Tres exediles de Jácome piden en el juzgado regresar al grupo municipal de Democracia Ourensana

Rubén Nóvoa Pérez
rubén nóvoa OURENSE / LA VOZ

GALICIA

Alegan que fueron expulsados con irregularidades y el partido de Jácome los acusa de querer usurpar su identidad

09 dic 2020 . Actualizado a las 18:35 h.

La guerra interna de Democracia Ourensana se resuelve ya en los juzgados de Ourense. Ayer hubo una vista para determinar si se toman medidas cautelares ante la decisión del partido presidido por Gonzalo Pérez Jácome, alcalde de la ciudad, de expulsar del grupo municipal del Concello de Ourense a Miguel Caride, María del Mar Fernández Dibuja y Teresa Rodríguez, y del grupo provincial en la Diputación al propio Caride. En la sesión en el juzgado, a la que no acudió el regidor, ambas partes volvieron a poner de manifiesto su diferente visión de un conflicto político que ha acabado con los tres ediles en el grupo de no adscritos, del que quieren salir los díscolos para regresar a la disciplina del grupo de DO y tratar de tomar su control. Su salida del partido fue el origen de la ruptura del gobierno de Ourense, que ahora está en manos de tan solo tres concejales de Democracia Ourensana. El PP, que salió del gobierno, y el PSOE se muestran incapaces de lanzar una moción de censura contra Jácome.

El líder de los críticos, Miguel Caride, realizó, en calidad de abogado, la defensa de sus intereses y los de los otros dos ediles expulsados por Jácome. Argumentó en su intervención la petición de medidas cautelares para evitar que la resolución judicial llegue ya con el mandato acabado, y apuntó a «irregularidades en la convocatoria» de la asamblea en la que se decidió declararlos tránsfugas y enviarlos al grupo de no adscritos. Se refirió, en concreto, al hecho de que el partido está en causa de disolución por no renovar sus cargos y a que en la asamblea había personas no afiliadas al partido. También puso sobre la mesa el hecho de que ellos mismos eran independientes y que, por tanto, no estaban sometidos a la disciplina del partido y que tenían autonomía para seguir perteneciendo al grupo municipal.

Caride puso su propio ejemplo en la Diputación para demostrar que la decisión de la asamblea de DO tuvo consecuencias en su actividad política, toda vez que fue cesado por Baltar en la Diputación como vicepresidente tras pasar al grupo de no adscritos basándose en una reciente sentencia judicial.

La defensa de DO fue ejercida por un abogado. «Al no formar parte como socios del partido, no se lesionan sus derechos», arguyó. Incidió en el hecho de que «resulta llamativo» que estos concejales quieran formar parte de una formación política que dicen está en fase de disolución: «Esto demuestra que sus verdaderas intenciones pasan por usurpar la identidad de DO».