Colas en la Puerta Santa ya el primer día

R. Martínez SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Colas en Santiago el 1 de enero para entrar a la catedral por la Puerta Santa
Colas en Santiago el 1 de enero para entrar a la catedral por la Puerta Santa XOAN A. SOLER

El primer peregrino que la franqueó el día 31 camina todas las Navidades, desde el 2009, para despedir el año en Compostela

02 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Los compostelanos madrugaron ayer para estrenar el 2021 traspasando la Puerta Santa. Desde las 9.30, el umbral de mayor renombre de la basílica, tras el pórtico de la Gloria, se abría de nuevo a un año jubilar después de que el día anterior el arzobispo descorriese un cerrojo que solo se desatranca en los años santos, si bien en este intervalo de dos lustros hubo una excepción. Se abrió también entre diciembre del 2015 y noviembre del 2016 para el Año Santo de la Misericordia, aunque, para preservar su exclusivo vínculo jubilar, se bautizó para la ocasión como la puerta de la Misericordia.

El interés por franquearla ahora quedó patente en las colas que se generaron a media mañana de ayer, aunque estas no serán una constante. No al menos en estos momentos, arrancando el año y con las limitaciones de movilidad por el covid-19. De hecho, durante la jornada de ayer se traspasó con fluidez. La aglomeración se produjo al mediodía, cuando se cerró el templo para la misa del peregrino. En estos primeros meses, la catedral estará abierta de 9.00 a 20.30 horas. Será menos tiempo de lo habitual, precisamente por la menor afluencia prevista de fieles y turistas, y habrá solo dos misas, a las 12 y 19.30 horas.

Como de momento no se prevén grandes colas, tampoco hay ningún requisito para el acceso al templo, como la cita previa. El propio personal de la catedral vigila los accesos y regula la entrada controlando que no se supere el aforo de seguridad establecido para cumplir las normas sanitarias. Ayer apenas había peregrinos en esa fila. En las últimas jornadas no han dejado de llegar a la ciudad, pero a cuentagotas. El último día del año se cerraba con menos de una decena. Solo siete salieron de la Oficina del Peregrino con su acreditación jacobea.

«Me gustaría ser gallego de adopción»

Uno de esos romeros fue Luis Cañas, un conquense habitual del Camino que se quedó con la pena de no poder participar en la ceremonia de apertura de la Puerta Santa por las restricciones del covid, pero que se lleva la emoción de ser el primer peregrino en traspasarla al término de los actos de bienvenida al tercer jubileo de este siglo. Gran amigo del Camino y viejo conocido ya de la Oficina del Peregrino, este bibliotecario de Cuenca lleva algo más de una década despidiendo el año en Compostela. Desde la apertura de la Puerta Santa en el 2009, para el Xacobeo del 2010, todas las Navidades recorre la ruta jacobea en tierras gallegas, desde O Cebreiro, Triacastela o Sarria. Este año fue desde Triacastela. Camina entre Nochebuena y Nochevieja, siempre en la ruta francesa —las demás quedan para otras ocasiones— y habitualmente solo. Y ni el covid lo echó para atrás en esta ocasión. «Incluso con estas circunstancias, si no lo hacía sabía que no iba a pegar ojo durante todo el año», decía, nada más traspasar la Puerta Santa, este conquense que se encuentra en Galicia como en su segunda casa. «Me gustaría ser gallego de adopción», confesaba.

Nada más concluir la ceremonia de apertura de la Puerta Santa, también se dispuso a franquearla otro amante del Camino. En este caso un murciano asentado en Fisterra, donde regenta un albergue. Miguel Bermúdez no buscaba la paz tras la caminata, sino el impulso para iniciar la que desde ayer le llevará a Fisterra, para volver a Santiago con escala en Muxía.