Feijoo se lanza a desmontar la cara amable de Pontón

Domingos Sampedro
Domingos Sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Sandra Alonso

El presidente de la Xunta aseguró que bajo su apariencia «revestida de pragmatismo», es la «más radical»

28 feb 2021 . Actualizado a las 20:10 h.

En el PP gallego están convencidos de que si Feijoo sufriera un traspiés en las elecciones autonómicas, en vez de ganarlas, ahora podría verse un lazo amarillo en la plaza del Obradoiro para denunciar que España es una seudodemocracia en la que existen presos políticos. Y aunque en el BNG se toman con humor este tipo de conjeturas, los populares insisten en que nunca antes hubo en Galicia una alternativa con capacidad real de promover una deriva secesionista similar a la de los socios catalanes del Bloque.

Esa es la gran amenaza que Feijoo observa en Ana Pontón, una dirigente nacionalista con rostro amable, «revestida de pragmatismo y que en campaña jugó a ser socialdemócrata», señalan desde el PP, pero que después asume la agenda radical de Otegi y Junqueras, o que se niega a condenar el vandalismo y la violencia callejera en Cataluña.

Y es esa misma amenaza, no para hoy, pero sí para mañana, lo que explica que el líder del PPdeG se lanzara de lleno a situar al BNG ante el espejo de sus aliados y a desmontar la cara amable de Pontón, a la que Feijoo mostró desde el atril del Parlamento como la «máis radical» de todos los dirigentes de la historia del Bloque. A la par, el PP amplificará su campaña de hostigamiento al nacionalismo llevando a los concellos iniciativas de condena de la violencia callejera para forzarlos a retratarse.

«Sobreactuación». Eso es lo que aprecia el BNG en la ruidosa reacción de los populares, tal y como señalaron en las redes sociales. Es más, desde la cuenta del Bloque en Twitter recetaron al PPdeG que combata su nerviosismo con «unha infusión e herba luísa (...) que é un relaxante natural que favorece o soño nocturno».

Porque si de algo no se puede desligar la polémica cruzada entre PP y BNG es de los datos que dejan entrever encuestas como la difundida a principios de este mes por Sondaxe, que apunta a que el Bloque Nacionalista Galego continúa al alza y con opciones de llegar a los 21 escaños, siete por encima de los que lograría un PSdeG que ya perdió la pulsión del cambio y que asiste como un convidado de piedra al duelo entre el presidente de la Xunta y la líder de la oposición.

Con todo, Pontón esquiva la polémica, mientras se afana en mostrar disposición en diálogo y en reclamar una reunión con el jefe del Ejecutivo para abordar los problemas generados por la pandemia del covid-19.

Es algo a lo que Feijoo se resiste, pues si bien despacha por teléfono con ella, su agenda institucional nunca le hizo hueco a un encuentro bilateral con Pontón. Sí tuvo esa deferencia con todos los líderes del PSdeG que tuvo delante desde que asumió las riendas del PPdeG, empezando por Touriño y Pachi Vázquez y siguiendo por Besteiro y Gonzalo Caballero. También la tuvo con predecesores de Pontón como Quintana y Guillerme Vázquez. Pero a ella le va a costar. Hoy no es una amenaza para el PP, pero mañana puede serlo.