Javier Otero, el narcopiloto arousano rescatado en el Estrecho, provocó en el 2009 un conflicto con Gibraltar huyendo en otra planeadora

GALICIA

Patrullera del Servicio de Vigilancia Aduanera recorriendo la ría de Vigo
Patrullera del Servicio de Vigilancia Aduanera recorriendo la ría de Vigo Oscar Vázquez

Escapaba de la Guardia Civil tras años en el negocio; su ficha policial se remonta a 1994 con 550 kilos de hachís en Marbella junto a tres arousanos más

25 ene 2021 . Actualizado a las 20:41 h.

Francisco Javier Otero Magdalena, de 51 años de edad y natural de O Grove, es un veterano piloto de planeadoras e integrante de clan de los Rubios de San Vicente. También arrastra fama de prestamista. Su bagaje judicial evidencia que decidió buscarse la vida fuera de su ría natal para ejercer el narcotráfico. Siempre como piloto de planeadoras. El domingo sobrevivió a una colisión mortal en el Estrecho, ya próximo a Sotogrande, con una patrullera del Servicio de Vigilancia Aduanera. Dentro del bote, de cuatro motores y sin droga, solo había grandes garrafas de combustible. Está por ver qué destino tendrían de no verse implicados en esta huida mortal.

Otero y el otro gallego que lo acompañaba, Pedro Garrido, copiloto y mecánico, también de O Salnés pero sin antecedentes, salieron bien parados. Fueron trasladados a un hospital próximo para ser atendidos de unos moratones y reponerse del gran susto de sus vidas. Mañana martes pasarán a disposición judicial en el Juzgado número 5 de Estepona junto al tercer tripulante, que tampoco sufrió lesiones graves y es de La Línea, como el último marinero, que falleció a causa del impacto y en plena persecución. 

Otero sabe bien lo que es sentarse delante de un juez, ya sea recién detenido o en un juicio. Pero si hay algo en su ficha policial -que se remonta a 1994 por poseer, junto a tres vecinos más de O Salnés, 550 kilos de hachís en Marbella- es la fuga que protagonizó en el 2009, también en el Estrecho de Gibraltar. Él y otro vecino de su comarca natal, José Antonio Falcón, ambos lancheros avezados, fueron sorprendidos el 7 de diciembre por una patrullera de la Guardia Civil a lomos de una planeadora. La persecución en caliente acabó con la semirrígida invadiendo aguas territoriales de Gibraltar, lo que derivó en la detención de ambos gallegos y ocasionó un incidente diplomático con España.  

Pilotaban una lancha rápida semirrígida, sin nombre, equipada con un potente motor Yamaha de 2.500 centímetros cúbicos. Salieron de punta Europa, el lugar más meridional de Gibraltar, rumbo a playa de Campamento, situada en la localidad de San Roque, en la comarca del Campo de Gibraltar.

Multas de 5.000 euros

Al ser avistados por una patrullera de la Guardia Civil, que les dio el alto para tratar de identificarlos, sin llegar a tierra, regresaron a las aguas gibraltareñas, donde fueron detenidos por la policía de la colonia, antes de que llegasen los agentes españoles que los venían persiguiendo. Aunque no llevaban nada a bordo de la embarcación, pudieron haber arrojado algo al agua durante la persecución. 

A mayores, los cuatro agentes de la Guardia Civil que los perseguían acabaron retenidos en el puerto de Gibraltar. El Gobierno de España tuvo que pedir disculpas oficiales por lo ocurrido. Los dos gallegos zanjaron su particular conflicto con sendas multas de 5.000 euros. Lo siguiente, ya en el 2015 en la Audiencia Provincial de Pontevedra, fue sentarse en el banquillo de los acusados por liderar el envío de 4.500 kilos de hachís desde Marruecos a Andalucía. El fallo le impuso tres años y nueve meses de prisión, además de 11,5 millones de euros de multa.

Pero Otero Magdalena no estaba conforme con el fallo, tampoco un socio suyo igualmente condenado, José Carlos Prol Prieto. De ahí que al ordenarse la ejecución de la sentencia, ambos se dieran a la fuga. No fue hasta mayo del 2018 que dieron con su paradero, escondido en la casa de su exmujer, en su propio pueblo, O Grove.