«Colgaron nuestros culos en webs porno y quieren cerrar el caso»

Lucía Rey
lucía rey CERVO /LA VOZ

GALICIA

Paloma Maseda, en el lugar donde fueron grabadas las mujeres
Paloma Maseda, en el lugar donde fueron grabadas las mujeres PEPA LOSADA

Paloma Maseda fue una de las 80 mujeres grabadas sin permiso orinando en la fiesta de A Maruxaina en San Cibrao (Cervo). La denuncia colectiva se ha archivado

21 mar 2021 . Actualizado a las 20:54 h.

Hasta que llegó el coronavirus, miles de personas disfrutaban cada mes de agosto por todo lo alto en San Cibrao (Cervo) de la Maruxaina, una de las fiestas más emblemáticas de Galicia. Sin embargo, la celebración del 2019 se ha convertido en un tormento para las alrededor de ochenta mujeres de todas las edades (algunas menores de edad), que fueron grabadas sin autorización cuando, debido a la escasez de aseos públicos que había en el festejo, acudieron a orinar a una calle oscura y apartada detrás de un coche. Unas imágenes «muy nítidas», según denuncian las afectadas, que fueron subidas a páginas pornográficas de pago y en las que un juzgado de Viveiro no ve indicios delictivos, por lo que esta semana acordó el archivo provisional de la causa. El juez considera que no se ha acreditado suficientemente la comisión de un delito, ya que las mujeres estaban orinando en la vía pública y podrían ser vistas «por cualquier persona que por allí transitase». No suponen, apunta, «ningún ataque ni vulneración de la intimidad».

«Colgaron imágenes de nuestros culos y de nuestras caras en webs porno y ahora quieren cerrar el caso, pero vamos a luchar hasta el final y a exigir justicia, si dejamos pasar esto las consecuencias van a ser terribles», denuncia Paloma Maseda Díaz. Ella, de 36 años, es una de las mujeres que aparecen en primer plano en los vídeos. «Navegando por Internet, a la pareja de una de las perjudicadas le llamó la atención un día un enlace que llevaba a una página porno de pago en la que aparecían vídeos de mujeres haciendo pis en la Maruxaina. Y ahí empezó todo», explica Paloma. En las citadas páginas también existen grabaciones similares en otras fiestas de Galicia.

La noticia corrió como la pólvora y al menos ochenta afectadas -hay más que no lograron identificar- acudieron a prestar declaración ante la Guardia Civil. «Unas lo hicimos aquí, otras en Asturias, en Santiago, en A Coruña, en Madrid..., cada una en el sitio donde está o donde podía», continúa explicando.

El impacto emocional al ver que habían sido grabadas en un momento tan íntimo sin autorización, y que los vídeos habían sido difundidos a nivel global fue tan grande que aún hoy algunas de ellas precisan atención psicológica para afrontar el trauma.

Paloma está convencida de que la persona, o personas, que grabó las imágenes sabía exactamente lo que hacía. Estaba bien calculado tanto la colocación de las cámaras -había entre dos y tres- como sus enfoques con el objetivo de captar situaciones comprometedoras. «Es como si tú te agachas y pones la cámara del móvil mirando hacia ti. En un ángulo se te ve de cuerpo entero, la cara y tus partes íntimas, porque te levantas la falda para orinar», detalla Paloma. Conviene recordar que la falda forma parte de la vestimenta típica de esta celebración tradicional en la que se juzga a la sirena que para unos atraía mortalmente a los marineros mientras que para otros les ayudaba en la travesía.

Además de acudir a la Guardia Civil, varias de ellas presentaron denuncia judicial, bien de manera particular o bien de manera conjunta a través de la asociación Mulleres en Igualdade de Burela. Todas las afectadas han anunciado que recurrirán el archivo del caso. «Estamos muy indignadas porque el juez no considera lo ocurrido suficientemente grave para que sea un delito», señala Paloma, que califica de «desafortunado» uno de los fundamentos de derecho esgrimidos en el auto. «Viene a decir que nosotras somos autosuficientes para saber que si orinas en un sitio público te pueden grabar, que es tu responsabilidad. Somos conscientes de lo que hacemos, y si a mí me llaman y me dicen: ''Tienes una multa porque hay un vídeo en el que apareces orinando en la calle'’, pues digo: ''De acuerdo, me como la multa y la pago’'. Pero lo que no podemos consentir es que una persona nos grabe sin nuestro consentimiento, y cuelgue las imágenes en páginas pornográficas», comenta. También critican que en el auto se compare lo que les ha ocurrido con el caso de una pareja que accede a un cajero para tener relaciones sexuales y las imágenes son difundidas: «En un cajero automático sabes que te están grabando. No tiene nada que ver una situación con la otra».

La indignación de las afectadas es tal que han puesto en marcha la campaña «Xustiza Maruxaina!», promovida por ahora en las redes sociales. Quieren que los responsables no salgan impunes.