La Galicia que se pensaba para el 2021 y la que será: 42.000 gallegos más de los que se pronosticaban para el año que se estrena

Manuel Varela Fariña
manuel varela REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

CAPOTILLO

Más defunciones y menos nacimientos, pero un mejor saldo demográfico

02 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Cerca de 17.000 menores de 35 años hicieron las maletas hace diez años, cuando no se atisbaba aún salida a la mayor crisis económica en varias generaciones. Lo hicieron a otras comunidades o al extranjero, y en realidad fueron aún más que esos 17.000, ya que muchos no regularizan su situación al cambiar de país con la esperanza de volver pronto. Con un panorama poco esperanzador por delante, el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó unas proyecciones demográficas para Galicia que dejaban para el 2021 un escenario similar al que había: más despedidas que bienvenidas y un censo envejecido. Aquellos vaticinios no fueron tan desencaminadas.

«Fixéronse no medio da crise, cun saldo migratorio en números negativos. A previsión non era que fose reverterse drasticamente», apunta la socióloga Antía Pérez Caramés, profesora en la Universidade de A Coruña y experta en demografía. Las estimaciones del INE retrasaban hasta el 2019 el primer saldo migratorio positivo, que se adelantó tres años y se registró ya en el 2016. Es más, en ese 2019, las llegadas superaron en 17.747 personas a las salidas frente a las 19 que esperaba el centro estadístico.

La emigración continúa

El fenómeno migratorio permitió a Galicia conservar un censo estable, pero los analistas advierten que, en esas nuevas llegadas a la comunidad, los jóvenes retornados son minoría.

«As migracións están vinculadas ao refuxio, moitos venezolanos que foxen da súa situación e veñen polos vínculos coa emigración galega. En ocasións son xente maior», apunta Pérez Caramés, con un diagnóstico en el que coincide Rubén Lois, catedrático en Xeografía por la Universidade de Santiago:

«Moitos escapan de Venezuela e Brasil ou chegan, xa xubilados, da emigración europea. Eles foron os que aguantaron o saldo migratorio positivo», dice.

El experto, uno de los vicepresidentes de la Unión Geográfica Internacional, calcula que unos 30.000 jóvenes salen de la comunidad cada año. «Segue marchando xente nova e con títulos cara Madrid ou Europa, é un problema serio. Estamos ante unha emigración complicada e dolorosa; un auténtico drama para Galicia», subraya, que apunta a la existencia de un problema migratorio estructural.

Sobre ese saldo migratorio positivo, Antía Pérez pide tomar los datos «con cautela», ya que en este tipo de estadística se captan mejor las entradas que las salidas debido al proceso burocrático tras los cambios de residencia.

Más muertes que nacimientos

Los funerales iban a ser más que los bautizos en la Galicia del 2021, según las previsiones del INE. Como venía ocurriendo desde 1987, la tendencia no se rompió y el saldo vegetativo se mantuvo negativo. «A mortalidade era fácil de proxectar: aumentan as defuncións e tamén a esperanza de vida», explica la socióloga.

Eso sí, la proyección se quedó corta en el caso de las muertes. En el 2018 lo hizo en 1.390 personas y, si se compara con la actual previsión del 2020, lo haría en 1.329. Con los nacimientos, en cambio, ocurrió al revés. El INE confirmó en diciembre que nunca habían nacido tan pocos niños en Galicia y, para el 2021, el organismo indica que serán aún menos: 14.686. Hace diez años, se esperaban 1.591 nacimientos más.

«Coa mortalidade non hai remedio, temos unha poboación moi avellentada e a sanidade funciona ben», dice Rubén Lois, que sobre la baja natalidad apunta a la inestabilidad laboral de los progenitores, que por lo general no alcanzan hasta pasados los 30.

Una población asentada

Con estos factores, Galicia tiene hoy 2.701.819 habitantes, casi 42.000 más de los estimados hace una década y 90.000 menos que entonces. «A dinámica poboacional caracterizase pola estabilidade máis que polo declive: non hai grandes perdas nin ganancias», apunta Antía Pérez.

Eso sí, con una Galicia cada vez más envejecida. Uno de cada cuatro gallegos pasan de los 65 años, una porción similar a la proyectada en el 2011.