El 80 % de los hoteles cerrarán en una Semana Santa que sigue sin reservas

Juan María Capeáns Garrido
Juan Capeáns SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Uno de los hoteles cerrados en la zona vieja compostelana
Uno de los hoteles cerrados en la zona vieja compostelana XOAN A. SOLER

Solo las casas rurales y los pisos turísticos se beneficiarán del turismo interior

18 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El sector hotelero y de hospedaje de Galicia, sobre todo el más profesionalizado, no quiere ni oír hablar de salvar la Semana Santa. La prudencia y los precedentes navideños van por delante. Pero las cifras son objetivas y frías. Heladas, como las noches que se avecinan en el puente de San José. Sin fisuras, los directores y propietarios apuestan por tratar de remontar sin dar pasos atrás en verano, para el que sí perciben algún movimiento, consultas y hasta las primeras reservas. 

Hoteles

Un 2 % de reservas. Los responsables de los hoteles tienen pocas esperanzas depositadas en la Semana Santa. O ninguna, porque un 80 % de los establecimientos van a permanecer cerrados. Habrá pocas aperturas nuevas en los festivos respecto a estas semanas previas, «y los que se animen serán pequeños negocios familiares a costa de invertir 16 o 18 horas de trabajo», afirma Cesáreo Pardal, presidente del Clúster de Turismo de Galicia, que agrupa al 95 % de las empresas del sector. Las reservas para los días festivos apenas alcanzan el 2 % en estos momentos, pendientes de que se conozcan las restricciones autonómicas para activar el turismo interior. Todo lo que se pueda levantar ese porcentaje será a última hora, pero los cierres perimetrales autonómicos, sumados a la suspensión de rutas aéreas internacionales, impiden elevar las expectativas más allá del 20 % entre el jueves y el domingo de Semana Santa. «Es una intuición», aclara César Sánchez-Ballesteros, presidente de los hosteleros pontevedreses. En Sanxenxo, según Pardal, abrirán un 10 % de los hoteles, y de los de cuatro estrellas con gran capacidad, solo uno. Los directores consultados por el Clúster tienen otros planes, y no pasan por perder dinero por dos o tres días. La gran mayoría abrirá, si todo va bien, a finales de abril.

PISOS TURÍSTICOS

«Algo se mueve». Los pisos turísticos tienen la ventaja de no soportar grandes estructuras de personal ni necesitar mercancía perecedera, por lo que pueden abrir sus puertas con mayor agilidad que los establecimientos hoteleros medianos o grandes. Admiten que «algo», muy poco, se está moviendo el mercado, con más consultas que reservas, que se esperan para última hora. Será un puente y una Semana Santa que no «quitan del apuro a nadie», dice la presidenta de Aviturga, Dulcinea Aguín, que precisamente está pulsando estos días la demanda con otros colegas. En general, todos coinciden en que toca ser prudente y poner todas las esperanzas en el verano e incluso antes, en mayo o junio. En Galicia hay ya unas 12.500 viviendas de uso turístico, pero una parte relevante no se ponía en el mercado en Semana Santa.

CASAS RURALES

Abrirán la mitad. Las casas rurales, que en los años de gran crecimiento del turismo han tenido más dificultades para cubrir sus plazas, tienen ahora una pequeña oportunidad para ganar algo de liquidez en los próximos festivos. Con características organizativas similares a los pisos, tienen el valor añadido de tratarse de espacios más amplios, que se prestan a salir al aire libre y que muchas veces están aisladas. Se prevé la apertura de la mitad del parque de casas, que ronda el medio millar. «Si hace buen tiempo, es posible que esos 250 establecimientos puedan llenar», augura Cesáreo Pardal, que también es miembro de la Federación Galega de Turismo Rural. Con todo Sánchez-Ballesteros señala que los destinos urbanos gallegos no van a tener problemas de masificación por la ausencia de turismo exterior, lo que facilitará la seguridad sanitaria.

«Gastemos os cartos aquí, en Galicia, pero con sentido», ruegan los empresarios

Los empresarios de hostelería y hospedaje asumen sin darle demasiadas vueltas que Galicia estará cerrada en las próximas semanas, pero piden que esas restricciones para los turistas de otras comunidades sean firmes «porque non queremos pagar outra vez os pratos rotos» tras la experiencia de la Navidad. «Os via crucis, na casa», propone con ironía Cheché Real, de la federación provincial de Lugo, quien hace un llamamiento a los gallegos: «Gastemos os cartos aquí, en Galicia, pero con sentido». Ese movimiento interno «prudente» podrá aportar algo de liquidez a negocios que llevan seis meses casi a cero. Para ello, Real pide a la autoridades sanitarias una «recompensa» en forma de horario ampliado en la restauración para que también se puedan servir cenas. «Que no haya actividad hostelera desde la tarde es una resistencia demasiado importante a la hora de animarse a viajar», coincide su homólogo pontevedrés, Sánchez-Ballesteros, que también confía en que se den las circunstancias para que los gallegos se animen «con una escapada». 

«Con estas medidas, no abres»

Los empresarios quieren que se entiendan las dificultades que se encuentran. «Con las actuales medidas, no abres», reflexiona Cesáreo Pardal, quien calcula que los costes fijos mensuales de un bar «normal» suponen entre 3.000 y 5.000 euros, «un problema que los políticos no conocen». Y pocos quieren reabrir durante unos días con la certeza de que después de los festivos tendrán que volver a cerrar hasta el verano.