Galicia empieza a tramitar la ley que consagra a los arquitectos como arietes contra el feísmo

Juan María Capeáns Garrido
Juan Capeáns SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

El feísmo la gran asignatura pendiente en Galicia
El feísmo la gran asignatura pendiente en Galicia MONICA IRAGO

El texto legal se abre ya a las aportaciones ciudadanas

12 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Es difícil encontrar en el cuerpo legislativo autonómico una ley que apele en toda su dimensión y de una manera tan directa a una profesión concreta. La Lei de Arquitectura de Galicia ha iniciado su andadura con el período de exposición pública y ya ha comenzado a recibir las primeras aportaciones ciudadanas para enriquecer un texto que llegará al Parlamento para su aprobación definitiva a lo largo del próximo año, más bien hacia el segundo semestre.

Los arquitectos tendrán mucho que decir, porque es su ley, la que va a consagrar su figura como una suerte de sello de calidad sobre cualquier actuación en el patrimonio construido prestando especial atención a las agresiones al paisaje. A la profesión no le pilla por sorpresa, porque se trata de uno de los asuntos que se trataron en una reunión, meses atrás, entre el presidente de la Xunta, la conselleira de Medio Ambiente e Territorio y representantes del Colexio de Arquitectos de Galicia, que lanzaron el guante a ambos dirigentes. La respuesta del Ejecutivo ha sido concederles un papel protagonista y estratégico en toda la normativa sobre urbanismo, desarrollo de suelo, nueva construcción, rehabilitación y configuración del paisaje que se ha desarrollado en los últimos años a través de códigos técnicos, directrices y catálogos, que no se verán alternados.

Pero más allá del reconocimiento, que podría parecer más estético que práctico, la ley establece los pilares sobre cuestiones más concretas que se irán apuntalando con su posterior desarrollo. Como medida de impacto ciudadano, se sellará el compromiso de los profesionales y las administraciones para simplificar las normas que les atañen y se abordarán soluciones para la agilización de los trámites, que a día de hoy supone uno de los lastres del sector con graves repercusiones económicas.

A nivel organizativo implica la creación del Consello de Arquitectura de Galicia, con representación de los colegios profesionales, de instituciones vinculadas a las enseñanzas de artes y de empresas del sector. Tendrá funciones de asesoramiento, seguimiento de proyectos, propuestas y comunicación.

La Xunta también asume compromisos como promotora pública que es, obligándose a poner la calidad como objetivo principal en los procesos de contratación. Además, se definirá una estrategia de divulgación para promover la arquitectura como actividad de máximo interés.

Un sector con dificultades

Los profesionales han acogido con «ilusión» el respaldo legal que va a recibir un sector que vivió momentos de incertidumbre por la indefinición de competencias y atribuciones y que se ha visto especialmente zarandeado por la crisis global e inmobiliaria que comenzó a finales de la pasada década. Manuel Martínez Carazo, directivo del Colexio de Arquitectos, cree que el último golpe en forma de pandemia también «ha servido para reivindicar la importancia de los espacios públicos y privados», ideas sobre las que reflexiona la ley en sus objetivos iniciales. E incide también en lo útil que supondrá esa voluntad por parte de las administraciones por darle mayor dinamismo a sus proyectos. Al igual que se está haciendo ahora con leyes de carácter económico y empresarial, los arquitectos aspiran a encontrar fórmulas para plasmar la necesidad de que los informes preceptivos o las licencias no supongan un escollo eterno para los técnicos y los promotores.