Feijoo reactiva la producción de leyes tras el ralentí de la legislatura pasada

GALICIA

Feijoo, en el Parlamento la semana pasada, entre los dos vicepresidentes, Francisco Conde y Alfonso Rueda
Feijoo, en el Parlamento la semana pasada, entre los dos vicepresidentes, Francisco Conde y Alfonso Rueda PACO RODRÍGUEZ

En apenas tres meses se han aprobado diez nuevas normas, tantas como en los tres años anteriores

02 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

De los residuos a los museos, pasando por la sanidad o por las medidas frente al declive demográfico. El Parlamento gallego ha aprobado diez nuevas leyes en los últimos tres meses, lo que pone de relieve el acelerón que ha tenido que pegar el Gobierno de Núñez Feijoo a la producción normativa tras funcionar casi al ralentí en la legislatura pasada, en la que se aprobaron 22 textos legales, la cifra más baja de toda la historia de la autonomía.

Hay que tener en cuenta que el 2020 fue un año prácticamente perdido a efectos parlamentarios, pues la Cámara autonómica permaneció disuelta durante siete meses debido a la convocatoria, y posterior aplazamiento, de las elecciones. Además, buena parte de los proyectos adoptados en este 2021 en el pazo de O Hórreo ya venía precocinados de la etapa anterior.

No obstante, si se compara la producción legislativa de Galicia con la del País Vasco —dos comunidades que han sincronizado su agenda electoral y sus tiempos de actividad parlamentaria—, la diferencia salta a la vista. Mientras que la Cámara gallega aprobaba una decena de leyes, el Eusko Legebiltzarra le daba su visto bueno a únicamente dos: una modificación de los presupuestos del 2020, con el fin de disponer de más recursos frente a la pandemia; y la aprobación de las cuentas vascas para el 2021.

En Galicia también se aprobaron los Presupostos de la Xunta para el 2021 por la vía ordinaria, así como la ley de medidas fiscales y administrativas, también llamada ley de acompañamiento. Le siguieron otros dos proyectos vinculados directamente a la pandemia, como son la reforma de la Lei de Saúde de Galicia —que el Gobierno central ha decidido recurrir ante el Tribunal Constitucional— o la Lei de Simplificación Administrativa e Apoio á Reactivación Económica.

Aparte de estos cuatro textos, el Ejecutivo autonómico pisó el acelerador para tramitar media docena de proyectos que se fueron madurando en el anterior mandato y que, en el momento de convocar las elecciones del 2020, ya estaban listos para su tramitación parlamentaria, como la Lei de Impulso Demográfico, la de museos o la de pesca fluvial.

 El caso es que en solo tres meses, el Parlamento autonómico ya logró aprobar tantas leyes como en los tres años anteriores —diez frente a doce—, debido a que la legislatura que precedió a la emergencia sanitaria (2016-2020) fue la que registró la más baja producción legislativa desde que existe el autogobierno.

Por lo general, la Cámara gallega acostumbra a tramitar un promedio de algo más de cuarenta textos normativos por cada legislatura, aunque en esto también existen períodos en los que se registraron cifras récord. Paradójicamente, aunque fue con Feijoo en la Xunta cuando más al ralentí funcionaron los motores legislativos, también fue bajo su presidencia (legislatura del 2012 al 2016) cuando se produjo el récord autonómico de aprobación de leyes: un total de 57 .

El bipartito de Touriño anduvo muy cerca de esa marca, pues logró aprobar 54 textos, mientras que Manuel Fraga se movió entre las 33 y las 44 en todos sus mandatos, al igual que en los períodos de Albor y Laxe.

Estas son las diez nuevas leyes

El Gobierno de Feijoo ha aprobado diez leyes en el Parlamento en los últimos tres meses y tomó en consideración otro texto del BNG, para evitar la discriminación de la mujer en las carreras científicas. Pero una de esas normas, la Lei de Saúde, deberá enfrentarse ahora a los recursos de inconstitucionalidad presentados tanto por el Gobierno como por Vox. Estos son, junto con las dos leyes vinculadas a los presupuestos, los principales textos:

Urbanismo

Lei de Ordenación do Territorio. La primera reforma legal de la legislatura se publicó el 14 de enero en el Diario Oficial de Galicia (DOG) tras aprobarse en pleno la víspera de Navidad. Entre sus novedades está que crea la figura del proyecto de interés autonómico, que requiere autorización del Consello de la Xunta.

Pesca

Regulación la actividad extractiva en ríos y pantanos. El texto promovido por Medio Ambiente, y publicado el 15 de enero en el DOG, pretende convertir la pesca en una actividad dinamizadora del medio rural y fomentar el relevo generacional de los aficionados.

Demografía

Norma pionera nacida sin consenso político. La Lei de Impulso Demográfico (DOG del 9 de febrero) es un texto pionero en España, que recopila todas las ayudas dirigidas a las familias y a la conciliación, pero que vio la luz sin contar con el acuerdo político de la oposición.

Medio ambiente

Nueva Lei de Residuos e Solos Contaminantes. Publicada en el DOG del 25 de febrero, este texto obliga a los centros de restauración a entregar a los clientes las sobras de la comida y fija objetivos de reciclaje y reutilización de residuos.

Sanidad

Reforma de la Lei de Saúde de Galicia. Impulsada por el PP para dotarse de base jurídica para poder decretar aislamientos en una pandemia, el Gobierno anunció que la recurriría ante el Tribunal Constitucional, al igual que hará Vox, por entender que limitar los derechos individuales.

Cultura

Lei de Museos e Centros Museísticos. Este proyecto (DOG del 25 de febrero) fue gestado en gran medida durante la anterior legislatura. Obligará a los 94 museos de Galicia a aprobar planes de investigación de sus obras.

Economía

Impulso a la reactivación de Galicia. Publicada en el diario oficial el 26 de febrero, es de las normas impulsadas a raíz de la pandemia con el fin de simplificar los trámites administrativos de las para las empresas y nuevos proyectos industriales.

Agenda exterior

Ley reguladora de la acción exterior y la cooperación. La ley (DOG del 15 de marzo) apuesta por impulsar los vínculos con los países de la lusofonía, pero siempre desde la lealtad institucional con el Estado.