su cuerpo más de 500 kilómetros. Caso resuelto. Su familia recibió una mala noticia, pero al menos cierra un capítulo que estaba abierto.

Un capítulo que aún mantienen abierto demasiadas familias. Solo en Galicia hay 190 denuncias activas de desapariciones, según los datos con los que trabaja el Centro Nacional de Desaparecidos, dependiente del Ministerio del Interior, y que en el conjunto de España acumula 4.685 casos que continúan oficialmente sin resolver. Sobre esos datos de denuncias activas hay que tener en cuenta los casos que continúan abiertos porque los familiares no han avisado de que han localizado a la persona que buscaban. Eso impide dar por concluido el expediente para eliminarlo de la base de datos del registro de Personas desaparecidas y restos humanos sin identificar (PDyRH), que se abastece con las denuncias y las informaciones aportadas por la Guardia Civil y la Policía Nacional y por las policías autonómicas con competencias en la investigación de desapariciones. Además, sobre las denuncias activas, el informe del Ministerio del Interior estima que más del 75 % responden a desapariciones voluntarias, mientras que el resto son involuntarias (por accidente o pérdida de facultades), un 21 %, y forzosas, un 3 %.

Casos sin cerrar

Los investigadores policiales no dan nunca por cerrados los casos de desaparición hasta que se tiene algún dato sobre la persona buscada, que permita a los investigadores localizarla y saber si quiere regresar a su domicilio, o bien que se haya acreditado que está fallecida, como ocurrió en el caso de Viveiro. Mientras eso no sucede, la carpeta policial sigue abierta, pase el tiempo que pase. Como ocurre con el caso de Fernando Cuadrado Conejo, un médico desaparecido en A Coruña en diciembre de 1990. Treinta años después, la Policía Nacional retomó la investigación para intentar saber algo del paradero de Cuadrado, que tenía entonces 49 años y que era el jefe del servicio de rehabilitación de la residencia sanitaria Juan Canalejo (hoy Chuac).

El doctor Cuadrado desapareció sin dejar rastro un sábado de Navidad. Su mujer y unos familiares lo esperaban en casa para celebrar su aniversario de bodas, pero nunca regresó. El médico había salido horas antes para que le arreglasen una carne en un supermercado al que iba caminando, pero al que no llegó a entrar. Nada se sabe de lo qué hizo al salir del portal, en la calle Almirante Cadarso, a unos metros del estadio de Riazor. Desde que se reabrió el caso, los investigadores de la UDEV de la Policía Nacional de A Coruña han puesto el contador a cero, como si la desaparición fuese reciente. Han vuelto a entrevistarse con la gente que lo conocía, con compañeros de trabajo, con vecinos, con posibles testigos. Y han comparado las muestras de ADN de sus hijos con los de la base de datos de restos humanos que gestiona Interior. Ese primer análisis no dio resultado y la Policía Nacional lanzó una alerta internacional a través de Interpol. El llamamiento continúa activo y se encuentra a disposición de todas las policías del mundo.

La investigación permanece abierta a la espera de que surja alguna novedad. Igual que en el caso de Sonia Iglesias, la pontevedresa desaparecida hace más de diez años; o en el de Elías Carrera, el taxista del que no se sabe nada desde julio del 2013 y que aparece en la lista del Centro Nacional de Desaparecidos. Hay decenas de familias gallegas que siguen esperando alguna llamada, algún dato. Siguen con ese capítulo abierto.

Muchos reincidentes

El año pasado se presentaron en Galicia 664 denuncias de desaparición. La mayoría de ellas se resolvieron en las primeras horas con el hallazgo de la persona buscada. Un 67 % de esas denuncias cesaron dentro de los primeros 14 días siguientes a la presentación de la denuncia. Y desde Interior advierten que gran parte de esas desapariciones están protagonizadas por personas que son reincidentes en la ausencia del domicilio, como ocurrió en más de la mitad de los casos registrados en Galicia durante el año pasado.

Más de tres mil restos humanos sin identificar en España

El informe del Centro Nacional de Desaparecidos contabiliza 3.236 cadáveres y restos humanos sin identificar. Esa base de datos permite que cualquier cuerpo que aparezca en algún lugar de España pueda ser cotejado con los datos de ese registro y compararlos con muestras de ADN de los familiares.

Son muchos los casos que han logrado esclarecerse gracias a esa base de datos. Restos humanos que llevaban años sin identificar pudieron ser asociados a alguna de las casi cinco mil denuncias que permanecen activas en el conjunto de España.

No esperar 24 horas

El de la base de datos de restos humanos es el último recurso ante una desaparición que no consigue aclararse. Pero antes de que eso llegue hay que seguir otros pasos. El primero es el de la denuncia. Desde Interior advierten que es falso que haya que esperar 24 horas para comunicar una desaparición en una comisaría o en un cuartel. Es un bulo que en muchas ocasiones dificultó las investigaciones policiales. Es cierto que ante una desaparición de un familiar conviene hacer una serie de averiguaciones previas a la presentación de la denuncia. Pero estas deben ser mínimas, para comprobar si el desaparecido se ha retrasado por alguna razón o si se encuentra en la casa de algún amigo.

Pero hechas esas averiguaciones, lo aconsejable es denunciar cuanto antes. Los investigadores saben que esas primeras horas son cruciales. El protocolo de las desapariciones indica que la denuncia deberá ofrecer todos los datos posibles que permitan identificar a la persona que se busca. La guía de trabajo policial señala que los agentes deberán realizar gestiones básicas de comprobación para evitar la pérdida de información relevante y realizar una inspección ocular del domicilio del desaparecido en busca de indicios que ayuden a su localización.