A mayores, los cuatro agentes de la Guardia Civil que los perseguían acabaron retenidos en el puerto de Gibraltar. El Gobierno de España tuvo que pedir disculpas oficiales por lo ocurrido. Los dos gallegos zanjaron su particular conflicto con sendas multas de 5.000 euros. Lo siguiente, ya en el 2015 en la Audiencia Provincial de Pontevedra, fue sentarse en el banquillo de los acusados por liderar el envío de 4.500 kilos de hachís desde Marruecos a Andalucía. El fallo le impuso tres años y nueve meses de prisión, además de 11,5 millones de euros de multa.
Pero Otero Magdalena no estaba conforme con el fallo, tampoco un socio suyo igualmente condenado, José Carlos Prol Prieto. De ahí que al ordenarse la ejecución de la sentencia, ambos se dieran a la fuga. No fue hasta mayo del 2018 que dieron con su paradero, escondido en la casa de su exmujer, en su propio pueblo, O Grove.