Los excesos de velocidad aumentaron en el año con menos movilidad

José Manuel Pan
josé manuel pan REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Radar fijo de Conxo
Radar fijo de Conxo Paco Rodríguez

En el 2020 hubo 172.000 denuncias de radar, 56.000 más que en el 2019

15 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

«Durante el 2020, la velocidad ha sido, fundamentalmente, la que cada conductor ha querido». Esta afirmación de la coordinadora de la Dirección General de Tráfico en Galicia, María Victoria Gómez Dobarro, puede ayudar a explicar por qué en el año de menor movilidad de vehículos de la historia se ha registrado un importante aumento de la velocidad en carretera. Este aspecto se ha visto reflejado en los excesos captados desde los radares que Tráfico tiene distribuidos por toda España y que registraron una actividad totalmente inesperada si se tiene en cuenta la caída de los desplazamientos.

Ese incremento de la velocidad ya se detectó en los peores momentos del estado de alarma, cuando el confinamiento más duro permitía solo desplazamientos muy concretos. El director del Observatorio de la DGT, Álvaro Gómez, avisaba entonces de que los medidores de Tráfico habían observado un aumento de los excesos de velocidad cercano al 40 % respecto al año anterior. Gómez también atribuye esa situación a la responsabilidad de cada conductor y añade una reflexión: «En condiciones normales, la velocidad que adoptan los conductores está muy influenciada por el tráfico, pero con una reducción tan importante del número de vehículos, la velocidad depende solo del conductor».

Insiste en esa tesis la coordinadora de la DGT en Galicia, que recuerda que la velocidad viene determinada por los límites genéricos y específicos establecidos y señalizados, así como por el volumen de circulación existente. De esa forma, con una caída media que ronda el 69 % respecto al año anterior, «la velocidad ha sido la que el conductor ha deseado».

Más denuncias de radar

Los datos avalan esa percepción de los responsables de la seguridad vial. Por lo que respecta a las carreteras interurbanas de Galicia, los radares fijos y de tramo que gestiona la Dirección General de Tráfico realizaron 172.108 denuncias durante el 2020. Pese a ser el año con menos desplazamientos, la cifra de excesos detectados es sensiblemente superior a la registrada en el 2019, cuando se practicaron 116.148 denuncias automáticas de velocidad. Y los datos se refieren exclusivamente a la actividad de los radares fijos y señalizados, es decir, que no responden a controles especiales de velocidad realizados con cinemómetros móviles.

Pero el peor escenario de los excesos en la carretera tuvo su repercusión en la siniestralidad, que se redujo menos de lo esperado en un año en el que la movilidad fue muy escasa, con fines de semana casi sin desplazamientos. Y en esa circunstancia, a juicio de los expertos, también tuvo que ver mucho la forma en que se pisaba el acelerador. La velocidad inadecuada fue la causa del 27 % de los accidentes mortales que se registraron en Galicia en el 2020, lo que significó 10 puntos más que en el 2019. En el año de la pandemia, la velocidad escaló un puesto entre los motivos de la siniestralidad, y se situó por encima de las distracciones, que en los últimos ejercicios figuraban siempre destacadas en el primer puesto. Sin embargo, en el 2020, las distracciones fueron la causa del 21 % de los siniestros de circulación, 6 puntos menos que el porcentaje atribuible a la velocidad, según los datos de la DGT.

La velocidad segura protege

Desde Tráfico señalan que los estudios anuales de siniestralidad indican que la velocidad es uno de los principales factores de riesgo tanto para que se produzcan los accidentes como para sus consecuencias. «Una velocidad segura protege no solo al conductor y a los pasajeros que lo acompañan, sino también al resto de las personas con las que se comparte la carretera», sostiene el director del Observatorio de la DGT.

A 30 por hora en las ciudades a partir de mayo

La velocidad es una de las mayores preocupaciones de las autoridades de seguridad vial de los países europeos. La Comisión Europea considera que es un factor determinante en alrededor del 30 % de los accidentes mortales de tráfico.

Aunque todos los estudios sobre seguridad vial sostienen que no existe una solución única para atajar este problema, lo cierto es que el establecimiento de límites de velocidad es la fórmula más utilizada y con la que hasta el momento se obtienen mejores y más rápidos resultados. En España, la última medida en ese sentido fue la reducción de 100 a 90 kilómetros por hora del límite máximo de velocidad en carretera. El tope genérico de 120 se queda para las autovías y autopistas.

Y esa reducción a 90 por hora en las vías convencionales logró, a juicio de Tráfico, un descenso rápido en la siniestralidad, de forma que en los primeros diez meses de la implantación de la medida (enero del 2019) se produjo un descenso del 9 % en el número de accidentes mortales en las carreteras españolas.

La velocidad también será protagonista este año 2021, en este caso en las ciudades, cuando se pondrá en marcha una modificación normativa que introducirá nuevas limitaciones de velocidad en las vías urbanas y que transformará la forma de circular por ellas. A partir del próximo 11 de mayo, entrará en vigor la nueva velocidad máxima en las calles de un solo carril y sentido, que será de 30 kilómetros por hora. El límite se reducirá a 20 por hora en las calles de plataforma única, es decir, en las que la calzada y la acera están al mismo nivel y que suelen habilitarse en tramos urbanos semipeatonales.

La actual limitación de 50 kilómetros por hora seguirá vigente para las calles y avenidas de más de un carril, aunque los ayuntamientos tendrán autonomía para establecer límites menores en sus calles.

El objetivo de esa limitación a 30 kilómetros por hora en la mayoría de las calles de las ciudades españolas es el de reducir la mortalidad en todo tipo de accidentes, pero en especial en los atropellos, y favorecer la movilidad segura de los más vulnerables: peatones, ciclistas y motoristas.

Más peatón, menos coche

Como a menudo explican los expertos en movilidad urbana y seguridad vial, se trata de conseguir que las ciudades sean más amables con los ciudadanos, con un tráfico más calmado y mucho más seguro. Y, sobre todo, con un fin muy claro: más peatón y menos coche.