Testigos en el juicio a Audasa: «Todos los días había atascos en el puente de Rande durante las obras»

Carlos Punzón
carlos punzón VIGO / LA VOZ

GALICIA

EUROPA PRESS / B.Ciscar.POOL

Las obras de ampliación hicieron que la autopista perdiera durante varios meses su condición de vial de alta capacidad y velocidad

25 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Las retenciones y atascos en la AP-9 generados por las obras de ampliación del puente de Rande no se limitaron a las 81 incidencias probadas durante los 40 meses de los trabajos, sino que la autopista perdió su condición de vial de alta capacidad y velocidad en ese tramo prácticamente a diario. Así lo reiteraron los cinco testigos escuchados por la Audiencia de Pontevedra en la reapertura del caso de los peajes cobrados irregularmente por Audasa durante las obras, como había sentenciado un juzgado de lo mercantil de Pontevedra el año pasado.

La concesionaria fue condenada entonces «a cesar en la práctica abusiva consistente en cobrar los peajes de manera íntegra» pese a existir incidencias en la infraestructura y no notificarlas a los conductores antes de tomar la autopista. Dicho fallo fue recurrido por Audasa buscando su anulación, pero también por la Fiscalía y las plataformas de usuarios En-Colectivo y Adicae, que pretenden una condena mayor, con más incidencias acumuladas entre el 2015 y el 2018 y una indemnización para los afectados. Estos fueron representados ayer por usuarios frecuentes de la AP-9 residentes en Santiago, Pontevedra, Cambados y Caldas que trabajan en Vigo y O Porriño. Los afectados, que no fueron escuchados en la instrucción inicial, fueron coincidentes: «Todos los días había retenciones en el puente de Rande durante sus obras».

Relataron retrasos de entre 5 y 45 minutos para llegar a sus trabajos a causa de la bajada de velocidad en la autopista. Una testigo, doctora en Povisa y usuaria diaria de la AP-9 desde el 2010, indicó que perdió numerosas consultas por la demora causada por las obras. «Para ir por la nacional tendría que levantarme a las cinco de la mañana», dijo la doctora, residente en Caldas.

Los testimonios incidieron en la inexistencia de otras alternativas a la AP-9 para desplazamientos largos; coincidieron en asegurar que no había información de las retenciones ni fuera ni dentro de la autopista; en la existencia de maquinaria en la calzada; en que había carriles cerrados y canalización del tráfico mediante conos, circunstancias que hicieron que se llegase a reducir a 60 kilómetros por hora la velocidad máxima autorizada en el puente.

Grandes retrasos

«Me vi muy afectada. Hice colas de 15 o 20 minutos y sufrí retrasos de más de media hora. Llegué siempre tarde al trabajo, aunque salía con antelación, pero siempre fiché como mínimo 10 minutos tarde, además de sufrir dos reventones de las ruedas de mi coche por los tornillos que había en el puente», relató una usuaria de Cambados que trabaja en Vigo.

En sus conclusiones, la Fiscalía, autora de la demanda contra Audasa, indicó que su recurso persigue un fallo que establezca qué debe hacer la concesionaria a partir de ahora en situaciones similares, avanzando que lo más razonable es que adapte sus tarifas a las circunstancias de la vía y la calidad del servicio que presta. Los abogados de la acusación llegaron a contrastar el nivel de beneficios que obtiene Audasa en la AP-9 «con su práctica abusiva de cobrar los peajes íntegros pese a las retenciones». La defensa de Audasa puso en duda, por su parte, la neutralidad de los testigos, negó que el vial se viese reducido a un carril por sentido en algún momento y, en definitiva, dijo que «los usuarios optaron libremente por una autopista de pago pese a saber que estaba en obras».