Cinco años de la única agresión a un presidente democrático

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

GALICIA

Capotillo

El chico que pegó un puñetazo a Mariano Rajoy en Pontevedra ha protagonizado más incidentes desde entonces

15 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Tal miércoles como el de mañana, 16 de diciembre, pero de hace cinco años, en la recta final de la campaña electoral de las generales del 2015, unas imágenes grabadas en la plaza de A Peregrina de Pontevedra daban la vuelta al mundo. En ellas se observaba como un joven se acercaba al entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy y hacía ademán de sacarse una foto para, acto seguido, asestarle un puñetazo. Hasta entonces, ningún presidente del Gobierno democrático había sido objeto de una agresión de estas características.

El autor del ataque, Andrés de Vicente, conocido como Capi y por entonces menor de edad, resultó ser el hijo de una prima lejana de la mujer del expresidente. Tras ser detenido por la agresión y ser puesto a disposición judicial, ingresó, a modo de medida cautelar, en el centro de menores ourensano de Monteledo. Tiempo después se conocería la condena impuesta: dos años de internamiento en régimen cerrado y un tercer año de libertad vigilada. Estas penas fueron el fruto de un acuerdo de conformidad en el que estuvieron de acuerdo tanto los representantes de la Fiscalía como los padres del aún menor.

Todas las fuentes consultadas coinciden en que es un joven con capacidad para distinguir lo que está bien de lo que está mal. De igual modo, entienden que, en ocasiones, obra por impulso y sin pararse a pensar en las consecuencias, algo que explicaría que hubiese cumplido los dos años en régimen cerrado sin haber disfrutado apenas de salidas al exterior. En este ámbito se encuadra el hecho de que, posteriormente, se muestre arrepentido y, como ocurrió en caso de Mariano Rajoy, pidiese perdón por su comportamiento.

De aquellos días de finales del 2015, Jorge Cubela Boullosa, abogado que defendió al detenido, mantiene vívidos muchos recuerdos, la mayoría de los cuales se quedan en el secreto profesional, mientras que otros le siguen produciendo cierto malestar. Así, se acuerda de la demora que sufrió el joven antes de ser puesto a disposición judicial.

Secuencia de la agresión a Rajoy, en diciembre del 2015 en Pontevedra
Secuencia de la agresión a Rajoy, en diciembre del 2015 en Pontevedra

Tras advertir que la legislación establece que sea un juzgado de Instrucción el que asuma las labores del de Menores en caso de que este ya hubiera concluido la jornada laboral, Cubela Boullosa rememora que el joven fue detenido en miércoles y permaneció en esta situación hasta el día siguiente por la tarde, una demora que considera que no tuvo justificación alguna, que achaca a la propia Fiscalía de Pontevedra y que privó a Andrés de Vicente la posibilidad de ser escuchado en declaración por una jueza especialista en la jurisdicción de Menores.

Nuevas agresiones

Andrés de Vicente abandonó el centro de menores en la víspera de la Navidad del 2017. Pero pronto volvería a dar que hablar con su comportamiento. En marzo del año pasado agredió a un dirigente de Vox en las proximidades de la plaza de Abastos de Pontevedra. Capi logró evitar una condena penal al llegar a un acuerdo extrajudicial con la víctima, por el que este se comprometió a abonar una indemnización en función de las lesiones diagnosticadas a la víctima. Y al igual que ocurrió en el caso de Mariano Rajoy, Capi se arrepintió de su comportamiento y pidió perdón a la víctima.

No ha trascendido si este misma forma de proceder la ha seguido en el caso del incidente protagonizado hace escasos días en la ciudad de Ourense. El pontevedrés se presentó a primera hora de la noche en un local del casco urbano lanzando toda clase de consignas a favor de ETA y de Bildu.

Todo parece indicar que los clientes que se encontraban en el interior le pidieron que abandonara el establecimiento. Sin embargo, presumiblemente, Andrés de Vicente se negó, por lo que intentaron echarle a la calle. En ese momento habría sacado un cuchillo hiriendo a una de estas personas en la cabeza antes de emprender la huida. La Policía Nacional lo localizaría poco tiempo después con la ropa y las manos manchadas de sangre. Fue puesto a disposición judicial quedando en libertad con cargos. En cuanto a la víctima, fue trasladada a un centro hospitalario de referencia siendo asistido de varios cortes.